Guerra Comercial entre EE.UU y China: Un Repaso Rápido al Conflicto

“El crecimiento económico se ha convertido en la religión secular de las sociedades industriales para avanzar” así afirma Daniel Bell (1976). Evidentemente no estaba equivocado, y es que en las últimas décadas los países han venido compitiendo para mantener el dominio no sólo en lo que a política se refiere, sino también como un punto de estrategia económica. El mejor ejemplo de ello está representado por las dos economías más grandes de la actualidad: EE.UU y China, quienes han desatado un conflicto comercial que rige al mercado internacional y afecta a consumidores de todo el mundo.

Pero, como primer punto debemos comprender cómo comenzó el conflicto. Pues sencillo, en marzo de 2018 bajo la administración de Donald Trump, EE.UU aumenta los aranceles a los artículos provenientes del gigante asiático en un 25%, lo que se traduce a 50 millones de dólares en productos agrícolas, derivados de la soja y en piezas para automóviles. Estas medidas que imponen altos aranceles, intentan hacerle frente y adelantarse a la economía asiática, y así en un plan para disminuir el déficit que sufre EE.UU en su balanza de pagos, porque es más lo que actualmente compra que lo que vende al exterior. Asimismo el país norteamericano, busca fomentar la industria y el empleo para seguir manteniendo su hegemonía dentro del mercado internacional. Sin embargo el gobierno de Xi Jinping ha respondido con la misma moneda imponiendo aranceles valorados en 50 millones de dólares, con 25% a las importaciones estadounidenses. De acuerdo a Macarena Vidal Lily y Sandro Pozzi la represalia de China a EE.UU comenzó en abril de 2018 con la imposición arancelaría a 120 tipos de productos estadounidenses valorados en 3.000 millones de dólares. Esta cifra fue aumentando sucesivamente con el pasar de los meses.

La postura de los mandatarios de ambos países es dura, y han sido varias las oportunidades donde han reiterado que ninguno va a ceder a las pretensiones del otro, con los aumentos de las tasas aduaneras. Ahora en un segundo punto, veamos quién va ganando este conflicto. Pues, la guerra arancelaría se ha convertido en un juego de “toma y dame” donde nadie se ha visto favorecido. China ha tenido que devaluar su moneda nacional, porque que es más costoso comprar en el país con dólares, y aunque de esta manera no perjudica a las exportaciones, si daña sus importaciones, y así “mientras más expuesto al comercio internacional esté un país, mayor riesgo correrá su moneda” apunta Mora. Por otro lado EE.UU está sufriendo las consecuencias de una competencia desleal, haciendo que China por ejemplo, quiera ensamblar sus equipos tecnológicos en otros países. Sin embargo esto traería como resultado más competencia para el país norteamericano y más gastos en la adquisición de los artículos dentro del mismo mercado.

Ante la incertidumbre que ha provocado la guerra comercial y la devaluación del yuan, Edduardo Anton apunta que los inversores han destinado su capital hacia otros mercados con monedas más confiables como el yen japonés, el franco suizo y el dólar estadounidense que se ha vuelto cada vez más fuerte. Mientras que el economista y profesor Federico Furiase a BBC Mundo dice lo siguiente “China deprecia su moneda y genera un movimiento global de aversión al riesgo” en una economía donde Trump no quiere un Yuan débil, al contrario quiere un dólar débil para disminuir su déficit comercial y así China no puede seguir devaluando el yuan porque al hacerlo pierde inversionistas, y después de todo, la forma de proceder del mercado chino no es la misma del resto de países en el mundo.

En un tercer punto tenemos la repercusión para las grandes instituciones, como la Unión Europea (UE), a la cual si bien le ha generado un beneficio a corto plazo, porque hace que EE.UU y China se abran más a mercados europeos o países como Canadá, Japón y Corea del Sur, a largo plazo el conflicto no solo puede afectar a la UE, sino también a Latinoamérica y al resto del mundo porque si los excesivos aumentos arancelarios no son controlados, los precios aumentarán, el bolsillo de la población se verá afectado y el costo de las importaciones para el resto de los países, en una economía global donde la mayoría de los productos tienen etiquetado estadounidense o están “Made in China”

En un cuarto punto debo mencionar aquellos mecanismos de los que se valen ambos países para intentar quebrantar la economía del otro. China puede llevar la delantera, porque esta cuenta con 2 billones de dólares que tiene en bonos del tesoro en territorio estadounidense, y al ser estos sacados al mercado internacional, puede desestabilizar la economía de Norteamérica. Pero hay que tener cuidado, porque una medida como esta también puede perjudicar a China en un plazo no muy largo por la cantidad de dinero que se toma en cuenta. También el país asiático cuenta con las famosas tierras raras, los cuales son minerales químicos como el lantano, cerio, prometio, que se utilizan en baterías recargables para automóviles eléctricos, computadoras, catalizadores, refinerías de petróleo, entre otros, elementos preocupantes para EE.UU. Ya que según los experto de El CEO “utilizan en una amplia gama de productos tecnológicos (…), y Pekín podría usar su posición dominante como proveedor mundial como arma en la guerra comercial”

EE.UU afirma que China roba material intelectual, que sus prácticas en el comercio internacional no son las correctas y pide que ejecute un comercio más abierto y transparente. Es importante también citar a Schumper (1911), quien en su modelo, considera que las innovaciones son las que van a propiciar el crecimiento económico entre naciones, siguiendo este supuesto tenemos a China que busca convertirse en el país líder en tecnología artificial y farmacéutico para así más adelante impulsar su más grande proyecto ‘Made in China 2025’

A modo de conclusión debemos entender que un yuan más débil pone presión en las tasas de cambio de los mercados emergentes porque hay una correlación histórica entre los movimientos del resto de monedas frente al dólar. Por ende y según Gary Hybauern, la preocupación para Latinoamérica es que las empresas dejen de invertir paralicen su actividad comercial para protegerse de las consecuencias económicas del conflicto.

Bibliografía

  1. Daniel Bell (1976): Las Contradicciones Culturales del Capitalismo, Nueva York
  2. Schumper, J. A (1911): The therory of economic Development, Oxford University Press, Nueva York
  3. Edduardo Anton (2019) “BBC Mundo” Gestor en Andback Wealh Management, Miami
  4. Federico Furiase (2019) “BBC Mundo” Consultora ECO GO, Universidad Argentina Torcuato Di Tella
  5. Mora (2019) “BBC Mundo”
  6. CEO (2019) “Tierras raras, el nuevo elemento de negociación en la guerra comercial entre China y EU”
  7. Macarena Vidal Lily y Sandro Pozzi (2019)”EL PAIS” Nueva York
  8. Gary Hyfbauern (2019) “BBC Mundo” Centro de Pensamiento, Washington
01 August 2022
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