Era Romántica: La Rima XLI de Bécquer
Reflejos de la Era Romántoca en el poema “La Rima XLI” de Bécquer
El texto que procedo a comentar se trata de “La Rima XLI” de Bécquer (Sevilla, 1836, Madrid, 1870), uno de los más importantes representantes de la época romántica, y posromántica española. Esta época fue una de gran movimiento cultural que dio inicio al final de la revolución francesa (1789) en Inglaterra y Alemania, luego a Francia; para llegar al resto de Europa a principios del siglo XIX. Llegando hasta mediados del siglo XIX, e incluso hasta los finales de este siglo con el postromanticismo. Tristemente, el romanticismo no llego a España hasta mucho después que el resto de Europa, por razones histórico-políticas, el romanticismo no llego a España hasta 1833, con la muerte de Fernando VII. Por esta causa, el postromanticismo también se alargó unos cuantos años; dando así la oportunidad de salir a la luz a obras tan bellas como las leyendas y rimas de Bécquer. Estas fueron escritas por este autor y periodista sufridor, que pasó por problemas, tanto con el amor como con el dinero, durante toda su vida, y fueron recopiladas por sus amigos después de su muerte (34 años, Madrid, 1870). Algunas de las características más importantes del romanticismo son la expresión de los sentimientos, la relación del hombre con la naturaleza, la vuelta a temáticas legendarias usadas en la época medieval, y el uso del ´yo’ creador. Algunas de las que Bécquer uso en este poema.
Recursos literarios en “La Rima XLI” de Bécquer
“La Rima XLI” es de género lírico, y su tema principal es la incompatibilidad de los dos amantes. Esto se hace ver en la frase más usada por Bécquer en el poema, en la que se refiere al amor y en la que repetidamente comenta: “¡No pudo ser!”. Desde el punto de vista de estructura externa, el poema se compone de 12 versos, repartidos en 3 estrofas, 4 versos por estrofa. Todos los versos son endecasílabos, excepto los versos 4 de cada estrofa, es decir, el verso 4,8 y 12 que son pentasílabos. Queriendo decir que hay una repetición en la construcción de las estrofas que tiene el poema. La Rima es rima de romance, queriendo decir que es asonante en los versos pares. También, hay dos encabalgamientos utilizados en los versos 2 y 6, ya que en ninguna parte el poema se para con algún signo de puntuación.
Desde el punto de vista de la estructura interna, el poema se puede dividir en dos partes: estrofas 1 y 2, y la tercera estrofa. Las estrofas 1 y 2, hablan de las personalidades de los dos amantes, y como son contrarias, usando metáforas para describirlas: “Tú eras el huracán, y yo la alta torre que desafía su poder.” y “Tú eras el océano; y yo la enhiesta roca que firme aguarda su vaivén.”, son las dos partes que explican este choque. La tercera estrofa, en cambio, habla de la incomodidad que tenían durante los conflictos, la contrariedad que había en ellos, y el hecho de que en algún momento estas chocarían causando un problema (el problema siendo que ellos no podían formar pareja, por sus choques), esto descrito en los versos 9,10, y 11: “Hermosa tú, yo altivo; acostumbrados uno a arrollar, el otro a no ceder; la senda estrecha, inevitable el choque…”
Para expresar el choque entre las dos personas, Bécquer utiliza varios recursos literarios que dejan entrever su culto, pero con un comprensible estilo. Con un léxico muy altisonante y expresivo, causado principalmente por los símbolos, metáforas, anáforas e hipérbatos usados en el poema; recursos literarios, como por ejemplo en su rima LIII. En el texto podemos además ver que Bécquer cambia de tiempo verbal, dependiendo de si habla de sí mismo; en el que usa la primera persona del singular en presente (aguarda, desafía), o si habla de su amada; con la que habla en segunda persona del pretérito imperfecto (pasado) (eras). Deja claro con esto es una representación de algo que probablemente le paso en la vida real, y que el desconoce si ella ha cambiado, pero sabe que él sigue siendo igual.
