Entendiendo El Liderazgo Sobre Las Personas

 Entendemos el liderazgo como la influencia sobre las personas o grupo anticipándose al futuro y contribuyendo a su desarrollo personal y social  o en palabras de Pree, “Personas liberadoras para hacer lo que se les exige de la manera más efectiva y humana posible”.

El tema del liderazgo se ha extendido en los últimos treinta años y son muchos los estudios que se han realizado sobre el tema. Si colocamos el vocablo liderazgo en cualquier otro buscador con perfil académico encontraremos más de treinta y nueve millones de resultados y si lo hacemos en inglés (leadership) el resultado será de cuatrocientos ochenta y nueve millones y la lista seguramente seguirá creciendo cada vez más. Estas cifras nos indican la importancia que tiene el tema del liderazgo en la sociedad actual y la cantidad de líderes que habrá en el globo terráqueo. Hay que decir que se ha avanzado mucho. Hoy tenemos formas de medir y de evaluar el liderazgo de modo más preciso y válido que hace tres o cuatro décadas atrás y el conocimiento desarrollado por múltiples investigadores y por centros e institutos dedicados a este tema, aportan un conocimiento que nos permite desarrollar programas basados en los resultados de investigación más que en intuiciones o meras teorías.

Toda esta información teórica y también empírica nos ofrecen pinceladas para poder descubrir cómo es un líder en realidad o cómo ejercer su liderazgo dentro de un grupo. Ya lo dijo Bennis y Nanus “el liderazgo es como el abominable hombre de las nieves, cuyas huellas están por todas partes, pero nadie le ha visto”..

Pese a que en la acción el liderazgo puede ser llevado a la práctica de manera muy diferente por cada individuo o grupo de individuos. Nelson Mandela solo con sus palabras dirigió la abolición del apartheid. Rigoberta Menchú, lideresa indígena guatemalteca, lucha por los derechos humanos en su Nicaragua natal. Rudolf Giuliani (2002) lo describe de la siguiente manera:

Hay muchas formas de ejercer el liderazgo. Algunas personas, como Franklin Roosevelt, inspiraban a otros con conmovedores discursos. Otros, como Joe DiMaggio, lo ejercían con su ejemplo. Winston Churchill y Douglas MacArthur fueron excepcionalmente valientes y excelentes oradores. Ronald Reagan lo hizo con la fuerza y la consistencia de su carácter, la gente lo seguía porque creía en él.

En las Microcomunidades el liderazgo es algo que se trabaja diariamente, cada uno de sus integrantes ejerce como cabeza de su cargo, como ser responsable, coherente y digno de confianza. Así como lo afirma Branson: “un determinado líder no tiene que ser igual que otros líderes para ser considerado como auténtico líder por sus seguidores; pero debe ser coherente, de comportamiento predecible y, en todo caso, digno de confianza”.  

No se debe olvidar que un buen líder o lideresa logra potenciar la creatividad de las personas que están a su cargo, haciendo crecer cada una de sus cualidades, de sus valores y generando una asunción de responsabilidades para dar lo mejor de sí. Labor que se ejerce dentro de cada una de las Microcomunidades.

Trabajar en equipo requiere de un líder o de una lideresa. Lo más apropiado es que estas personas tengan una educación o una instrucción idónea al incremento de las responsabilidades que el equipo asumirá. Debido a lo cual, no resulta diferente que, en el cometido de cada parte del desarrollo, el líder o la lideresa pueda variar de un participante a otro.

El líder o la lideresa debe contar con características esenciales: trasmitir confianza, ser proactivo, saber priorizar entre los distintos propósitos, producir momentos de enseñanza colectiva, intentar la empatía conociendo las múltiples dimensiones de los y las integrantes del equipo, entre otras más cosas.

El liderazgo en un equipo no necesariamente debe ser democrático, esto no asegurará el éxito en el cumplimiento de los objetivos. Tampoco se trata de que los líderes y las lideresas sean autocráticos, sino que cuenten con la suficiente autoridad para tomar decisiones en momentos que lo requieran, sin por eso generar un conflicto en los demás.

