Fotoperiodismo Durante la Pandemia de Covid 19
El fotoperiodismo es documental, una forma de documentar la realidad pero con cierto punto de carácter social, teniendo un compromiso con la objetividad de hechos de actualidad o que interesan a la sociedad. Este compromiso se ha llegado a transformar en la responsabilidad de informar sobre la sociedad y la política mundial.
Actualmente, el fotoperiodismo está inmerso en una crisis de credibilidad ante sus lectores. El conflicto entre las agencias, los reporteros y los editores por conseguir la información y la consiguiente remuneración económica, tiene como resultado la realización de acciones alejadas de la ética (García, 2005).
En el fotoperiodismo se exponen las conexiones que se constituyen entre la fotografía y los hechos de actualidad. No se escapa nada a la cámara de los reporteros gráficos: la actuación de los seres humanos, las instituciones y la sociedad quedan retratadas en sus imágenes (García, 2005).
Un ejemplo de exponer lo hechos de actualidad al ojo público es lo que ha sucedido durante la pandemia de la COVID-19, los fotoperiodistas han saltado a las calles para contar lo que la gente no podía ver. Por ejemplo, el fotoperiodista Samuel Aranda publicó unas fotografías de un sanitario transportando ataudes con víctimas del Coronavirus al aparcamiento de un hospital de Barcelona. Uno de los objetivos de la imagen fotoperiodística es el de presentar testimonios, conseguir la movilización de las conciencias y la transformación de la realidad. Dicho de otra forma, cuando el fotoperiodismo realiza su función, otorga a la sociedad las pruebas que hacen falta para poder corregir aquello que la perjudica. No obstante, cuando la imagen fotoperiodística sigue la línea de los intereses empresariales o personales, puede descontextualizar, tergiversar, esconder la realidad y engañar al lector (García, 2005).
Asimismo, se puede dar con una imagen estática, habitual, alejada del acontecer inmediato, que contribuye a la actividad de comunicar y hacer entender acontecimientos de actualidad. Alonso Erausquin (1995) sostiene que el fotoperiodismo oscila entre dos polos: engloba desde la transmisión de un hecho actual de forma eficaz y directa (fotografía informativa plena) hasta la presencia ilustrativa al lado de la nota escrita de tal evento (fotografía con utilización informativa, de tono débil) (Erausquin, 1995, citado en García, 2005).
El fotógrafo asume siempre una posición ante la fotografía de un suceso, su punto de vista va a estar presente en su fotografía, aunque intente ser lo más objetivo posible: los sujetos, el ángulo, el enfoque y la distancia son decisión de él y de las características de su cámara. Después, es el editor gráfico el que decide si la fotografía se publica tal y como aparece en el archivo electrónico o necesita algunas mejoras, si se tendrá en cuenta o no el contexto, así como el tamaño y la posición que tendrá. En la actualidad se pueden apreciar algunas estrategias en el manejo de la imagen que están llevando a cabo los grandes grupos concentradores de medios: por un lado, la confusión respecto al estado de algunos de sus mensajes, haciéndolos pasar por lo que no son; por otro lado, el conocimiento sobre técnicas que ahondan en los mensajes visuales para conseguir una mayor incidencia sobre el receptor, fundamentalmente a través de estereotipos, adquiriendo la función de modeladores (García, 2005).
Estos comportamientos están causando una crisis de los modos de representación que constituye la primera causa de conflicto de la fotografía de realidad en un mundo que depende de la producción y el consumo de imágenes, un mundo que ha podido ver satisfechas sus demandas sobre la realidad con fotografías sustitutas de la experiencia de primera mano. Según Fisas (1998), “en el fotoperiodismo existe el riesgo de que la foto de impacto se convierta en la misma realidad, matando a la realidad de verdad” (Fisas, 1998, citado en García, 2005 p. 264).
A partir de la incursión de las nuevas tecnologías en las áreas de captación, tratamiento, transmisión, edición y reproducción de imágenes, el empleo tradicional de la información fotográfica está siendo modificada cualitativa y cuantitativamente. En términos cualitativos, los grandes grupos concentradores de medios están asimilando ciertos comportamientos que han causado una crisis de los modos de representación y la consiguiente sospecha del lector. Comportamientos como: la tendencia a monopolizar la información y la manipulación electrónica de la imagen, y el servilismo de algunos medios frente a sus gobiernos. En términos cuantitativos, la fotografía abunda cada vez más. Los editores afirman que la fotografía es un instrumento poderoso de comunicación que tiene como características destacables: llamar la atención del lector y transmitir emociones más que el resto de elementos, empleando para conseguirlo el diseño editorial (García, 2005).
Por ello, por que los medios han sido conscientes del poder de la imagen, es que durante la pandemia las fotografías en la UCI de diversos hospitales han sido clave para que la población fuera consciente de lo que estaba sucediendo en los hospitales. Un ejemplo de ello son las fotografías de Anna Surinyach en las que muestra el trabajo de los sanitarios no solo en una Unidad de Cuidados Intensivos, sino también el de otros sanitarios y sus vidas fuera del hospital durante la pandemia.