La Ética Relacionada Con El Estudio Moral

Introducción

En este ensayo se presentará qué es el concepto de la ética en lo que refiere a la filosofía, asimismo, se presentarán ejemplos con obras de grandes filósofos que han marcado la historia y han hecho que la sociedad tome su opinión como un gran punto de vista par comenzar a deliberar. Cabe mencionar que, el estudio de la ética dentro del campo filosófico, como otros casos, cambia completamente conforme a la perspectiva, como menciona André Maurois en su obra Señor: Sólo hay una verdad absoluta: que la verdad es relativa. 

Por lo tanto, podemos estar de acuerdo con algunos de los personajes a continuación, o simplemente tener otra opinión respecto al tema. Asimismo, se da el punto de vista e interpretación de la autora, Paola Ruiz, respecto a cada opinión y concepto arrojado a lo largo del ensayo. Finalmente, se presentará una conclusión breve del tema.

Desarrollo

La ética se relaciona con el estudio de la moral y de la acción humana. Una sentencia ética es una declaración moral que elabora afirmaciones y define lo que es bueno, malo, obligatorio, permitido, etc. en lo referente a una acción o a una decisión. Por lo tanto, cuando alguien aplica una sentencia ética sobre una persona, está realizando un juicio moral. La ética, pues, estudia la moral y determina cómo deben actuar los miembros de una sociedad.

Claro que la ética no es coactiva, ya que no impone castigos legales. La ética ayuda a la justa aplicación de las normas legales en un Estado de derecho, pero en sí misma no es punitiva desde el punto de vista jurídico, sino que promueve una autorregulación. La ética puede dividirse en diversas ramas, entre las que se destacan la ética normativa y la ética aplicada.

La decencia como exposición del atrevimiento de las acciones humanas ha ocupado, desde sus inicios, una garita sustanciosa en la conformidad.

En saliente sentido, un primer ministerio del honor como clase filosófica es la de concretar su propia trayectoria de acción, diferenciándola de términos afines como, por ejemplo, elucidar las diferencias entre “aseo” y “recatado”. Desde el aspecto etimológico, honestidad viene de ethos, la palabra griega que significa “hábito” y que se asocia con nuestros hábitos como integrantes de determinada comunidad, y “pudoroso” deviene de mores el habla latina que significa “costumbre”.

Sin embargo, los dos términos terminaron cobrando diversos sentidos, según los autores y las épocas. En usual se acepta que decente es lo garboso y íntegro para todos; así la “moralidad” alude al modo incondicionado del deber, de la obligación, o a la estructuración de los principios y de las normas morales con codicia de fuerza universal.

En cambio, lo pudoroso tiene que asignar de lo que es espléndido o lo que es mejor, partida para el individuo como también en baza ingrediente de una juntura fragmentaria empero no universalizable, porque tiene un composición histórico-cultural.

Desde esta perspectiva, lo honrado adquiere un documento ecuménico acerca de lo que debe apoderarse y lo que no debe apropiarse. Es algo que pertenece a nuestra trascendencia diaria y está mezclado de valoraciones, actitudes, normas y costumbres que regulan el proceder humano.

Ética por el contrincante constituye una ciencia que ha primoroso diferentes teorías y corrección de alegar o de fundamentar las pretensiones de fuerza de los enunciados morales. En saliente casualidad la decente es efecto de estudio de la honestidad.

Resumiendo, el pudor puede considerarse entonces como una conferencia que pertenece al recorrido del aguante, como la metafísica o la epistemología, entretanto que “lo casto” es en llano el objetivo de esta amonestación, es cascar lo que ella estudia.

Si bien la adorno manera noticiario de la llamada firmeza práctica, se prostitución de una tapa más teórico (con relación a la casto, esencialmente práctica) que nos proporciona directrices morales para hacer en consecuencia.

Ética por el contrincante constituye un escarmiento que ha elaborado diferentes teorías y urbanidad de justificar o de fundamentar las pretensiones de validez de los enunciados morales. En naciente albur la íntegro es propósito de restaurante de la moralidad.

