Historia sobre las Hazañas De La Revolución Francesa
Introducción
Napoleón fue uno de los personajes que causaron mayor controversia en el siglo XIX, ya que sus actos y hazañas marcaron un antes y un después en la historia de Europa, con sus victorias y derrotas Napoleón demostró que con esfuerzo, y liderazgo puedes doblegar toda una nación. La ideología de Napoleón Bonaparte fue una persona con aspiraciones de poder y grandeza, a pesar de no haber pertenecido desde un inicio a Francia, llegó a tener un gran espíritu patriótico hacia aquella nación.
Desarrollo
Las bases de sus ideologías de una Francia unida y más adelante una Europa bajo un pensamiento revolucionista nacido en la era de la ilustración, durante este siglo de las luces, se instruyó en leer obras de grandes personajes de la época como Voltaire, Rousseau, Racine y el Abate Raynal. En pocas palabras estos fueron “los ideales ilustrados como trampolín militar”. Este personaje destacaba por su carácter orgulloso, ambicioso, además , de una personalidad solitaria e inteligente.
Pero esa soledad desaparecía al momento de entrar en batalla, ya que las palabras de Napoleón hacia sus camaradas en cada guerra napoleónica inspiraron cada victoria y cada derrota. Fue un gran líder desde el inicio hasta el final, con increíbles tácticas de guerra (movilidad, iniciativa, economía o concentración de fuerzas para vencer o sostener puntos estratégicos, entre otros), Napoleón reformó y refinó la composición y funcionalidades de las distintas unidades y cuerpos de sus ejércitos (infantería, caballería, artillería).
Hasta convertirlos siempre bajo su dirección personal, en una perfecta maquinaria de guerra que lo ayudaba a superar momentos verdaderamente perdidos para cualquier otro general a cargo. Su increíble orgullo tenía sus acentos en su propio camino a la grandeza como emperador de Francia, debido a que antes de ser tan reconocido por toda la nación era una persona que no demostraba confianza en la fuerza militar francesa, se puede decir que lo subestimaban.
Pero todo eso dio vuelta en la batalla de Tolón dónde dio a conocer sus estrategias militares y luego las volvió a usar sin piedad para opacar una revuelta en la capital, ya que para Bonaparte lo más odioso era el caos, para él este caos tenía que convertirse en orden, un orden que tenía que servir a unos ideales. Nada detenía sus creencias, sus ideales, su determinación, su insuperable pasión de construir una Francia en dónde pueda brillar aquella libertad, igualdad y fraternidad que impulsan a este personaje. Él se convirtió en la misma revolución.
La visión de una nueva Francia en su tiempo como Primer Cónsul en 1800 y tiempo después como Cónsul Vitalicio en 1802, llevó a Francia a un cambio totalmente distinguible para el resto de Europa en tan solo dos años, no solo en su forma de gobierno, sino también en su forma de pensar, cuestionar y dirigir una nación a despojarse del antiguo régimen que tanto oprimía las oportunidades de la población a crecer tanto en ámbito económico como social. Francia vivió años esplendorosos, en especial su capital, París, dónde se llevaron cambios como:
Fortalecimiento del estado central. No se permite oposición política. Fortalecimiento de los servicios de seguridad y censura a la prensa. Concordaron con la santa sede y la publicación de la santa sede. Firma de paz con los enemigos de Francia. El Código Civil. Construcciones de parques, muelles, etc. Cuando Napoleón tomo el poder de Francia ya tenía una idea de cómo debía ser un país moderno. Toda la sociedad Francesa se mantuvo bajo su mirada, además instauró un fuerte gobierno centralizado y una burocracia estrechamente estructurada,
Conclusión
Organizó un nuevo sistema de colegios, estableció un banco central “El banco de Francia” y con ello revivió la economía y así mismo la prosperidad del país. El mismo Bonaparte dijo que “haría de París la ciudad más bella que haya existido nunca”. Se podría considerar la ciudad más moderna de la época, y así haciendo una serie de reformas políticas, económicas y legales creó los cimientos de una nueva Francia. En toda Europa se hizo eco de sus hazañas y así mismo se vio en Bonaparte la reencarnación de los ideales y esperanzas de la Revolución.