La Ciencia Y El Torá En La Religión Judía
Bioética en la religión judía:
En el Judaísmo, a diferencia de en la Iglesia Católica, el conocimiento científico era concebido como una ayuda en la aplicación de ciertas normas de la Halajá que contenía jurisprudencia judía. Por ejemplo los conocimientos en astronomía hicieron posible la realización de los cálculos que se necesitaban para poder determinar los años bisiestos, además de fijar el calendario judío con las correctas fechas de las festividades.
La ciencia y el Torá deben ir juntas, ya que la ciencia era considerada la actividad que permitía al hombre adquirir conocimientos para mejorar su vida en cierta medida y por otro lado el Torá daba las pautas éticas de la correcta utilización de los conocimientos adquiridos. Sin embargo, es necesario que el conocimiento vaya acompañado de un comportamiento ético que implique ser responsable de los descubrimientos y avances dirigidos a mejorar la vida del hombre.
De igual forma, la medicina es una ciencia que conlleva el comportamiento ético de los hombres que la practican está dirigida a mejorar la calidad de vida de los hombres, y por lo tanto consiste en la correcta utilización de los métodos modernos siempre en beneficio del paciente.
Los médicos se encuentran obligados, aun en contra de la voluntad del paciente, a hacer todo cuanto este en su mano para que éste continúe con vida, ya que sino, para los judíos sería lo mismo que “derramar sangre”. Esto implica que sobre los que practican la ciencia médica recae una gran responsabilidad. Toda normativa judáica está encaminada a que el hombre viva de acuerdo a ella, no para morir por ella, ya que se considera al hombre creado a imagen de Dios y del mismo modo la bioética judía se basa fundamentalmente en el respeto al ser humano.
Además, esta asume la muerte de una persona con la suspensión de las funciones biológicas aunque esta presente espasmos musculares. Por otro lado, la donación de órganos está permitida siempre y cuando ello no suponga un daño permanente en el donante.
Inseminacion artificial:
En cuanto a la inseminación artificial, el judaísmo se mantiene tolerante aunque en el plano de la Halajá presenta complicaciones cuando no es el marido el donante de esperma, y dado que esta prohibido derramar el semen en vano, también los presenta cuando no se utiliza el semen.
Fecundación in vitro:
La fertilización in vitro está aceptada en los casos en los que la producción de espermatozoides del marido no es suficiente para poder embarazar a la mujer o en los que la mujer presenta una obstrucción de las trompas.
Este método fue aprobado por las autoridades rabínicas siempre que no se utilizase el semen ni el ovulo de otras personas que no fueran pertenecientes al matrimonio que trata de concebir un hijo. En casos especiales, estaría permitido que uno de los fetos fuera abortado con el fin de que los otros pudieren desarrollarse con normalidad.
Contracepción:
En esta religión está permitido el uso de un anticonceptivo oral y de constantes revisiones tras su ingestión, en casos particulares o si el embarazo pudiera producir la muerte de la mujer.
Además, los métodos de contracepción presentan problemas de carácter halájico.
El aborto:
La normativa judáica parte del supuesto de que la subsistencia del feto depende totalmente de su madre y, por consiguiente si este pusiera en peligro la vida de ella, se le estaría permitido entonces el aborto terapéutico en cualquiera etapa del embarazo. Sin embargo, una vez que el bebé ha asomado parte de su cuerpo, su vida es considerada del mismo valor que la de la madre y no se puede atentar contra ella.
Este procedimiento está prohibido en los casos de malformaciones o anomalías detectadas en el feto.
A este respecto cabe destacar al rabino Moshé Feinstein, uno de los Poskim más importantes que dictaminó la prohibición de la realización de la amniocesis si esta únicamente se lleva acabo con el fin de analizar los defectos de nacimiento del bebe para que los padres decidan si ejecución de un aborto. En casos especiales y debidamente justificados, por razones psiquiátricas de peso la madre podrá llevar a cabo un aborto.
La clonación:
A pesar de que podría tanto mejorar la vida humana como alargarla, existe el riesgo de la manipulación inescrupulosa; la clonación busca la creación de réplicas del material clonado, proceso en el que no ínteracctuan los sexos y el cual supone numerosos conflictos éticos por la manipulación genética que conlleva. El ser humano es el resultado de la recombinación de los caracteres genéticos de ambos progenitores.
Referencia
- Ana María Tapia-Adler, Notas sobre Judaísmo y Bioética, Bioeticaweb, 2013