La Crítica A La Estructura Familiar Del Periodo Victoriano En “Casa De Muñecas”

“Casa de Muñecas” es una obra dramática escrita por el dramaturgo noruego Henrik Ibsen, la cual fue publicada en el año 1879. Este drama, redactado en el periodo victoriano, tiene como protagonista a Nora. Esta dama pertenece a una familia burguesa conformada por ella, su esposo Torvaldo Helmer y sus tres pequeños hijos llamados Bobby, Ivar y Emmy. Nora solicitó un préstamo sin el permiso de su esposo con el fin de salvar la vida de este. Sin embargo, ella es chantajeada por su prestamista Krogstad, el cual amenaza con informar a Torvaldo sobre el dinero adeudado por la Sra. Helmer años atrás y advierte tomar medidas legales contra ella, puesto que falsificó la firma de su padre, la cual era un requisito para obtener dicho crédito. La obra “Casa de Muñecas” es una crítica a la dinámica familiar del periodo victoriano. El periodo victoriano (1837-1901) fue una época de gran apogeo para el imperio británico. La revolución industrial había dado paso al fortalecimiento de la burguesía. La doble moral de la sociedad fue el aspecto distintivo de este periodo. La familia era considerada como el pilar fundamental de la sociedad misma, por lo tanto, los valores impuestos en esta debían ser rigurosos, con el fin de mostrar un comportamiento adecuado y una moral intachable; siendo el hombre el líder de la familia y la mujer era la encargada del cuidado del hogar y de sus hijos.

Ruiz (2019) indica que el rol de la madre consistía en el cuidado de la familia, del hogar y su cuidado personal; estar perfectas para su esposo y consigo mismas… el objetivo de toda mujer era casarse, por lo tanto, debían ser delicadas e inteligentes, para que su marido las pueda presumir. El papel desempeñado por la mujer dentro de la familia variaba según la clase social a la cual pertenecía, sin embargo, el control que el hombre ejercía era una constante. Las mujeres pertenecientes a la burguesía, como es el caso de la protagonista de la obra, no se dedicaban a las labores domésticas, puesto que, contaban con servidumbre tanto para estas labores como para el cuidado y educación de sus hijos. En el acto II, Nora establece una conversación con su esposo:

NORA. – ¡Magnífica! Pero yo a mi vez tengo el mérito de procurar complacerte.

HELMER. – (Acariciándole el mentón)

¿Mérito…por complacer a tu marido…? Bueno, bueno, locuela; ya sé que no es eso lo que querías decir. Pero no deseo estorbarte más, porque irás a probarte, supongo.

En estos diálogos se demuestra que, para una mujer casada era una obligación satisfacer a su esposo. Nora califica la idea de su esposo como “magnífica”. Según la RAE, esta palabra significa “Espléndido, suntuoso”. El autor utiliza el recurso de la hipérbole, el cual exagera las características de algo, con el fin de que el personaje represente las características comunes de las esposas del periodo victoriano. La Sra. Helmer alaga a su esposo de forma desmesurada, sin embargo, su respuesta es muy distinta. Como se indica en la acotación, este le acaricia el mentón y la califica como “locuela”. Henrik Ibsen utiliza el sarcasmo con el fin de combinar una expresión despectiva con un tono burlesco. El gesto de acariciar el mentón de su esposa es una muestra de compasión la cual también puede ser interpretada como una forma de humillarla. Mediante el uso de estos recursos, el autor marca el contraste entre los diálogos de Nora y Torvaldo.

“En el ámbito familiar el hombre fungía como pilar principal del hogar, tanto autoritaria como financieramente”[footnoteRef:1]. En la sociedad victoriana, el padre era considerado como el líder del hogar, puesto que, al contrario que la madre, le era posible obtener un empleo y mantener económicamente a su familia, por ese motivo se le atribuía tal nivel de autoridad. El matrimonio, en el periodo victoriano, era considerado como el proceso mediante el cual un hombre obtenía una mujer[footnoteRef:2]. El matrimonio, la institución que da paso a la formación de la familia, era manipulada por los hombres. El padre consensuaba la entrega de la mano de su hija con su futuro yerno sin tener en cuenta la opinión de la joven pretendida. Torvaldo, el padre de la familia Helmer, es un personaje que, a lo largo de la obra ha demostrado ser una representación de las características comunes de los hombres casados de la sociedad victoriana. El Sr. Helmer nunca establece un diálogo con sus hijos. Esta omisión es un recurso usado por Ibsen para representar la situación de los niños en la familia victoriana. Como era común en la sociedad de aquella época, los asuntos referentes a la educación y cuidado de los niños eran de exclusiva responsabilidad de las madres de familia, en el caso de las familias burguesas, cuyos ingresos eran suficientes para tener los servicios de una niñera, esta función era cumplida por dichas empleadas. Torvaldo cumplía con su rol de padre, obteniendo recursos económicos para su hogar e intentando lograr un mejor estatus social.

