Identidad, Tolerancia Y Exclusion Social
La discriminación es el trato desigual y excluyente de grupos e individuos por su pertenencia a un grupo o por la suposición de pertenecer a dicho grupo. Este trato desigual o excluyente puede provocar que ciertas personas no tengan permiso para acceder a determinados lugares como escuelas, discotecas o gimnasios o acceder a ciertos trabajos. La discriminación puede manifestarse con insultos, pero también boicoteando ciertas mercancías de grupos concretos. Puede surgir como un tipo de marginación, de imágenes estereotipadas que se representan en los medios de comunicación o en la formación. También hay discriminación cuando los intereses de un grupo determinado no son asumidos por la política o cuando las personas de un grupo no están representados en los estamentos políticos.
El racismo como una forma determinada de marginación, jerarquización y trato desigual de personas por sus rasgos externos relacionados con clasificaciones de grupos como etnia, nación, cultura o religión. El racismo es una muestra de privilegios, de conductas, leyes, estructuras organizativas, imágenes y conceptos culturales que apoyan esta jerarquización y exclusión. Esta jerarquización y los privilegios establecidos que se reproducen, están marcados históricamente por la historia colonial europea.
El racismo, siendo uno de los problemas más graves de respeto a los derechos humanos, suele ser visto de forma negativa, incluso por aquellos que realizan acciones claramente racistas. Pocos se consideran racistas, y sin embargo, el racismo está muy extendido en nuestra sociedad. Por ello, es prioritario llevar a cabo los compromisos y acciones asumidos por la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La existencia de mecanismos de movilidad social no discriminatorios que garanticen una igualdad real de oportunidades para todos (independientemente del origen social, nacional, cultural, étnico o religioso) constituye un elemento para la incorporación exitosa de las poblaciones de origen inmigrante a sociedades democráticas y una garantía en la lucha contra el racismo y la discriminación. Como ya hemos hablado, el racismo social es el resultado de la carga e influencia ejercida por el racismo institucional. Es a partir de esta relación que analizamos los principales aspectos o indicadores de racismo y discriminación que se dan actualmente en el ámbito de la educación en España.
Por tal motivo debe se debe exigir que las escuelas incorporen la lucha contra el racismo y la discriminación, así como el respeto de la diversidad, en su gestión y funcionamiento;
- velar por que la educación en derechos humanos se imparta desde la educación preescolar en adelante, y porque los materiales didácticos estén libres de contenido racista y actualizados con miras a reflejar la diversidad y pluralidad de la sociedad;
- velar por que las escuelas adopten y hagan cumplir un código de conducta contra el racismo y la discriminación racial para el alumnado y el personal; y
- vigilar los incidentes racistas en las escuelas y establecer políticas para poner fin a los mismos;
- se debe impartir formación al personal docente para que trabajen con niños y niñas de todos los orígenes;
- y debería incluirse a los padres/madres del alumnado en las decisiones de sus escuelas encaminadas a promover la igualdad y la no discriminación en la educación;
- luchar contra cualquier segregación de los niños y niñas de grupos minoritarios en las escuelas, impidiendo que se les concentre en clases separadas y ayudándoles a aprender el idioma de enseñanza.
REFLEXIÓN
“El conflicto es parte de la convivencia, pero una escuela que asume esto cuida que su expresión no termine por excluir, estigmatizar o violentar impunemente la dignidad del otro. Anticipar los conflictos, reconocerlos y resolverlos mediante el mutuo entendimiento o la búsqueda de puntos de encuentro, y facilitar los caminos de resolución sin avasallamientos es el trabajo fundamental de una escuela inclusiva. El conflicto se encara y se conduce como parte del proceso de construcción de lo humano” (Hirmas y Ramos, 2013: 48).