Estimulación Temprana en Niños con Discapacidades de Retraso Psicométrico

Estimulación temprana en niños con retraso psicométrico

La estimulación temprana es una actividad de mucha ayuda que se empezó a implementar en los niños con retraso psicomotriz el cual se ejecuta con el objetivo de poder de cierta manera restaurar o ayudar a las funciones motrices que por causas aún no descubiertas al 100% pero que se da un diagnostico cercano que la define como una causa genética o adquirida que de esta manera hace que el menor de edad de entre 0 a 3 años tenga impedimentos en las funciones mentales las cuales son de total importancia para el desarrollo del infante porque son las responsables de hacer que el menor sea capaz de realizar actividades motoras: caminar, hablar e interactuar con menores de su edad.

Las causas adquiridas, pueden tener origen en el intraútero, en el parto u ocurrir de manera postnatal. Algunas de las causas son las infecciones, problemas vasculares o traumatismos. Las causas de base genética, encontramos variedad de errores congénitos del metabolismo que dan origen a una afectación motora y cognitiva, sin embargo también hay muchas otras enfermedades no metabólicas debidas a alteraciones genéticas, que afectan a los infantes.

Los primeros indicios de que un niño tiene retraso psicomotriz es cuando no desarrollan las destrezas dentro del período de tiempo adecuado, o si lo realizan con muchas dificultades por tal motivo es necesario que los padres deben estar atentos a estos pequeños detalles que pueden ayudar al menor a contrarrestar tal retraso:

  • Si a los seis meses el bebé se muestra un tanto irritable, emplea solo una mano a fin de jugar, muestra poco interés por el entorno o se sobresalta con frecuencia ante los ruidos.
  • Si al año no se desplaza solo a ningún lado o a menos de dos metros, babea durante gran parte del día y se lleva a la boca todo tipo de objetos.
  • Si a los dos años es muy hiperactivo y no consigue concentrarse en actividades adecuadas a su edad, o si es incapaz de involucrarse en juegos porque no los entiende.

Estar pendiente de estas pequeñas señales se volvería una gran diferencia para que el menor pueda ser evaluado y lograr que identifiquen si tiene un retraso psicomotriz.

La estimulación temprana se realiza en niños con retraso psicomotrices a los que se les detecta esta afección basándose en estudios tales como: la evaluación neuropsicológica, la cual se realiza a través de las escalas de desarrollo, también conocidas como ‘baby test’. Dichas escalas son instrumentos inspirados en las pautas evolutivas normales que engloban diversas áreas del desarrollo: control postural/motricidad, coordinación viso-manual, lenguaje y conductas de relación social.

Existen 4 tipos de escalas para la primera infancia:

  • Primera escala

Las escalas de cribado la cual permite identificar problemas, déficit o alteraciones de una manera precoz. Dentro de este primer grupo destacan la escala de Denver desarrollada por Frankenburg y Dodds en 1990 y la escala Haizea- Llevant desarrollada por Fernández-Álvarez en 1991.

· Escala de Denver (1990). Desarrollada para examinar los progresos en el crecimiento de los niños entre el nacimiento y los 6 años de edad. Se administra de forma individual, aplicada por profesionales de la salud y la enseñanza, su sencillo sistema de aplicación e interpretación. Consta de 105 elementos para evaluar 4 áreas: psicomotricidad fina, psicomotricidad gruesa, lenguaje y socialización. La interpretación es: el examen normal, anormal o dudoso. Los menores con resultados anormales o dudosos deben ser reexaminados 2 o 3 semanas después y si los resultados son los mismos, deberá examinarse con una escala más completa. El tiempo estimado de realización de la misma es de 10-20 minutos.

· Escala Haizea-Llevant (1991). Permite comprobar el progreso infantil entre el nacimiento y los 5 años de edad. La aplicación es individual y puede ser realizada por profesionales de la salud. Incluye 97 elementos distribuidos en las siguientes áreas: socialización, lenguaje, lógica matemática, manipulación y postura. Su aplicación es sencilla y rápida.

En este primer grupo de escalas o sistemas de evaluación de esta afección podemos notar que su utilización es muy sencilla y además útil.

  • Segunda escala

La Métrica o cronológica para la evaluación del desarrollo. Donde destaca la escala de Brunet y Lezine (1987), la escala de Bayley (1993), el Inventario de desarrollo de Batelle (Newborg, 1998) y la escala de evaluación del comportamiento neonatal (Berry- Brazelton y Nugent, 2007).

  1. Escala de Brunet-Lezine (1987). Dirigida a niños entre 0 y 6 años de edad. Proporciona información sobre las áreas psicomotriz, postural, de coordinación y lenguaje. Cada una de estas áreas se evalúa a través de 10 items.
  2. Escalas Bayley de Desarrollo Infantil (1993). De administración individual y para niños desde el nacimiento hasta los 2,5 años, su aplicación permite conocer el índice de desarrollo mental y psicomotor.
  3. Inventario de desarrollo Batelle (Newborg, 1998). Fue desarrollado para examinar el desarrollo de los niños entre los 0 y los 8 años de edad. Indica las edades equivalentes de desarrollo en las siguiente áreas: personal/social, conducta adaptativa, motriz, comunicación y cognición. Está formado por más de 300 elementos, pudiendo aplicarse en su forma completa o abreviada, siempre de forma individual.
  4. ·scala de evaluación del comportamiento neonatal (Berry- Brazelton y Nugent, 2007). Tiene la finalidad de observar el comportamiento y competencias neonatales de los bebes hasta los 3 meses de vida. En la actualidad los profesionales emplean una observación neuroconductual individual del bebé a través de 18 ítems diseñados para examinar las capacidades motoras, reflejas, de los estados de conciencia y el comportamiento social del bebé. El tiempo de administración es variable.

En este segundo grupo de escalas se puede apreciar que el desarrollo y la aplicación de las mismas son más amplias ya que abarca con edades mucho más allá de los 0-3 años de edad.

  • Tercera escala

Escalas de apreciación en la evaluación del desarrollo. Se aprovecha información obtenida a través de los padres o cuidadores. La escala observacional del desarrollo de Secadas (1988) es una de los instrumentos más utilizados. Permite describir los procesos y secuencias temporales de las fundamentales áreas de desarrollo y diseñar un tratamiento de intervención educativa.

  • Cuarta escala

Escalas ordinales para la evaluación del desarrollo cognitivo. Basadas en el modelo de Piaget, las etapas de la inteligencia sensoriomotriz de Casati y Lézine (1968) y las escalas ordinales del desarrollo psicológico de Uzgiris y Hunt (1968) (Méndez Ramírez, y cols, 2003), informan del nivel cognitivo del niño/a según las diferentes etapas, siendo de gran beneficio para la planificación de programas de intervención educativa. La desventaja es que no existen versiones adaptadas al español y son mucho menos usadas que las anteriores.

Estas diversas escalas ayudan de gran manera a los niños con retraso psicomotriz a fin de poder verificar y saber cuál procedimiento es el mejor de utilizar en cada infante.

01 August 2022
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