Tal como señala Miguel Anxo-Hurtado “Cuando se quiere hablar de una moral rígida, asfixiante, se habla de la «moral victoriana». Y es cierto que la Inglaterra del tiempo de la reina Victoria estaba obsesionada con la moral” (La Voz de Galicia, 2018). En el periodo victoriano, las exigencias morales fueron uno de los factores que más se arraigaron en la población sin importar realmente el descontento de esta. La familia victoriana estaba regida a estrictos valores, puesto que era considerada como la base de la sociedad; debía proyectar perfección y ser discreta en sus falencias. Sin embargo, es importante resaltar que existía una gran desigualdad dentro de la familia, siendo el hombre el dominante dentro de esta, formando mujeres frustradas. Aspectos como este son el principal fundamento para que la sociedad victoriana sea calificada como contradictoria. Un ejemplo claro de ello, se muestra en el diálogo entre Nora y su esposo en el acto primero donde discuten sobre la situación de Krogstad, Helmer indica que: “Un hombre con la conciencia de su falta tiene que mentir, disimular y fingir en todas partes; tiene que enmascararse hasta en familia, delante de su mujer y de sus propios hijos, y que mezcle a sus hijos en todo esto es lo peor de todo, Nora”(Ibsen p.114-115). Con estas palabras Torvaldo Helmer expresa el repudio que siente hacia Krogstad; el prestamista de Nora, conocido de la juventud de Torvaldo y abogado bajo su mando cuya cesantía se encuentra en discusión. Las razones que él ha mencionado se relacionan directamente con los valores de la moral de la sociedad victoriana, aspecto que, como se ha mencionado anteriormente, era parte fundamental de una familia. Él siente desprecio por aquel abogado porque este no cumple con los valores impuestos por la sociedad victoriana y señala que lo peor de su accionar es la involucración de sus hijos. El Sr. Helmer emite estas declaraciones bastante despectivas ignorando que su esposa pasa por un dilema similar; abandonar lo que se considera moral y decente.

La protagonista experimenta un proceso de purificación el cual es llamado Catarsis, una técnica dramática bastante utilizada. Según Aristóteles, la catarsis es “la purificación emocional, corporal, mental y espiritual”. Nora decide abandonar su hogar, emanciparse del yugo de un opresor sujeto a los cánones victorianos. Ella renuncia a sus “deberes más sagrados” alegando que estos son los que tiene consigo misma; experimenta un estado de purificación después de haber afrontado un conflicto. Ante la sorpresiva actitud de su esposa, el Sr. Helmer se muestra más preocupado por la opinión de los demás, que por el hecho de que Nora abandona su casa, mostrando así su angustia porque su “familia perfecta” se ha destruido; la discreción y sofisticación de los Helmer fue quebrantada por su propia esposa.

En conclusión, la obra “Casa de Muñecas” es una crítica a la dinámica familiar del periodo victoriano; sus contradicciones y falencias. Este hecho es evidente en la representación de la institución de la familia con la de los Helmer, una familia burguesa, sujeta a los valores victorianos y en una posición privilegiada de la sociedad, demostrando que las deficiencias de este modelo familiar afectaron a todas las clases sociales de aquel entonces. Los roles desempeñados por Torvaldo Helmer y Nora muestran como la dinámica familiar estaba sujeta a normas estrictas que provocaban una gran inconformidad en las mujeres, puesto que, no gozaban de las mismas libertades que los hombres tenían; no podían ser independientes en ningún sentido. Las conversaciones entre el Sr y la Sra. Helmer en el acto tercero muestran explícitamente el descontento del sexo femenino con los cánones de los hogares victorianos, los cuales buscaban ocultar los defectos bajo el manto de la moral asfixiante.

Bibliografía

Fuentes Primarias:

  • Ibsen, H. (2018). Casa de Muñecas. Quito, Ecuador: Libresa. Recuperado el 18 de Junio de 2019

Fuentes secundarias:

  • Anxo-Hurtado, M. (04 de Febrero de 2018). La moral victoriana; La Inglaterra del tiempo de la reina Victoria estaba obsesionada con la moral, sobre todo sexual. La Voz de Galicia. Recuperado el 19 de Junio de 2019, de https://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2018/02/04/moral-victoriana/0003_201802H4P60991.htm
  • Aristóteles. (s.f.). educalingo. Recuperado el 13 de Octubre de 2019, de https://educalingo.com/es/dic-es/catarsis
  • Inglaterra.net. (s.f.). Recuperado el 19 de Julio de 2019, de http://www.inglaterra.net/epoca-victoriana-inglaterra/
  • REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed.,
  • [versión 23.2 en línea]. [octubre 13, 2019].
  • Ruiz, G. (16 de Mayo de 2019). SOBREHISTORIA.COM. Recuperado el 15 de Junio de 2019, de https://sobrehistoria.com/la-era-victoriana/

 

10 April 2021
close
Tu email

Haciendo clic en “Enviar”, estás de acuerdo con nuestros Términos de Servicio y  Estatutos de Privacidad. Te enviaremos ocasionalmente emails relacionados con tu cuenta.

close thanks-icon
¡Gracias!

Su muestra de ensayo ha sido enviada.

Ordenar ahora

Utilizamos cookies para brindarte la mejor experiencia posible. Al continuar, asumiremos que estás de acuerdo con nuestra política de cookies.