Impacto Nacional E Internacional Del Terremoto Del Año 2021 En Chile

Introducción

Chile es tierra de catástrofes, a nuestro haber ostentamos 3 de los 10 terremotos más grandes de la historia (incluyendo el mayor registrado en la historia moderna, en Valdivia, 22 de mayo 1960, de 9,6° y un largo romance con erupciones volcánicas y maremotos de diversa magnitud, Chile es un país que espera su siguiente desastre natural con tranquilidad, los terremotos son catástrofes naturales inesperadas, no existen a la fecha métodos validos de predicción, aunque popularmente en Chile esperamos uno cada 10 a 15 años. 

Tres características hacen los terremotos particularmente peligrosos, su impredecibilidad, su gran potencial destructivo; y las réplicas y Tsunamis posteriores que usualmente duran desde 2 días a varias semanas intensificando la primera ola de devastación, a continuación, revisaremos un breve resumen de la catástrofe y la respuesta sanitaria local y global, fundamentalmente en la respuesta inmediata, los primeros 30 días.

Impacto

A continuación, se presenta una breve infografía que resume el impacto inicial del terremoto, el recuento de daños y áreas damnificadas. Cabe destacar que debido a una grave descoordinación a nivel nacional, el ente regulador ONEMI no fue informada del Tsunami por el ente Supervisor SHOA, no se emitió la alarma de Tsunami y la costa del país no fue evacuada

Nacional

El sábado 27 de febrero 2010, se congregan en la ONEMI las autoridades ministeriales, en el aspecto de salud, se coordina por medio de la Subsecretaría de Redes asistenciales y el Departamento de emergencias y desastres, el cual operó hasta el 26 de marzo cuando se da por cerrar la etapa crítica de primera respuesta, la primera actividad que se coordina desde la capital es el catastro de daños e impacto, conocer el estado de las redes asistenciales, infraestructura, capacidad de funcionamiento y necesidades inmediatas de la población.

La información recabada en esta primera etapa reveló el daño a la red asistencial mencionado en la sección previa de este documento, por lo que las primeras acciones correspondieron a la relocalización de los equipos de salud, re-operabilizar los centros menos dañados a su máxima capacidad posible, instalar hospitales de campaña en las áreas donde no quedaron centros asistenciales operativos, abastecer de elementos de diversa naturaleza (equipos de radiografía portátil, autoclaves, equipos de laparoscopía, medicamentos, vacunas, antibióticos, etc.) y personal humano, los cual se recibió por medio de ayuda internacional así como reasignando personal de otras áreas del país.

Cada Servicio de Salud regional fue responsable de realizar su propio diagnóstico de daños y elevar los requerimientos para sus comunidades, en forma excepcional por medio de un “Decreto Supremo de Emergencia sanitaria” se entregó atribuciones administrativas a los Servicios de Salud hacer uso de la capacidad Sanitaria de centros privados, para asegurar la atención de los pacientes.

Es importante destacar que la mayor parte de las atenciones entregadas fueron de carácter traumatológico, se implementó un sistema de vigilancia epidemiológica que incluía las 14 zonas más afectadas (Curicó, Talca, Constitución, Parral, entre otras) a fin de mantener una trazabilidad temprana para enfermedades gastrointestinales, enfermedades respiratorias, enfermedades mentales, ectoparásitos entre otras, debido a las condiciones de hacinamiento, limitación de acceso al agua potable, habitación de alberges, entre otras; existió brotes menores aislados de diarrea, pediculosis y sarna en Albergues, lo que hace suponer que la población cuenta con dos características importantes, por una parte no agobia los centros de salud tras las catástrofes e intenta acudir solo a atenciones necesarias, y por otro lado, los hábitos de aseo personal se encuentran bien arraigados en la población, incluso entrando en la campaña de invierno (mayo) no se observó una frecuencia inusual de enfermedades respiratorias, finalmente confirma la utilidad de la vigilancia epidemiológica temprana para prever el agravamiento de las situaciones de emergencia.

Finalmente, múltiples medidas administrativas de carácter legislativo eran necesarias para permitir la reconstrucción del país, sin embargo el terremoto ocurrió a 13 días del fin del mandato de la Presidenta Michelle Bachellet (Médico, Partido Socialista) y el inicio del mandato del Presidente Sebastían Píñera (Empresario, Renovación Nacional) lo que, por ser de coaliciones políticas opuestas, implicaba un cambio en toda las plana mayor Ministeriales y cargos de confianza del gobierno, incluyendo un cambio en la estrategia de gestión de la asistencia a las comunidades afectadas, esta interrupción significó un retraso en ordenes administrativas, algunas estrategias adoptadas, principalmente de carácter social que fueron suspendidas y no fueron retomadas posteriormente, el más sentido por la población fue El Plan de Protección de la Salud Mental en Situaciones de Emergencias y Desastres, vigente desde 2008, que no fue socializado a los alcaldes y comunidades y no llegó a ser implementado. sin embargo diversas agrupaciones comunitarias se organizaron a distintos niveles para dar respuesta a esta necesidad como veremos en el próximo punto.

