Historia De Las Computadoras Y Sus Efectos en La Sociedad

Las computadoras de escritorio o “desk tops”, portátiles y tabletas se han convertido en una parte tan importante de la vida diaria que puede resultar difícil recordar una época en la que no existían. En realidad, las computadoras son todavía relativamente nuevas. Aunque han estado en uso técnicamente desde la invención del ábaco, hace aproximadamente 5,000 años, son las computadoras modernas las que han tenido el mayor y más profundo efecto en la sociedad. En 1944 se desarrolló la primera computadora digital de tamaño completo en la historia. Llamada Mark I, se usó solo para cálculos sencillos y pesaba aproximadamente cinco toneladas. A pesar de su tamaño y capacidad limitada, fue la primera de muchas innovaciones tecnológicas que iniciarían posteriores generaciones de desarrollo que nos transportarían a la “era de la información”.

Las computadoras de primera generación eran muy diferentes a las computadoras que conocemos, tanto en apariencia como en desempeño. La primera generación de computadoras tuvo lugar entre 1940 y 1956 y fueron máquinas de un tamaño extremadamente grande. En esa etapa, el funcionamiento interno de las computadoras era menos sofisticado. Aquellos primeros equipos requerían tambores magnéticos para la memoria y tubos de vacío que funcionaban como interruptores y amplificadores. Los principales responsables del enorme tamaño de las máquinas y de las considerables cantidades de calor que liberaban fueron los tubos de vacío. Estas computadoras producían tanto calor que se sobrecalentaban regularmente a pesar de las grandes unidades de enfriamiento que tenían instaladas. Las computadoras de primera generación hicieron uso de un lenguaje de programación muy básico que se conoce como lenguaje de máquina. Pero, dejó de emplearse por lo complejo de su ejecución, siendo reemplazado eventualmente por otros lenguajes de aplicación más sencilla, capaces de reducir la posibilidad de cometer errores.

La segunda generación de computadoras logró reducir en varias toneladas su tamaño al reemplazar los tubos de vacío por transistores. El cambio les permitió usar menos electricidad, así como generar menos calor. Por lo tanto, las computadoras de segunda generación fueron considerablemente más rápidas que sus antecesoras. Las computadoras de transistores también desarrollaron memoria central que usaron junto con el almacenamiento magnético. Los lenguajes de alto nivel más sofisticados como COBOL (Common Business-Oriented Language) y FORTRAN (Formula Translator) entraron en uso común y se han expandido hasta el día de hoy. Estos lenguajes reemplazaron el código binario y críptico con palabras, oraciones y fórmulas matemáticas, lo que hizo mucho más fácil programar una computadora a partir de entonces.

De 1964 a 1971, las computadoras evolucionaron en términos de velocidad debido a la implementación de circuitos integrados. Los circuitos integrados, o chips semiconductores, eran una gran cantidad de transistores en miniatura empaquetados en chips de silicio. Esto no solo aumentó la velocidad de las computadoras, sino que también las hizo mucho más pequeñas, potentes y menos costosas. Además, en lugar de las tarjetas perforadas y las impresiones de los sistemas anteriores, los teclados y monitores ahora permitían a las personas interactuar con las máquinas informáticas de manera “personal”. El uso de un sistema operativo que permitía a las máquinas ejecutar muchos programas diferentes a la vez con un programa central que monitoreaba y coordinaba la memoria de la computadora fue otro desarrollo de tercera generación.

Las innovaciones de mayor impacto en la historia de las computadoras ocurrieron de los años 1971 a 2010. Durante este periodo, la tecnología se desarrolló hasta un punto en el que los fabricantes podían colocar millones de transistores en un solo chip de circuito. Dicha encapsulación fue conocida como tecnología de circuito integrado monolítico. También se anunció la manufactura del chip Intel 4004, el primer microprocesador disponible comercialmente en 1971. Su producción introdujo la industria de las computadoras personales que actualmente conocemos. A mediados de la década de 1970, las computadoras personales, como el modelo Altair 8800, estuvieron disponibles para el público en formato de kits que requerían ensamblaje por parte del usuario. A finales de los 70 y principios de los 80, comenzaron a abrirse paso en el mercado las computadoras personales para uso doméstico, ensambladas de fábrica y no listas para ensamblar, tales como los modelos Commodore Pet, Apple II y la primera computadora IBM. A principios de la década de 1990, el advenimiento de las computadoras personales más costo-eficientes y su capacidad para crear redes conducirían eventualmente a Internet.

Durante la cuarta generación de computadoras advino la creación de computadoras aún más pequeñas, incluidas las computadoras portátiles y dispositivos de mano. La interfaz gráfica de usuario, o GUI, también se inventó para el mismo periodo. Además, la velocidad de la memoria y del almacenamiento de la computadora experimentaron importantes mejoras. Durante este periodo surgen los equipos desarrollados para uso totalmente general, menos costosos y mucho más confiables. A medida que las computadoras se generalizaron en el lugar de trabajo, se desarrollaron nuevas formas de aprovechar su enorme potencial.

Las computadoras han cambiado el mundo de muchas formas. En el futuro, los usuarios de computadoras pueden esperar una tecnología informática aún más rápida y sofisticada. La computación de quinta generación apenas comienza. Se están realizando investigaciones en los campos de la nanotecnología, la inteligencia artificial y la computación cuántica. El objetivo de la informática durante este periodo es desarrollar dispositivos que respondan a la entrada del lenguaje natural y sean capaces de aprender y auto-organizarse. Sin lugar a dudas, los efectos de la revolución social, económica y cultural generada por el desarrollo de la computadora personal se seguirán sintiendo a lo largo del siglo XXI. Y nosotros seremos parte de la historia.

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