Problemas de la Desigualdad De Género En Chile

La desigualdad entre hombres y mujeres es un problema existente a nivel mundial, pese a que hay países en los que es menos evidente. Según Jáuregui, en Chile, “los hombres ganan en promedio un 23,5% más que las mujeres por hora de ocupación principal”, diferencia que aumenta según los niveles de escolaridad de ambos sexos. Díaz, cita al informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y señala que “los años sesenta las chilenas obtenían en promedio la mitad de la remuneración de los hombres” y establece que “en los cincuenta años siguientes se habría producido un aumento sistemático del salario femenino en relación con el masculino”.

Durante el transcurso de los años se ha pretendido trabajar en esta materia, con políticas públicas que lentamente integran de manera igual a hombres y mujeres. En este contexto, en junio de 2009 se promulgó la Ley N° 20348 que regula el derecho a la igualdad en las remuneraciones entre hombres y mujeres que realicen un mismo trabajo.

De esta manera se plantea un fenómeno que incide de forma importante en la vida de las personas, abriendo paso a un análisis que permita describir sus aspectos más relevantes y una profunda reflexión respecto al mismo.

Marco conceptual

Dentro de la investigación se analizarán distintas variables, una vez obtenido los datos de la encuesta CASEN 2017, por lo que es pertinente realizar una definición de estas para su comprensión a futuro.

Sexo: Variable de tipo nominal, por la que la investigación se rige con la siguiente definición: “características biológicas que definen a los seres humanos como hombre o mujer. Estos conjuntos de características biológicas tienden a diferenciar a los humanos como hombres o mujeres, pero no son mutuamente excluyentes, ya que hay individuos que poseen ambos”.

Región: Como la variable anteriormente señalada, esta es de tipo nominal y la definición que ocupará dentro de la investigación es la ofrecida por la RAE: “Cada una de las grandes divisiones territoriales de una nación, definida por características geográficas, históricas y sociales, y que puede dividirse a su vez en provincias, departamentos, etc.”

Decil autónomo: Variable de tipo ordinal, definida como:

“décima parte o 10% de los hogares ordenados en forma ascendente de acuerdo al ingreso autónomo per cápita del hogar, donde el primer decil (decil I) representa el 10% más pobre de los hogares y el décimo decil (decil X), el 10% más rico de los hogares”.

Nivel de escolaridad: El nivel de escolaridad que alcanza una persona cobra relevancia durante esta investigación, debido a la teoría por la cual se rige esta y que busca explicar las diferencias salariales entre hombres y mujeres. Será medida como una variable ordinal y su definición es “número promedio de años lectivos aprobados en instituciones de educación formal en los niveles jardín de infantes, primario, secundario, educación general básica, bachillerato, superior universitario, superior no universitario y postgrado para las personas de 24 años y más”.

Ingreso autónomo: Variable de tipo escalar, corresponde a los “ingresos que obtienen las personas en su ocupación por concepto de sueldos y salarios, monetarios y de especies”.

Profesión u oficio: Cabe señalar que, dentro de los datos recopilados en la encuesta CASEN 2017, hay una gran variedad de profesiones u oficios en los que se desempeñan las personas encuestadas. Esto es medida como una variable de tipo escalar y su definición, según el Diccionario de Lengua Española de la RAE, es “empleo, facultad u oficio que alguien ejerce y por el que percibe una retribución”.

Revisión bibliográfica

Según Díaz, hay diversas teorías que explican o intentan explicar el porqué de la brecha salarial entre hombres y mujeres. La autora distingue entre el enfoque neoclásico (teoría del capital humano, teoría de los diferenciales compensatorios, teoría de la discriminación estadística) y los paradigmas alternativos (enfoque institucional, análisis radical, teoría no económica o feminista). Conviene señalar que otros autores mencionan otros paradigmas o teorías, como Rodrigo que menciona el paradigma sociológico de la reproducción social, y Valdivia y Pedrero que exponen sobre la teoría de los mercados laborales segmentados.

Esta investigación busca explicar las causas de las diferencias salariales con el paradigma neoclásico, específicamente con la teoría del capital humano.

Teoría del Capital Humano

El paradigma Neoclásico, expone Rodrigo, “ha estado preocupado por los determinantes de la productividad. Sin embargo, su explicación contemporánea de la diferencia salarial apareció en primer lugar con la Teoría del Capital Humano”. El autor continúa explicando que la teoría señalada postula que “los conocimientos que poseen las personas determinan su productividad individual y, por tanto, conforman una especie de capital que, al igual que la posesión de cualquier capital físico, puede ser rentabilizado en el mercado”. Esta teoría nos sirve para entrar en conflicto una vez que revisemos la base de datos de la encuesta CASEN, ya que los resultados en la cantidad de ingresos percibidos por hombres y mujeres podrían ser diferentes, incluso teniendo el mismo nivel de educación, lo que será analizado en los siguientes capítulos de la investigación.

