La Discriminación Del Quito Colonial Y Quito Actual
Introducción
Desde el Quito colonial la discriminación hacia un determinado grupo, los indígenas, ha quedado arraigada en nuestra sociedad y se lo puede observar en el documental Memoria de Quito. Además, no solo los indígenas sufren discriminación hoy en día, sino, también algunos grupos vulnerables como los migrantes, principalmente, los venezolanos.
En algunos eventos, la segregación se muestra de mayor manera como en el último paro del 02 hasta el 13 de octubre del 2019, en Ecuador, principalmente en Quito, se produjo la mayor concentración de violencia, de discriminación y de atención mediática. Hay varios tipos de discriminación, pero nos centraremos en el racismo y la aporofobia durante el paro nacional, utilizaremos como base el documental Memoria de Quito.
Desarrollo
A su vez, usaremos definiciones como la de Adela Cortina para la aporofobia, la de Michel Foucault para el racismo y la Real Academia de la Lengua Española. Y, finalmente, la Constitución del Ecuador y el Código Orgánico Integral Penal y sus artículos, discriminación y delitos de odio.
¿Cómo el racismo se ha manifestado desde el Quito colonial hasta hoy en día y nuevas formas de discriminación como la aporofobia se han mostrado con tanto detenimiento en el paro del mes de octubre?
Para responder a esto, veremos cómo desde el Quito Colonial se ha mantenido el racismo hasta nuestros días, posteriormente, nos enfocaremos en cómo se han perpetuado estas conductas discriminatorias, la aporofobia y el racismo, y afloraron en este último paro, finalmente, cómo la ley ataca esto.
En primer lugar, el Quito colonial ha acarreado varias conductas que hoy en día siguen persistiendo en nuestra sociedad de forma muy arraigada una de ellas es el racismo que está definido por Michel Foucault como:
El desarrollo de un racismo biológico-social se funda sobre la idea (que es absolutamente nueva y hará funcionar el discurso en un modo diferente) según la cual la otra raza no es la que llegó de afuera, no es la que por determinado tiempo ha triunfado y dominado, sino aquella que en forma permanente, incesante, se infiltra en el cuerpo social. (Foucault, 1996)
Este tipo de racismo se ha arraigado en la sociedad inicialmente por los criollos, aunque estos como lo dice Foucault no hayan sido la raza que ha triunfado y dominado en el país, en el documental Memoria de Quito, se ve que se ha perpetuado desde los primeros registros fotográficos existentes hasta nuestros días. Se lo evidencia hacia los indígenas haciendo una comparación con los registros fotográficos antiguos, los cuales fueron tomados porque tenían alguna anomalía física o porque se borra a los indígenas para que no aparezcan, y con videos y fotos del Quito actual, antes de que se prohíban las corridas de toros.
Por otro lado, la Real Academia Española define al racismo como Exacerbación del sentido racial de un grupo étnico que suele motivar la discriminación o persecución de otro u otros con los que convive. Esto se visualiza en el documental con una contraposición constante entre el pasado y el presente mostrando que, pese al transcurso del tiempo, está vigente en el quiteño, el racismo, buscando siempre invisibilizar al indígena como en el Centro Histórico donde los vendedores ambulantes, en su mayoría, son indígenas y se busca que dejen de estar ahí porque afean la ciudad.
También, buscando formas de diferenciarse hacia ellos negando nuestros ancestros, diferenciando las zonas populares, por ejemplo, el balneario del Tingo y el de las élites como las corridas de toros donde solo los “españoles”, quiteños con características españolas y vestidos con sus mejores prendas, participan.
Así mismo, en el último paro del mes de octubre se dividió la sociedad entre los que apoyaban el paro y los que no. Se vieron varias publicaciones discriminatorias en contra de los protestantes indígenas diciendo que ya regresen a sus casas, así como algunas figuras públicas manifestaron su opinión, Nebot dijo en una entrevista: “Recomiéndeles que se queden en el páramo” (Romero, 2019). Esto es racismo, puesto que, como ya vimos con las definiciones de arriba se rechaza a un grupo por su etnia.
Por otro lado, contra los venezolanos se manifestaron que regresen a su patria, que boten a Maduro, que dejen de ser infiltrados. Todas estas actitudes como define Adela Cortina no es xenofobia, sino aporofobia:
Realmente, no se puede llamar xenofilia al sentimiento que despiertan los refugiados políticos y los inmigrantes pobres en ninguno de los países. No es en modo alguno una actitud de amor y de amistad hacia el extranjero. Pero tampoco es un sentimiento de xenofobia, porque lo que produce rechazo y aversión no es que vengan de fuera, que sea de otra raza o etnia, no molesta el extranjero por el hecho de serlo.
