Ideas Para Evitar El Desperdicio Alimentario

Introducción

Comprar con cabeza y aprovechar los alimentos es básico para no desperdiciar comida en tiempos del COVID-19. Te damos 7 consejos que te ayudarán a organizarte mejor y tirar lo menos posible durante el confinamiento. El COVID-19 nos ha puesto la vida y nuestro día a día patas arriba. Y la alimentación también se ha visto alterada, porque hay más tiempo para elaborar comidas caseras y también porque los hábitos de compra de también han cambiado.

 Han aumentado las compras online al no poder podemos salir a comprar continuamente, la poca frecuencia con la que salimos a comprar así como el miedo al desabastecimiento hace que a veces compremos a lo loco sin pensar demasiado. Lo que no debería cambiar, aunque sea tiempo de confinamiento, es seguir evitando al máximo el desperdicio de alimentos porque las cifras son tan desalentadoras como terribles.

Desarrollo

Mientras el hambre en el mundo aumenta, 1.300 millones de toneladas de alimentos, es decir, un tercio de la producción mundial, según la FAO (siglas en inglés de la Organización de las Naciones unidas para la Alimentación y la Agricultura), se pierden o se desperdician. De esos, 89 millones de toneladas corresponden a la UE. Lo que equivale a 179 kilos por habitante de alimentos desperdiciados –sin contar los de origen agrícola generados en el proceso de producción ni los descartes de pescado arrojados al mar–.

 Hay más, entre un 30% y un 50% de los alimentos sanos y comestibles a lo largo de todos los eslabones de la cadena agroalimentaria hasta llegar al consumidor que podrían ser aprovechables se convierten en residuos. En los hogares, el desperdicio alimentario alcanza el 42% del total, en la fase de fabricación el 39%, en la restauración el 14% y en la distribución el 5%. A todo esto hay que añadir que ese despilfarro alimentario supone el 5% de nuestras emisiones de gases de efecto invernadero.

Ahora que estamos en casa hasta nuevo aviso gestionar la nevera y la comida es imprescindible: que no nos falte de nada, pero obviamente, que nada se estropee y lo desperdiciemos. Aquí van algunas ideas pata evitar el despilfarro y desperdicio alimentario y contribuir a la salud del planeta y de nuestro bolsillo teniendo una despensa eficiente.

Revisa y organiza el stock. Antes de comprar más alimentos organiza tu nevera, congelador y despensa ordenando los alimentos por fecha de caducidad para que puedas consumirlos antes de que se echen a perder. También es cierto que las fechas de caducidad son orientativas, ya que algunos productos se pueden consumir si hace poco que ha pasado su fecha. Eso sí, evita hacerlo con alimentos frescos como carne o pescado, ya que en ese caso podrías sufrir una intoxicación alimentaria.

Asimismo, chequea y revisa bien qué tienes y qué te falta para evitar comprar cosas que no necesitas. No sin tu lista de la compra. Sal de casa con una lista y con unos menús genéricos planificados es la manera de comprar al tuntún y tener que improvisar. Llevar apuntados aquellos productos que necesitas te permitirá ajustar mucho mejor tu compra. Ah, recuerda no hacer acopio de productos, no los vas a usar todos de golpe y además estás impidiendo que otras personas puedan adquirirlos. Exacto, compra con cabeza y solo aquello que realmente necesites.

Conclusión

Sácale partido al congelador. Si tienes almacenados muchos productos con una fecha de caducidad corta congélalos y ve sacándolos a medida que los necesites. Será la manera de evitar que se estropeen y tengas que tirarlos a la basura. A cada alimento, su temperatura. Conservar los alimentos a la temperatura correcta es fundamental. Deja la compra en un lugar adecuado y no tengas productos frescos demasiado tiempo fuera de la nevera.

A los alimentos en la nevera recuerda que la temperatura óptima de esta son 4 °C; el lugar más frío es abajo y al fondo; el calor tiende a ir hacia arriba y, por tanto, es en la parte superior delantera de la nevera donde hace más calor. Por ese motivo, las cosas que se estropean antes (carne cruda, pescado, restos de comida…) en la zona más fría. Los lácteos como yogures y demás en el estante de encima y arriba del todo, los huevos, quesos y demás que no necesitan tanto frío.

Asimismo, si quieres que frutas y verduras se conserven más tiempo, guárdalas también en el frigorífico, en este caso en el cajón. Excepto berenjenas, pimientos, plátanos o tomates, el frío no les va bien y modificará su sabor. Día de cocinar. Una buena solución para ahorrar recursos u reducir las sobras puede ser dedicar un día a preparar las comidas y cenas semanales. 

Cuando te pongas a cocinar no olvides ajustar las recetas y las cantidades a las personas que van a comer, es una manera de que no quede después comida en el plato. No tires, reaprovecha. Si te sobra comida reaprovéchala preparando nuevas recetas. Seguro que se te ocurren ideas para no tener que tirar esos alimentos. En el caso de que hayas cocinado más de cuenta y no quieras repetir ese mismo día, congélalo.

No te olvides que muchos de los productos y alimentos que usamos a diario son versátiles y permiten múltiples elaboraciones, por eso es aconsejable que cuando planifiques los menús, pienses también en platos que te permitan reaprovechar alimentos en varias ocasiones. Asimismo, en el caso de que hayas comprado demasiado, reutiliza esos alimentos haciendo mermeladas, helados… Recicla. No te olvides de reciclar y tirar donde corresponde cada uno de los envases de los alimentos y productos utilizados.

04 July 2021
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