La teoría ha sido abordada en diferentes estudios: Pérez y Castillo; Villalobos y Pedroza ; Ramírez, entre otros. Está enmarcada dentro del paradigma funcionalista, según Bonal, quien desarrolla una versión tecno-económica de esta. El autor plantea que la inversión en capital humano trae consigo un aumento en los salarios, vinculándose fuertemente con la idea de que, a mayor educación, mayor productividad y, por lo tanto, aumento en los ingresos que perciben las personas.

El paradigma neoclásico y, por consiguiente, la teoría del capital humano, “ha atribuido las diferencias salariales a la productividad individual de los trabajadores”. En este sentido, Cortés y Flores, explican que habría una relación entre los conocimientos de las personas y el nivel de su productividad, es decir, el nivel de formación educacional y de conocimientos que posee una persona es su capital y puede ser rentabilizado en el mercado.

En cuanto a la inversión en educación, para medir el rendimiento que trae consigo, Blaug, plantea que se debe calcular exclusivamente con base en valores cuantificables y observables.

Críticas a la teoría del capital humano

Esta teoría no ha estado exenta de críticas. Fermoso expone las críticas que considera principales:

  • Crítica radical marxista: centra su crítica en el sistema educativo y al factor social; ya que la educación serviría como mecanismo de meritocracia para asignar ocupaciones laborales desiguales a los individuos, además de entregarle legitimidad a la desigualdad económica.
  • Teoría institucionalista: presenta discrepancias con la teoría del capital humano, ya que se centra en interpretar la economía y la desigualdad, pero desde la evolución histórica de las estructuras e instituciones presentes en la sociedad.

 

Paradigmas alternativos: Teoría feminista

Según Linardelli la teoría no económica o también llamada teoría feminista considera al trabajo no sólo como las actividades de producción sino también de reproducción de la vida, contraponiéndose a las teorías económicas neoclásicas.

Así la teoría feminista postula que “las actividades desarrolladas por las mujeres en los grupos domésticos, para asegurar su reproducción biológica, social y cultural constituyen trabajo”. Sin embargo, según la misma teoría, este trabajo no es remunerado por lo que se condiciona a la mujer a formas precarias de inserción al mundo laboral formal, las que se ven reflejadas en salarios más bajos, en comparación a los que reciben los hombres, y una sobrecarga de las trabajadoras, o también llamada doble presencia, pues se produce la naturalización de las habilidades domésticas y la extensión estereotipada de las funciones de esposa-ama de casa.

Según el Espacio de Economía Feminista de la SEC, la teoría feminista postula la existencia de un conflicto difícil de resolver: el conflicto capital-vida, o entre la acumulación de capital y la sostenibilidad de la vida, en el que el “sistema socioeconómico es un iceberg asentado sobre esferas feminizadas e invisibilizadas”  y “las asimetrías de género en las relaciones de producción y reproducción son una forma más en las que el sistema patriarcal precariza a las personas de manera diferencial”.

De lo anterior, se deduce que la teoría feminista busca establecer una transformación por medio de la deconstrucción de diferentes realidades que provocan discriminación y marginación, tal como lo exponen Gómez y Saldarriaga (2018) y ejemplifican por medio de la deconstrucción del lenguaje. Otros autores coinciden con Gómez y Saldarriaga, como Ochman que propone que el espacio público y privado son espacios de dominación para la mujer, por lo que se deben reconceptualizar.

Por ende, se puede establecer que la teoría feminista tiene un lineamiento de estudio en el que:

“se analizan los estereotipos de género (positivos o negativos) que se establecen en la sociedad y se transportan a las ocupaciones, sean atributos positivos de las mujeres asociados al cuidado, salud, educación, ocupaciones administrativas, etc., y otros atributos negativos en relación con la adjudicación técnica y profesional”. 

Esta teoría se centra en comportamientos no económicos y realiza mayoritariamente un análisis de datos no estadísticos para dar explicación a la brecha salarial entre hombres y mujeres.

Cobra relevancia señalar que hay diversas teorías explicativas de las causas de esta brecha, a modo de enriquecer el debate. Sin embargo, la presente investigación se guiará por la teoría del capital humano.

Bibliografía

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27 April 2022
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