La condición de liderazgo es innata a las personas y, además, condicionada por el contexto. Todo líder o lideresa deberá obligatoriamente ser aceptado como tal por los otros y las otras. Quienes son líderes o lideresas tienen la posibilidad de ejercer influencia en la conducta de los otros; son en general extravertidos y con gran capacidad de iniciativa. Sin embargo, no siempre estas figuras son positivas, pues a veces los líderes o lideresas son negativos, ya sea por estimular conductas antisociales o por opacar al resto del grupo, por ejemplo, no tomar en cuenta otras opiniones.

Para Microcomunidades, el buen líder o lideresa es aquel alumno y alumna que colabora con sus compañeros en su aprendizaje, ayudándolos con alguna explicación y trabajo colaborativo, dando lo mejor de sí, para que la actividad sea mejor comprendida. También, una buena lideresa o un buen líder integra a algún miembro del grupo que por ser nuevo o por timidez se mantenga aislado, el que organiza salidas u otro tipo de actividades grupales, académicas o no académicas, siempre escuchando la opinión de todos y tratando de conciliarlas, el que impulsa reclamos a favor de los derechos estudiantiles, de modo pacífico, educado y de acuerdo al reglamento escolar, que es asertivo en sus opiniones y estimula a que los demás miembros del grupo adquieran los mismos rasgos de liderazgo. El buen líder o lideresa debe saber que debe compartir el poder, pues liderar es aceptar que todos y todas son valiosos y deben ser considerados como iguales. En otras palabras y parafraseando a Rice, el buen líder o lideresa es la columna vertebral de un grupo, quien los reúne y comunica.

No siempre los líderes y las lideresas son conscientes de sus actos (ya sean negativos o positivos). Algunas personas, por características personales y experiencias anteriores fácilmente asumen un rol protagonista. A otros estudiantes hay que enseñarles a desarrollar sus capacidades de liderazgo, estimulando su participación en el grupo y compromiso con este.

Muchas veces se encuentra a un líder o lideresa negativo, siendo este el que fomenta la discriminación hacia uno o varios compañeros, incentiva a comportarse mal en clase, a faltar el respeto al docente, al ausentarse del establecimiento escolar, a no hacer la tarea o los deberes, desafiando las normas institucionales y provocando conflicto entre los profesores y los estudiantes, generando dificultad en la entrega de contenidos y en la adquisición de aprendizajes; especialmente en aquellos que necesitan mayor concentración y silencio.

El poder de un líder o lideresa negativo se basa muchas veces en el temor que sienten los demás, en caso de no cumplir con sus demandas y la posibilidad de no ser aceptados por el “grupo o curso” al no obedecer al líder o lideresa negativo.

Este tipo de líderes deben ser detectados por los responsables, es decir el tutor o tutora a efectos de tomar medidas que impidan que la vida escolar en lugar de educar estimule la formación de hábitos negativos. Entre las medidas que se pueden realizar se recomienda organizar charlas y discutir con el alumno o la alumna y con todo el grupo, a efectos de mostrar que cada cual debe decidir cómo actuar y responsabilizarse de sus decisiones, sin seguir lo que otro les ordena. Frecuentemente las actitudes que se toman son punitivas como citar a las familias, realizar un informe negativo del alumno o alumna, suspenderlos de clases, etc. Estas medidas, sin embargo, solo fomentan los aspectos negativos de las personas, no ayudándolos a encontrar otro camino para dirigir sus impulsos negativos.

Hay otros líderes o lideresas que, sin lograr fomentar acontecimientos que van en contra del bienestar de sus compañeras y compañeros, con pequeños gestos que pueden ir en detrimento del grupo, ya que su manera de comportarse logra hacer que los otros u otras sientan de manera constante aislados o aisladas su participación, por tanto, se debe apostar por un líder o lideresa con una convicción de igualdad y de democracia, para así poder ser un buen guía.

