La Escuela Artística Pública Cuscaña y Su Importancia en el Mundo del Arte
Introducción
La escuela cuzqueña es una escuela pictórica que surge durante el periodo colonial en Cuzco, Perú. Sus obras aúnan el colorido del estilo flamenco, la gracia del manierismo y el uso de la perspectiva renacentista, mezclados con la tradición y simbología incaica y preincaica. La Serie del Corpus Christi es otra de los imprescindibles de esta escuela. Realizada por uno de los seguidores de Basilio Santa Cruz para la parroquia de Santa Ana de Cuzco. Hoy se puede contemplar en el Museo de Arte Religioso del arzobispado de dicha ciudad, aunque tres de los cuadros se encuentran en Chile.
Qué es la escuela cuzqueña
La llamada Escuela Cuzqueña es un conjunto de pintores de origen indígena que realizan un tipo de pintura, sobre todo religiosa, que aúna la tradición incaica y preincaica con la europea cristiana. Y todo, a raíz de los modelos de las pinturas del monje de origen italiano Bernardo Bitti y del pintor Luis de Riaño, nacido en Lima pero de padres españoles.
Se desarrolla en la ciudad de Cuzco, de ahí el nombre que adquieren este grupo de artistas y tiene como principales representantes a los indígenas Diego Quispe Tito y a Basilio de Santa Cruz Pumacallao, cuyas representaciones trascienden las fronteras del Virreinato del Perú.
Los cuadros destacan por el gran contraste entre las zonas de penumbra y los rojos, verdes y rosas intensos de plantas, flores y pájaros autóctonos que se entremezclan con escenas de la Biblia de estilo europeo que provienen de estampas y grabados llegados vía marítima.
Las principales obras en Cuzco
Muchas son las obras que esta escuela produjo y su arte ha trascendido por todo el mundo. Entre ellas, destacan sobre manera las obras de Diego Quispe Tito como la Visión de la Cruz o las series de San Juan Bautista o de San Sebastián. Estas últimas perdidas parcialmente en el incendio que sufrió la Iglesia de San Sebastián de Cuzco en 2016.
O, del mismo autor, la Serie del Zodíaco de la Catedral de Cuzco. Pintada en 1681, en cada lienzo representó una casa astral vinculada a una escena del Evangelio. En el Museo Nacional de Historia del Cuzco se pueden contemplar también el Retorno de Egipto, pintado en 1680 para el cual se inspiró en un grabado que mostraba la composición de Pedro Pablo Rubens. La Virgen de Belén es otro de los cuadros de uno de los componentes de la Escuela Cusqueña. En concreto, de Basilio de Santa Cruz Pumacallao. Y cuya influencia principal se encuentra en Murillo. Se trata de una de las pinturas que adornan la Catedral de Cuzco.
Y uno de los cuadros más singulares pues representa el periplo que vive la Virgen desde su salida de España hasta su llegada a Cuzco. Con una ambientación idílica, más concretos son los personajes que aparecen. Miembros de la población de la ciudad que se veían reflejados en la composición siendo parte del hecho histórico. Realizada en torno al año 1680 representa a la sociedad cuzqueña plenamente incorporada a la cristiandad. Esta serie es una de las más apreciadas por su valor histórico y etnográfico, además de artístico, pues en ella se muestran diversos estratos sociales del Cuzco colonial.
Las obras de la Escuela Cuzqueña fuera de Cuzco
De Quispe Tito o de su círculo de seguidores y discípulos, destaca el cuadro de la Virgen del Carmen. El cual se puede encontrar en el Museo de Brooklyn. Al igual que el espectacular cuadro de la Virgen de Pomata o el Retrato de Atahualpa, ambos de autor desconocido. Hay que destacar el lienzo que representa los Matrimonios de Martín de Loyola con Beatriz Ñusta y de Juan de Borja con Lorenza Ñusta de Loyola.
Pues es uno de los cuadros más espectaculares de la Escuela Cuzqueña. De él, existen varias copias destacando la que custodia el Museo Pedro de Osma en Lima. Un cuadro con evidente intención propagandística con el que se pretende transformar una historia de conquista violenta en un matrimonio entre ambos pueblos. Así, se representan dos uniones matrimoniales ocurridas en espacios y tiempos diferentes como muestra del mestizaje cultural que se produjo en el Virreynato.
Conclusión
Precisamente en este museo limeño podemos encontrar algunos de los mejores ejemplos de la Escuela Cuzqueña como los cuadros que representan La Genealogía de los Incas en los que se retratan a algunos de los reyes incas. Así como representaciones marianas y varios ejemplos de cuadros de ángeles y arcabuceros que tan de moda se pusieron en el siglo XVIII.
Los lienzos de la Vida de San Agustín son otros de los mejores cuadros de esta Escuela. Pintados para el claustro del Convento de San Agustín en Lima por Basilio Pacheco. Se trata de un encargo para la capital del Virreynato, lo que evidencia la importancia que esta escuela había adquirido. En ellos, el pintor se autorretrata y representa la catedral de Cuzco como escenario de las escenas.