La Antigua Roma En El Mundo Contemporáneo
El tema que he elegido es “La Antigua Roma en el mundo contemporáneo”. Es interesante observar cómo una civilización después de tantos años sigue siendo un pilar fundamental de nuestra sociedad y sirve de influencia en el mundo contemporáneo. En mi caso, voy a centrarme en la política. Roma se funda 753 a. C. por Rómulo, y su primera forma de gobierno fue la monarquía, hasta la expulsión de Tarquinio el Soberbio el 509 a. C., convirtiéndose así en una República que duró hasta la proclamación de Octavio Augusto como emperador el 27 a. C. con el Imperio Romano. Este imperio durará hasta el 476, en occidente, y el 1453, en oriente. Como podemos observar, Roma tuvo 3 diferentes modelos de Estado en su larga historia. Y su influencia a lo largo de Europa y las zonas bañadas por el Mediterráneo durante las épocas de la república y del imperio han contribuido directa o indirectamente en el desarrollo de la cultura occidental presente hasta nuestros días. Roma tiene un elemento determinante en el desarrollo de la vida política y toma de decisiones de carácter estatal, el Senado. Compuesto por en un principio por miembros que procedían de las familias más ricas y prestigiosas, más tarde se permitirá que formen parte los poderosos y su función era asesorar al rey en las decisiones. Más adelante se democratizará en cierta manera permitiendo las elecciones dentro de este y la capacidad era de 300 como mínimo y 900 como máximo, llegando esta tan alta cifra con César como cónsul. El senado seguía teniendo un amplio poder hasta que en el Bajo Imperio pasa a cumplir, junto con los órganos tradicionales del gobierno, un papel meramente simbólico.
El carácter cameral del Senado romano servirá como inspiración para la política del mundo contemporáneo, con la creación de Parlamentos para la gobernanza y representación de las diferentes ideologías. En la política tuvo gran fuerza el clasicismo como ideología, podemos destacar hechos como la Revolución Francesa en el siglo XVIII, que luchaba por la antitiranía presente en la Antigüedad Clásica, las unificaciones de finales del siglo XIX en Italia y Alemania en las que se producen el auge de los nacionalismos, y en el siglo XX el movimiento del fascismo italiano. A medida que vamos avanzando desde 1789, el clasicismo y las ideas progresistas comenzarán a divergir y la Antigüedad, se asentará en un ámbito más conservador y antidemocrático.
La Revolución Francesa (1789), tiene un trasfondo clasicista en el que se lucha contra la sociedad estamental del Antiguo Régimen donde los triunfantes fueron quienes defendían una ideología liberal-burguesa y quienes dirigieron la lucha fueron comerciantes, artesanos, terratenientes, profesionales liberales. Siendo tanto los girondinos como los jacobinos una élite. Napoleón será el mejor ejemplo de deriva de lo que en su día fue una revolución liberal a un imperialismo expansionista asentado sobre unas bases en las que destacaba un nacionalismo de carácter conservador. En las unificaciones de Italia (1861) y Alemania (1871), se recurrirá a las ciencias de la Arqueología y la Historia Antigua para contribuir a crear nuevas identidades nacionales. Es en este siglo cuando se produce el auge de los nacionalismos, que asientan sus bases en una lengua, unas costumbres y un pasado común de determinados pueblos, por lo que, para configurar un sentimiento de unidad nacional, los historiadores desempeñarán el papel de indagar en fuentes antiguas como ideas y nociones, a veces de carácter legendario o fantástico como pueden ser, en este caso, las leyendas fundacionales, mientras sean útiles para la construcción histórica de las nuevas realidades estatales.