Local

Las comunidades despojadas y damnificadas en el terremoto mostraron una capacidad de resiliencia sobrecogedora, como veremos a continuación, no recibieron en forma pasiva la asistencia del estado, Por el contrario, la desesperación de los ciudadanos y la ola de saqueos de supermercados y centros de abastecimiento, el gobierno dio respuesta resguardando los intereses privados con fuerza militar e instaurando toques de queda en el área de catástrofe, criminalizando de esta forma a las comunidades devastadas. Sin embargo las comunidades hicieron gala de un profundo sentido de coherencia y prestaron las primeras ayudas aun entre los mismos pobladores afectados.

Ejemplos de esto es la búsqueda y rescate de sobrevivientes, ya sea bajo las ruinas de edificios en Concepción como en las comunidades pesqueras en las costas, durante la noche de los Tsunamis y en medio del enjambre de replicas que agobió al país durante 2 semanas, fueron los mismos ciudadanos la mano de obra que movió escombros en busca de sus seres queridos.

Agrupaciones universitarias y agrupaciones profesionales (colegio Médico y colegio de Enfermeras) se desplazaron por cuenta propia a las comunidades para entregarse como mano de obra en labores de atención, organización y reconstrucción, mediados por la organización de los lideres comunitarios, que fueron claves para habilitar centros transitorios de atención entre las ruinas.

Mención especial merecen los grupos de mujeres que, desde el espacio comunitario, dieron continuidad a los roles tradicionales de cuidadoras y (aun cuando muchas de ellas trabajan fuera del hogar) al rol de dueñas de casa, sin casa, levantando la estructura del hogar en albergues, las mujeres fueron, junto con los ancianos, la población más golpeada por el terremoto, cargando con la mayor parte de las labores de cuidado se organizaron en ollas comunes para proveer alimento, trabajaron de cerca con las misiones de rescate, preservaron la salud de la población con estrictas medidas de higiene, pero por sobre todo fueron las que sufrieron mayor desgaste psicológico durante el primer mes siendo quienes aportaron las medidas de contención emocional en la comunidad.

Internacional

En una primera instancia el Gobierno de Chile decidió no hacer un llamado por ayuda internacional hasta tener un panorama claro de la magnitud de los daños, el primer llamado para ayuda internacional se realizó el 1 de marzo, desde ese primer llamado hasta Julio del 2010, entre las solicitudes a la comunidad internacional Chile pidió Hospitales de Campaña y Rescatistas para asistir a los equipos que llevaban 3 días trabajando, además de purificadores de agua, puentes, equipos electrógenos, entre otros insumos altamente valorados, y expertos en evaluación de daño, Chile recibió ayuda humanitaria de 31 países, dentro de los cuales se incluyen 12 países Latinoamericanos (es de considerar que solo un mes antes del terremoto en Chile, había ocurrido el Terremoto en Haití), los Organismos internacionales que asistieron en la coordinación fueron la OEA, La ONU y la UE, la cual se gestionó por medio del Ministerio de Relaciones Exteriores, por otro lado la OPS trabajó directamente con el Ministerio de Salud para la asistencia técnica y la asistencia relacionada con medicamentos, insumos hospitalarios, equipamiento, inmobiliario etc.

Conclusión

En el presente documento me he centrado solo en las características inmediatas de la catástrofe, la extensión de explorar las labores de reconstrucción es inabordable un marco pequeño, revisando los antecedentes del terremoto, la conclusión primera y mas importante es cuan nítido se vuelve el hecho de que las catástrofes no se distribuyen de la misma forma a través de la sociedad, las mismas desigualdades sociales en salud que vemos en el día a día se magnifican en tiempos de crisis, las cuales impactan en forma exponencialmente más devastadora a las comunidades más frágiles, la tragedia también se distribuye en forma desigual.

Otro punto fundamental es el impacto que tuvo el cambio político en la estrategia de reconstrucción, el terremoto y el tsunami posterior (el cual no fue alarmado a la población evitando la evacuación de la costa) fue esgrimido como argumento político y consumió gran parte del debate nacional, junto con las imágenes de saqueo que criminalizaron a las poblaciones afectadas, desviando el foco del debate de los damnificados al amarillísimo político, los reportes del gobierno de Sebastián Piñera son fundamentalmente cuantitativos y exitistas, con estrecha mirada social y comunitaria (lo cual se evidencia en la no implementación del plan de Salud Mental en Situaciones de emergencia y Desastres).

Finalmente he de destacar el rol de las comunidades, que cuando no son adecuadamente organizadas por el estado, se organizan a si mismas, presentando una resiliencia humana profunda, coherencia colectiva y autocuidado lo cual se ve reflejado en los brotes limitados y casi inexistentes de enfermedades infecciosas gastrointestinales y respiratorias post Terremoto, incluso considerando la llegada del invierno solo 2 meses después.

Mirando hacia atrás esperaría que hubiésemos aprendido de esta catástrofe lo suficiente como para afrontar la pandemia actual de mejor forma, sin embargo los resultados del país nuevamente exitistas han olvidado 10 años después que el 50% de los chilenos vive con menos de 500 dólares al mes, y la gestión hospitalocentrica del gobierno no ha sido mas iluminada que la mirada cuantitativista del terremoto del 2010.

Referencias

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19 Jun 2021
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