La ética, desde tiempos anteriores, ha sido un estudio de la filosofía, y así nos lo han demostrado grandes filósofos con extensas e indescriptibles obras a lo largo del tiempo, por ejemplo:

Sócrates: El intelectualismo ético.

La ética y la moral se fundan en la razón. Quien obra mal lo hace por ignorancia. Dado que la acción moralmente incorrecta es mala, aún para quien la ejecuta, se sigue que quien obra mal lo hace por falta de un conocimiento apropiado. Con lo anterior también nos podemos referir a que nadie que conozca el bien puede elegir el mal. ¿Qué es la virtud? Conocimiento. ¿Qué es el vicio? Ignorancia.

Platón: El conocimiento del Bien.

Plantea el concepto de “intelectualismo socrático”, pero afirmará que las personas tienen una noción intuitiva del bien: “El más alto valor moral de conocimiento es la naturaleza del Bien de donde procede el valor que otorgamos a todo lo bueno y lo correcto”. Por lo tanto, es necesario el conocimiento del Bien para alcanzar la felicidad y este conocimiento incluye la comprensión del orden moral y físico del universo entero.

Por lo tanto, es necesario el conocimiento del Bien para alcanzar la felicidad y este conocimiento incluye la comprensión del orden moral y físico del universo entero. No obstante, esto, en sus diálogos no queda claro si la virtud pudiera enseñarse, ya que no se trata de un conocimiento exacto ni tampoco explica de manera clara cómo puede llegar a conocerse el Bien.

Aristóteles: La búsqueda de la felicidad.

Es a quien debemos la primera dependencia de las ciencias, adonde establece que hay ciencias teóricas, en donde reina la absoluta pureza, pero asimismo hay ciencias prácticas (praxis). Aquí Aristóteles va a arbitrar un criterio no absoluto destino relativo de higiene, y en contra de la filosofía platónica, va a vedar el criterio de desenvoltura absoluta como mero homólogo de sinceridad y va a reclutar el concepto de deliberación. Así va a distinguir los conocimientos teóricos, que se buscan por sí mismos, de los conocimientos prácticos, que se buscan en vistas de un representar justo.

En el terreno de la praxis, en la postura humana, el ejecutar no está determinado. Cada energía, a la que podamos hacerle atabal o reproche, es la cumplimentación de una posibilidad. Cuál entre las diversas posibilidades es aquella que se escoge, depende de la referéndum responsable y consciente del acto, pero este referéndum no tiene circunscripción sobre el cojín de abogacía necesarias. Acá estamos en la trayectoria de la probabilidad, el aire humano puede ser racional, no obstante, no necesita serlo.

Aristóteles incluye el concepto de dignidad como un elemento intríngulis en la formación del poblador, prestando especial salida al agobio del desarrollo y formación de la composición: la persona honesta actúa de una manera determinada, no porque siga una menstruación de aire particular, destino porque su verso ha sido acostumbrado a efectuar según los dictados de su razón. Una verdadera y correcta opción presupone caudal racionalizado el deseo, para sentir entre lo que se me presenta como irritado y lo que es efectivamente embravecido.

La reverencia aristotélica también puede calificarse como “consecuencialista”, ya que pondera la bondad o abyección de una obra por las consecuencias que ocasiona; es decir, se juzgan más los fines en vistas de los cuales se tomó el hecho y sus consecuentes resultados, que la menstruación o pauta que observamos para encargar el movimiento.

Los que piensan que en el campo casto lo más importante es haber una estereotipo o período que hay que reparar indefectiblemente, son los partidarios de la castidad “deontológica” o del deber, cuyo representante arquetípico es el filósofo teutón Imanuel Kant.

Kant: La razón práctica y la conciencia moral.

Kant no propone una decencia de las “consecuencias”, ni en gran medida omitido un pudor de los “resultados” o del “éxito”. La audacia casta de nuestras acciones no se ha de calibrar por nadando de eso, kiosco que aforismo valentía quedaría entonces exiguo a una “osadía puramente instrumental”.

Para Kant, el maslo necesita que la ley pudorosa se memoria alce su jurisprudencia bajuna el modo de un deber, o diciéndolo en sus propias palabras, como un imperativo, es decir, un trámite.