La labor del docente estará en cambiar esas peculiaridades de nocivas a saludables, impeler el liderazgo en cada uno de los que integran la clase, instruyendo a través de un dialogo asertivo y cargado de respeto, recalcando el valor del amor propio y el de los demás.

El informe de la OCDE del (2009), sobre el tema del liderazgo pedagógico en su prefacio recalca que :

  • El liderazgo escolar es una prioridad de la política educativa en todo el mundo. Una mayor autonomía escolar y una mayor concentración en los resultados educativos y escolares han hecho que sea esencial reconsiderar la función de los líderes escolares (p.3).
  • El informe sigue recalcando la importancia que tiene el trabajo del liderazgo para los y las jóvenes de este siglo tan innovador.
  • El liderazgo escolar importa. Al graduarse, los niños y los jóvenes en las escuelas de todo el mundo se enfrentarán a un futuro muy diferente del de las generaciones anteriores. Los avances tecnológicos y los descubrimientos científicos están acelerando de manera significativa la cantidad de conocimiento e información disponible. Ahora vivimos en una comunidad internacional cada vez más interdependiente, en la que el éxito o el fracaso de un país tienen consecuencias para muchos otros.

 

Hay una creciente preocupación con respecto a que la función del director escolar, diseñada para la era industrial, no ha evolucionado para tratar los complejos desafíos para los cuales las escuelas preparan a niños y a jóvenes a enfrentar en el siglo XXI. A medida que las expectativas de lo que los líderes escolares deberían lograr cambian, así deben hacerlo la definición y distribución de las funciones de liderazgo escolar. La planificación de la sucesión es también una alta prioridad para asegurar que se cuente con líderes escolares de buena calidad para el futuro.

Este contexto rápidamente cambiante para las escuelas hace surgir una serie de temas a los cuales deben responder la política y la práctica del liderazgo escolar.  

La sociedad es un ente en constante cambio y transformación, tanto académica, como tecnológica, como económica y científicamente. Por tanto, se tienen que preparar líderes o lideresas para este cambio, para esta transformación. Es necesario formar y preparar a las jóvenes y a los jóvenes de este siglo más que para la vida.

“La educación del siglo XXI se encuentra en una encrucijada; por un lado, se busca ganar egresados para incorporarse en forma efectiva al mundo del trabajo y, por el otro, formar ciudadanos disciplinados para responder a las nuevas relaciones que impone la sociedad del conocimiento y a las competencias que demanda la economía global”.

Las nuevas generaciones han de estar preparadas para ejercer el papel de líderes y no solo conocerlo, sino aplicarlo, Max De Pree dice en unos de sus libros sobre el liderazgo: “la calidad de un líder no se encuentra en su cabeza sino en la fuerza de su cuerpo, es decir que lo grandioso del líder no está en su propio parecer, sino en sus seguidores que son la base primordial de su liderazgo”  

Diríamos entonces, que un líder o una lideresa es entonces una persona que conduce, orienta y busca alcanzar metas, propósitos y finalidades apropiados para aquellas personas que él o ella dirige. Un líder o una lideresa no buscan su propio beneficio sino el de todos y todas.

Un buen o buena líder o lideresa sabe ejercer el servicio y la justicia, como elemento clave en el ejercicio del liderazgo. Max De Pree, toma como ejemplo una banda de jazz, para ilustrar cómo se debe llevar a la práctica el servicio y la justicia:

“Una banda de jazz es una expresión de liderazgo de servicio. El líder de una banda de jazz tiene la hermosa oportunidad de sacar lo mejor de los otros músicos. Tenemos mucho que aprender de los líderes de las bandas de jazz, ya que el jazz, como el liderazgo, combina la imprevisibilidad del futuro con los dones de los individuos” 