Molesta, eso sí, que sean pobres, que vengan a complicar la vida a los que, mal que bien, nos vamos defendiendo, que no traigan al parecer recursos, sino problemas. Por eso no puede decirse que estos son casos de xenofobia. Son muestras palpables de aporofobia, de rechazo, aversión, temor y desprecio hacia el pobre, hacia el desamparado que, al menos en apariencia, no puede devolver nada bueno a cambio. Los venezolanos son segregados por su condición económica, no existe migrante adinerado rechazado.
En España gracias a este nuevo término que ha nacido y ya es aceptado en la Real Academia de España se ha mandado un proyecto de ley para incluir el odio al pobre, aporofobia, como agravante. Finalmente, el Derecho se encarga de proteger a las personas y que estos actos no sucedan, pese a que estén muy presentes. Esto se lo ve en la Constitución del Ecuador:
EI ejercicio de los derechos se regirá por los siguientes principios
Todas las personas son iguales y gozarán de los mismos derechos, deberes y oportunidades. Nadie podrá ser discriminado por razones de etnia, lugar de nacimiento, edad, sexo, identidad de género, identidad cultural, estado civil, idioma, religión, ideología, filiación política, pasado judicial, condición socioeconómica, condición migratoria, orientación sexual, estado de salud, portar VIH, discapacidad, diferencia física; ni por cualquier otra distinción, personal o colectiva, temporal o permanente, que tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos.
La ley sancionará toda forma de discriminación. El Estado adoptará medidas de acción afirmativa que promuevan la igualdad real en favor de los titulares de derechos que se encuentren en situación de desigualdad.
Se protege a las personas y se prohíbe que sean discriminados ya sea en cualquiera de todas sus formas, aquí también se presencia, aunque no se lo diga la aporofobia porque no va a ser discriminado por su condición socioeconómica. Pese a esto, comparando con España, nosotros no tenemos como agravante la aporofobia, o sea el odio a los pobres, en los delitos, que debería ser realmente algo esencial por la ola de migrantes que han llegado a nuestro país. Aun así, el Código Orgánico Integral Penal defiende a las personas porque establece:
Actos de odio
La persona que cometa actos de violencia física o psicológica de odio, contra una o más personas en razón de su nacionalidad, etnia, lugar de nacimiento, edad, sexo, identidad de género u orientación sexual, identidad cultural, estado civil, idioma, religión, ideología, condición socioeconómica, condición migratoria, discapacidad, estado de salud o portar VIH, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años. Si los actos de violencia provocan heridas a la persona, se sancionará con las penas privativas de libertad previstas para el delito de lesiones agravadas en un tercio. Si los actos de violencia producen la muerte de una persona, será sancionada con pena privativa de libertad de veintidós a veintiséis años.
De esta manera las personas podrán plantear cualquier denuncia por actos de odio algo que es muy común ver en todo lado ya sea en centros comerciales, caminando por la calle y hasta en reuniones familiares. Nuestra legislación también da calidad de refugiados a las personas, lo cual, ayuda para que estas personas tengan una calidad mayor que les protege.
Conclusión
el racismo se ha manifestado casi siempre de la misma forma como se lo puede observar en el documental Memoria de Quito, siempre se ha tratado de separar, minimizar con medidas como las que se usan en el Centro Histórico o simplemente separándolos y dejándolos permanentemente en una zona, el páramo, aunque a la final son ellos una parte esencial en la economía porque se encargan de suministrar el mercado interno del país.
Pese a esto, no solo sufren de racismo, sino también de aporofobia esto se vio reflejado por como todos quedaron perplejos de los indígenas en el diálogo nacional del 13 de octubre, la gente decía que fueron muy elocuentes, se sorprendieron al ver cómo pudieron hablar de forma tan metódica como si por ser del páramo, de “recursos bajos” no pudieran tener las mismas capacidades que todos.
Por otro lado, los venezolanos más que por racismo, son discriminados por aporofobia porque como vienen del extranjero sin recursos no son gratos en nuestro país, se roban nuestros empleos, roban y hurtan, etc., muchos de estos comentarios no son un reflejo de racismo porque no se ataca que sean venezolanos, sino que son pobres.
Aunque siempre han estado presentes este tipo de conductas pudimos verlas de mejor forma durante el paro, justamente por este caos, la gente empieza a manifestar actitudes contradictorias a las que tienen a diario. Por desgracia, aunque se han planteados cambios, principalmente, en la educación falta mucho para que este tipo de conductas dejen de ser parte de nuestra sociedad y no simplemente en nuestra sociedad, sino en todas, se ve en Europa, también, un auge de discriminación en general de aporofobia contra todos esos migrantes que llegan por problemas en su país.