El fascismo tiene su origen a principios del siglo XX, tras la I Guerra Mundial, y su desarrollo hasta el final de la II Guerra Mundial aproximadamente, en el período histórico denominado Entre guerras. Los ideólogos del fascismo italiano se autoproclamaron ellos mismos como una continuación de la Roma imperial debido a la necesidad de legitimar este pasado glorioso apelando a un nacionalismo extremo, que se caracterizaba por usar una simbología determinada como las fasces romanas, de la que se acuña el término fascismo, saludo real romano con el brazo extendido, vestimentas paramilitares, una economía planificada en favor del corporativismo y la colaboración de clases, fuerte sentimiento racista y un fuerte componente religioso. La llegada al poder de Mussolini a fines de 1922 es el inicio de una etapa de la historia de Europa, caracterizada por el predominio de los sistemas totalitaristas de sesgo conservador, véase en Italia, la que fuera cuna del fascismo, de la mano de Mussolini con el Partido Nacional Fascista, la Alemania de Hitler con el Partido Nacional-Socialista Obrero Alemán, la España de Franco por medio de un golpe de Estado que desembocó en una Guerra Civil de la que salió vencedor y durante su régimen el partido del Estado fue la Falange Española Tradicionalista de las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista) tras unirse la Falange Española de José Antonio Primo de Rivera inspirado por el modelo fascista alemán y la Comunión Tradicionalista (conglomerado de ideologías carlistas unificadas), y, por último, en la Portugal de Salazar con la Unión Nacional como partido, siendo estos los países más destacados que estuvieron dominados por esta doctrina totalitaria, antidemocrática y de extrema derecha.
Otra cuestión muy importante por tratar es la esclavitud. Si bien es un tema que nos remonta a la Antigüedad, seguía muy presente hasta hace algunos años. Véase como ejemplos de esclavismo moderno en Francia, que estará presente hasta la llegada de los jacobinos, y nuevamente retomada con Napoleón hasta su prohibición en 1848 y en los Estados Confederados de América, que estará presente hasta que los Estados del Norte ganen la Guerra de Secesión en 1865. En Francia, cuando llegó el radicalismo jacobino durante la revolución francesa, se comenzaba a estar en desacuerdo con la democracia romana que defendieron en su momento, insistiendo en que era un mito, ya que estaba reservada a una minoría de hombres libres en un régimen de explotación esclavista. A grandes rasgos, podríamos decir que los modernos descubrieron la esclavitud antigua en un intento de acabar con el sustento ideológico del jacobinismo radical, a cuyos partidarios, los girondinos, se les adjudicará a partir de ahora una tremenda ignorancia sobre los caracteres fundamentales del Mundo Antiguo.
En los Estados Unidos se daban los mismos argumentos paternalistas que vimos en Francia, fue en el Sur de los Estados Unidos donde se desarrolló un modelo productivo en el que los libres, al no trabajar gracias a la esclavitud, pudieran dedicarse al «bien público», esquema semejante al que expone en sus obras Cicerón. De esta manera, ya en los años veinte del siglo XIX, la «democracia greco-romana» de carácter esclavista y antiigualitaria intentó ser abolida en las décadas siguientes por parte de los abolicionistas del norte, motivo por el cual se acabó provocando la Guerra de Secesión en 1861-1865. De la cual saldrían victoriosos los Estados del Norte, quedando los Estados unificados y con la esclavitud abolida. Fue la etnia afroamericana la que más sufrió del esclavismo en las plantaciones de algodón.
El legado cultural de Roma es muy amplio, pese a que he tratado sobre cuestiones en torno a la política también es muy importante mencionar aspectos como la herencia del Derecho Romano, que ha resultado imprescindible para los ordenamientos jurídicos de casi todos los países del mundo que se rigen por el derecho, en especial los europeos, en mayor o en menor medida. Gracias a Roma y su expansionismo heredamos la lengua latina, ya que, a partir de esta lengua, nacieron las lenguas romances, como el italiano, el español o el catalán y ha influenciado sobre otras lenguas, como el inglés. Y, por último, la herencia de una arquitectura monumental y sólida, entre otros grandes hitos.