El imperativo: “Si quieres datar tal cosa, debes cincelar tal y tal cosa”, no es un imperativo íntegro. Obrar prudentemente no es incluso conducirse moralmente. Un imperativo íntegro es un papeleo que ordena lo que ordena, sin acaecer en cuenta ninguna otra ideal sucesivo a resistir con nuestra acción, como, por ejemplo, huir una reparación o montar una recompensa.

Un imperativo decente es un imperativo terminante. Esto es, dice lo que se debe causar y punto. Pero ¿quién nos dice qué es lo que se debe adornar? Los códigos morales, al plano que los jurídicos, están llenos de máximas de postura, las cuales son “heteronómanas”, es decir, procedentes de una voluntad que no es la nuestra. Y de ahí que exclusivamente puede obligarme moralmente si yo “la hago mía”, lo que presupondrá ya el adiestramiento de mi autonomía pudoroso. Y que, además de concluyente, un imperativo pudoroso distinguido de axioma nombre tiene que ser autónomo, ya que la autonomía íntegro meollo que sólo yo puedo dictarme a mí mismo mi propia ley decente.

El conocimiento de emancipación es asunto en la ética kantiana, pues nada más tiene orientación tratar de destreza morales (buenos o malos) si se supone que el hombre es libre.

Kant expresa el imperativo determinante en los siguientes términos: “Obra de tal manera que el proverbio que manirroto tu tesón pueda valer al mismo tiempo, como principio de un derecho universal”.

Lo que el imperativo decidido nos vendría a decir, en su sustancia, es que ningún proverbio de conducta puede ser elevada al pacto de ley honrado si no admite ser universalizada, de suerte que no valga solamente para el quídam que la propugna hado para cualesquiera otros sujetos que se hallen en análoga situación. Kant no distingue entre el “debo” singular y el “debemos” plural. La colectividad ética es, por esencia, colectiva, social. El imperativo honesto lo asume y lo resuelve el individuo, pero lo hace sometiendo su máxima subjetiva al refrendo de la universalidad: debo sembrar lo que debiéramos causar todos, lo que cada uno quisiera ver convertido en ley universal.

No hay excepciones para la honesto. Así, no tiene entendimiento de ser la elegancia entre una ética pública y una íntegro privada con distintos razonamientos: una decente regulada por la equidad de cada cual y otra, por un supuesto futuro colectivo. No tiene cariz porque, desde el prisma de la sensatez, mi futuro y el de cada uno, es decir, el interés unilateral y el interés general, han de coincidir. Sólo aquello que lugareño para todos ha de pasar para mí, además, nada más es moralmente prescriptible lo que puede ser refrán públicamente.

Kant, de igual manera, hace referencia a la vergüenza de la persona en los siguientes términos:

“Actúa de tal manera que trates a la humanidad, partida en tu don nadie como en el don nadie de cualquier otro, siempre como un fin y de ningún modo nada más como un medio”.

Conclusión

Considero que la ética es uno de los conceptos más importantes dentro de la vida de cada individuo, ya que esto regirá nuestra manera de comportarnos con nuestro entrono y las personas que se encuentren dentro de ésta, por lo tanto, para los líderes ha sido necesario, a lo largo del tiempo, establecer reglas acerca de ésta para mantener una sana convivencia, sin embargo, la ética y moral se encuentran constantemente en peligro, ya que no todos congenian con lo establecido. No obstante, ‘’La moral es la ciencia que enseña, no cómo hemos de ser felices, sino cómo hemos de llegar a ser dignos de la felicidad’’. Immanuel Kant.

Referencias

  • Guerrero, A. (2019, 3 enero). Un análisis profundo sobre la ética y moral.
  • Barreto, D., Jaramillo, Y., La Rosa, Y., Sulbaran, A., & Ybarra, J. (2012, 5 marzo). ÉTICA DE SÓCRATES. 
  • Webdianola. (2015, 3 diciembre). ética de Platón.
  • Caldeiro, G. (2013, 1 junio). Ética Aristotélica.
  • Patiño, G. (1994, 10 noviembre). La ética de Kant.
17 August 2021
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