Pensamientos Filosóficos de Immanuel Kant

Introducción

Durante los años que vivió Kant se sitúan en un período de la historia en el cual tuvieron lugar algunos de los eventos (guerra de los siete años) que hicieron de Europa y el mundo el ámbito plurinacional que ahora conocemos; entre otros, la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica y la Revolución Francesa. Algunos de estos acontecimientos tuvieron impacto en el pensamiento filosófico de Kant, de no haber ocurrido, algunas de sus filosofías no hubieran sido formuladas. A lo largo de la obra kantiana puede trazarse un hilo conductor a través del cual es posible reconocer su genuina preocupación por la formación del carácter moral y el papel de la razón en la conducta humana.

Desarrollo

El hecho de que Kant se encargase primero de los problemas epistemológicos podría leerse como el cumplimiento de la tarea necesaria e indispensable para sentar bases firmes sobre las cuales pudieran plantearse las cuestiones más vitales. Estas breves observaciones me llevan a la conclusión de que en la filosofía de la historia kantiana la guerra es un fenómeno natural de la historia humana, lo que no quiere decir que sea moralmente justificable, mientras que el orden social y la paz son constructos humanos. De hecho, como presentaremos más adelante, para Kant, guerra y justicia no son conceptos que puedan vincularse. Lo propio de la justicia es la paz y no la guerra.

Kant sostiene que el estado de naturaleza sin leyes es un estado de guerra continuo incluso cuando no hay ninguna hostilidad la situación sigue siendo de guerra, pues no hay ningún marco legal común entre los individuos que asegure el comportamiento de mi vecino. Por ello, para salir de este estado los hombres constituimos entre nosotros la sociedad civil. Para Kant hacer esto es un deber categórico de la razón “La razón práctica moral fórmula en nosotros su veto irrevocable: no debe haber guerra”. Por tanto, consideramos según Kant que el estado de paz no es un estado natural entre los hombres, sino que tiene que ser instaurado, es producto de la voluntad humana, es un logro político.

El problema que propone Kant es que nos encontramos con una multitud de Estados independientes entre sí, que se encuentran entre ellos en la misma situación de guerra. Pero afirma que la misma exigencia de la razón que obliga a los individuos constituirse en un estado para superar la situación de guerra también obliga a los estados a constituir un estado mundial mediante el cual instaura la paz perpetua y superar el estado de naturaleza. El objeto es mostrar esta paz perpetua no solo como una exigencia de la razón sino como algo posible por los seres humanos y no solo posible, sino que garantizado por la naturaleza.

Kant por tanto desarrolla una obra delimitando condiciones, llamada: “Sobre la paz perpetua”. Está compuesto por dos grandes apartados, que contienen: los artículos preliminares y los artículos definitivos para la paz perpetua. La separación en dos apartados sugiere, que es importante reparar y el logro de la paz supone dos etapas diferenciables. El primero consiste en poner límites a la guerra a través de leyes, con el fin de reducir los recursos bélicos. La segunda etapa es la que corresponde, realmente, a la construcción de la paz. Además, encontramos dos suplementos y un anexo. En estos últimos hallamos las reflexiones filosóficas del tratado. Kant entonces a expresa las condiciones, la garantía y los impedimentos para el logro de tal fin.

La prohibición de que existan reservas secretas en los tratados de paz. Según Kant no se puede firmar ningún tratado de paz de la guerra sin que se hayan eliminado todas las hostilidades que ella conlleva, porque de lo contrario lo que estaría haciendo sería simplemente un aplazamiento de las hostilidades que después causarían nuevamente guerra. La prohibición de que un Estado pueda ser adquirido por otro mediante herencia, intercambio, compra o donación. Kant defiende: “Un estado no es un patrimonio, es una sociedad de hombres sobre las que nadie más que ellas mismo tienen derecho a mandar y disponer”. Otro estado no lo podría adquirir porque esto significaría eliminar su existencia como persona moral.

La eventual desaparición de los ejércitos regulares. Sostiene que un ejército permanente es una amenaza continua para el resto de estado, pues aparece preparado para cualquier caso de guerra, pues obliga a los Estados a embarcarse a una carrera armamentística para estar siempre más preparado que otro, esto daña los prospectos de la paz futura. La prohibición de la emisión de deuda púbica en relación con los asuntos de política exterior. Si consideramos como instrumento de acción y reacción entre las potencias, entonces se convierte en un sistema de crédito compuesto de deudas que van aumentando sin cesar, pues esto es un poderoso obstáculo para la paz perpetua porque la bancarrota de un Estado facilitara la catástrofe de muchos otros Estados.

Ningún Estado debe inmiscuirse por la fuerza en la constitución y el gobierno de otro. Kant manifiesta que no hay elogio para intervenir en otro Estado, ya que se trata de una persona moral, y por ende, no puede ser tomado como cosa, ni que sea objeto de ambición de otro que es igual. Hoy en día también se puede considerar que se cumple esta condición. Ningún Estado en guerra con otro debe permitirse tales hostilidades que haga imposible la confianza mutua en la paz futura como el empleo en otro Estado de asesinos, envenenadores, el quebrantado de capitulaciones, la inducción a la traición etc. Estas estrategias son deshonrosas. Aquí Kant se alinea con la tradición del ius in bellos, que desde la Edad Media decía que ni siquiera en la guerra estaba permitido. 

También en la guerra son necesarias un mínimo de leyes que aseguren la confianza y el respeto mutuo entre los combatientes, ya que el fin de la guerra es la paz. El Estado con el que ahora estas en guerra, es aquel con el que en un futuro tendrás que compartir la paz. Como la guerra en último término está orientada a la paz cualquier medio que obstaculice conseguir este fin debe ser ilícito. Estas han son las seis condiciones preliminares, algunas de ellas han de ser consideradas como (leyes prohibitivas), algunas de ellas puedes ser consideradas (estrictas) y verdaderas y exigen una (inmediata) ejecución. En cuanto a la segunda sección que corresponde realmente a la construcción de la paz, es decir, los artículos definitivos de la paz perpetua entre los estados.

Conclusión

La constitución civil de todo Estado debe ser republicana. Esto no significa que la monarquía sea incompatible con la república según Kant. Entendiendo que Kant no opone república a monarquía, sino república a despotismo, de modo que si tuviéramos una monarquía no despótica en la cual el rey no gobernara como propietario de sus súbditos, sino como el máximo representante de su voluntad, estaría gobernando según el espíritu republicano. Para Kant la monarquía es la forma de gobierno más fácil para alcanzar la constitución republicana, por el contrario, la democracia es la forma de gobierno más despótica y nunca puede ser republicana. 

Por lo que para Kant una monarquía bien entendida puede ser republicana. Los principios de la constitución republicana se basa en los principios de la revolución francesa: igualdad, libertad, fraternidad y en la separación de poderes de Montesquieu. En un Estado republicano es mucho más difícil la guerra que en uno despótico, porque en la república el gobernante representa la voluntad de los ciudadanos, como si los mismos ciudadanos tuvieran que decidir y cargar con los costes de la guerra y por tanto un representa  

10 July 2021
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