En el texto también podemos observar fácilmente el hecho de que el autor usa hipérbatos. Por todo el poema se pueden ver claramente una gran cantidad de hipérbatos, en el verso 2 “torre que desafía su poder”, en el verso 6 “roca que firme aguarda su vaivén’, en el verso 10 “el otro a no ceder”, y el verso 11 “inevitable el choque”. La función que tienen estos hipérbatos es doble, ya que aparte de ayudar a mantener la rima del romanticismo, mencionada anteriormente, también ayudan a crear ese tono grandilocuente del que he hablado antes. Otra técnica usada comúnmente por Bécquer son los encabalgamientos, en el caso de este poema son usados entre las líneas 1 y 2, 5 y 6, 9 y 10, y 10 y 11. La función de estos encabalgamientos es la de crear un ritmo al poema, ya que, con este seguimiento, hay menos parones en el poema, creando así un ritmo más continuo y repetido a la hora de leer, y analizarlo.
Los símbolos en el poema “La Rima XLI”
Otra cosa a mencionar es que, en este poema, al igual que en muchos otros escritos por el famoso sevillano, predominan los símbolos, y en concreto en este predomina el símbolo de la naturaleza, representado por la mujer, y la lucha contra su poderío, representado por el hombre (Bécquer). En el poema hay una metáfora continua en la que Bécquer compara a la mujer de la pareja a un factor de la naturaleza (primero a un “huracán”, y luego el “océano”), una técnica muy comúnmente usada en el romanticismo, y que en este poema le da sensación al lector de que la persona descrita (la mujer), tiene un poder y una fuerza incontrolable. El hombre está, por el otro lado, representado por cosas que comúnmente tienen que resistir la fuerza de la naturaleza; ya que las “torres” construidas comúnmente tienen que resistir el “poder” / la fuerza de vientos fuertes (huracanes), y las “rocas” en el océano tienen que resistir el “vaivén” /las embestidas del agua. Por esta razón, en el poema podemos ver que Bécquer se intenta representar a la mujer como una persona que quiere siempre tener razón, que demanda mucho, y que arrasa hasta conseguirlo (los fuertes movimientos de la naturaleza representan esto), y el hombre es una persona más calmada y testaruda que no cede ante nada que le demanden (el hecho de que ninguno de los objetos que le representan se mueven ante nada, ni siquiera ante las grandes fuerzas naturales).
Recursos léxicos en el poema “La Rima XLI” de Bécquer
Es de mencionar que desde el punto de vista léxico predominan los adjetivos. Estos son usados en el texto, pero no superfluamente, están ahí para expresar los sustantivos descritos, caracterizando perfectamente por ello a los dos personajes descritos en este poema: Bécquer y su amada. De esta manera, el autor nos da una descripción mucho más detallada de los sentimientos (“estrecha” refiriéndose a que no había salida, y que le choque pasaría tarde o temprano, e “inevitable” refiriéndose a que el choque era inevitable), costumbres (“acostumbrados” representando lo que normalmente hacían durante un desencuentro) aspectos (“alta’ representando tal vez la alta estatura de Bécquer y “hermosa” representando la belleza de la amada) y personalidades (“inhiesta” y “altivo” refiriéndose las dos a la personalidad testaruda de Bécquer).
En conclusión, el poema que cabo de comentar es uno en el que Bécquer expresa las razones por las que un amor, del mismísimo Bécquer, no funcionó. Hecho de una gran cantidad de recursos literarios, entre ellos metáforas, paralelismos, hipérbatos y símbolos, incluyendo rima romántica, esta obra de arte es una belleza ante cualquier amante de la literatura. Ya que tiene un vocabulario rico y culto, pero a la vez fácilmente comprensible para cualquiera. Por esta razón esta rima es una de tal belleza, y grandeza; que inspiró a muchos otros autores, y dejo una marca en el mundo de la literatura española.