Desde esta perspectiva las Microcomunidades trabajan en cada uno de sus integrantes el liderazgo, donde los alumnos y las alumnas, actores principales del proceso educativo, generan una dinámica de proyección a través de un guía o una guía que genere positivismo, que les dé la oportunidad de ser partícipes de este nuevo tejido social, en dirección a interpretar, tener inventiva, reflexionar, rumiar, crecer feliz, obrar estimativamente bien, buscar el bienestar de los que le rodean, alegrarse de los momentos pequeños, gozar de los momentos grandes, cuidar responsablemente el medio ambiente que le rodea, instruirse con la equivocaciones, tolerar a los otros con sus defectos y virtudes, aprender de sus ejemplos, ser responsable con su comportamiento y humanizarlo.

Por tanto, el liderazgo en los colegios y escuelas exige cualidades y características que hagan realidad un tipo de sociedad diferente, más justa y humana, donde los implicados en esta transformación, instituciones y estudiantes, dinamicen la proyección de valores y principios axiológicos que se encuadren en el desarrollo del ser humano y del cual su proyecto de vida lo lleve a interrogarse sobre cuál es el papel que realizará en la sociedad actual.

 El líder es capaz de hacer que las personas que están a su alrededor compartan sus individualidades en torno a sus ideas, estructuras conceptuales, etc., con el propósito de alcanzar un fin apropiado o superar todas aquellas situaciones conflictivas. Para que este proceso se dé, el carácter del líder debe ser fuerte, firme, estable, que sobresalga del de los demás. Éste viene de dentro, el poder de dirigir enmarcado en los aspectos morales, filosóficos con un propósito seguro y estable. Esta seguridad es la que le permite al líder ejecutar su acción principal que es la de liderar. Al llevar a cabo esta acción, en ella convergen o se fusionan muchas otras acciones que develan el papel del líder, como es orientar, guiar, organizar, planear, ejecutar, dirigir y sobre todo motivar.

El líder o lideresa debe estar capacitado para lograr que los sujetos que están en torno a él o ella compartan sus individualidades en favor de sus ideas, estructuras etc., con el propósito de alcanzar un fin apropiado o superar todas aquellas situaciones conflictivas. Por tanto, un buen líder o lideresa posee muchas características, según Giuliani, (2002) entre las más importantes encontramos:

“Compromiso de servicio a los demás, aceptación del riesgo, aprendizaje de los errores, honestidad y lealtad a la institución o entidad, sinceridad, aceptación de la responsabilidad, atención a los detalles, control de las emociones, compromiso de servicio a los demás.” (p. 63-362).

Asimismo, Warren Bennis (2001) manifiesta que una característica muy importante del conocimiento de sí mismo, puesto que es algo muy importante en un buen líder o lideresa, ya que el autoconocimiento es esencial, a lo que dice el autor: “conocerse a sí mismo significa separar lo que uno es y quiere ser de lo que el mundo piensa que es y quiere que sea” (p.184).

Para finalizar y a modo de conclusión, el ejercicio del liderazgo que propone las MC es de carácter formativo y pedagógico, es decir, su actuación y perfil está orientado a todo lo relacionado con los objetivos propuestos en sus fundamentos, potenciando las habilidades en cada uno de sus integrantes, permitiéndoles experimentar la autodisciplina y la responsabilidad, como a su vez la empatía y la proactividad. Generar líderes o lideresas escolares, formados en los grandes principios y valores universales, permite proveer de futuros líderes o lideresas políticos, sociales, científicos, etc., necesarios para el desarrollo de un país y para la buena convivencia de todas y todos, en beneficio de la unión y la paz.

  

17 August 2021
close
Tu email

Haciendo clic en “Enviar”, estás de acuerdo con nuestros Términos de Servicio y  Estatutos de Privacidad. Te enviaremos ocasionalmente emails relacionados con tu cuenta.

close thanks-icon
¡Gracias!

Su muestra de ensayo ha sido enviada.

Ordenar ahora

Utilizamos cookies para brindarte la mejor experiencia posible. Al continuar, asumiremos que estás de acuerdo con nuestra política de cookies.