La Existencia De Dios Y El Mal Del Mundo

Para comprender esta pregunta vamos a analizar qué se entiende por “mal” Santo Tomás (1996) lo precisa así: ‘El mal no es otra cosa que la privación de lo que alguien es apto para poseer y debería tener [como la vista debe poseer la visión]… Eso es lo que todos llaman mal. Ahora bien, la privación no es una esencia, es, al contrario, una negación en una sustancia. El mal no es pues, una esencia de las cosas”. (De malo, q. 1 a 1.)

El mal es considerado como una escasez de bien, Santo Tomás lo señala como la falta de una cosa, por ejemplo: el bien va de la mano del mal, pero este mal puede verse desde la perspectiva de cada persona, todos poseen una visión diferente del cosmos lo que provoca tener diferentes ideas de lo que es bueno o malo. Se cree que la existencia del mal como tal proviene de la rebeldía.

Ahora bien vamos a hablar de “teodicea” una doctrina que se encarga de dar una evidencia acerca de Dios y su conexión con el hombre.

El estado de la teodicea

Consideramos la facultad de dialogar de teodicea únicamente en dirección a:

Fray Publio (1997) dice “El enunciado del problema del mal descansa sobre proposiciones que miran a la univocidad, como es el caso de las tres aserciones generalmente consideradas: Dios es todo poderoso; su bondad es infinita; el mal existe; Ya que el objetivo del argumento es claramente apologético: Dios no es responsable del mal” (p, 11)

La dificultad del mal es una evidencia de la libertad del ser humano más no de Dios, hasta aquí se trata de establecer que el mal es algo negativo, y que su origen no le corresponde a este ser supremo.

A continuación se presenta una historia en donde se evidencia con más claridad como ante las desgracias, percances y contratiempos el hombre procede a señalar a Dios como el único responsable de estas situaciones.

Dios y Job

Esta historia la respalda el antiguo Testamento, en donde Dios es acusado por el demonio de sobornar la confianza de Job por medio de salud y bonanza, entonces Dios como contestación le concede al demonio evidenciar la fidelidad de Job por medio de una repetición de desgracias.

Al inicio Job contesta indulgentemente, hasta que no puede más, y se rinde e imputa hacia Dios. Los amigos de Job están en contra de él y defienden a Jehová, señalando que sus males se los merecía, y que lo que se cosecha se siembra. Ante esto Job no reclamó a Dios por su desamparo, simplemente le suplica que no le moleste más.

Job señala “¿Qué es el hombre para que lo engrandezcas, para que te preocupes por él, para que lo examines cada mañana, y a cada momento lo pongas a prueba?, ¿Nunca apartarás de mí tu mirada, ni me dejarás solo hasta que trague mi saliva?, ¿He pecado?, ¿Qué te he hecho a ti, oh guardián de los hombres?, ¿Por qué has hecho de mí tu blanco, de modo que soy una carga para mí mismo?” (7:17).

Luego Dios responde y dice

“¿Dónde estabas cuando yo hice el mundo? ¿Puedes comprender cómo lo hice? ¿Puedes hacer lo que hice yo? (…) Si soy suficientemente poderoso y sabio para crear Orión en el cielo nocturno, un buey salvaje y un avestruz, ¿puedes confiar en mí mientras atraviesas el problema que permití en tu vida?”

Al final de esta historia se le entrega a Job más de lo que perdió y vivió 140 años más.

La rebeldía es posible porque somos libres y esta condición de libertad nos facilita la elección de caminos, que se abren frente a la posibilidad de falsas promesas y es ahí cuando el ser humano toma decisiones y muchos de ellos optan ir por un sendero erróneo.

Entonces no es una cuestión de buscar culpables por males como las guerras, enfermedades, corrupción entre otros, sino de hacernos responsables por nuestros actos, somos nosotros quienes actuamos de la manera en la que escogemos, muchas de las veces preferimos buscar la vía más sencilla sin pensar en futuras consecuencias, o sin tener empatía por las personas que nos rodean, todos los días estamos en una constante toma de decisiones las mismas que van a repercutir con el tiempo, y es ahí en donde debemos buscar establecer la diferencia entre el bien- mal.

Conclusión

La idea de la existencia de un Dios en nuestro mundo, fue impuesta en las personas desde años atrás con la intención hacer prevalecer la justicia pero con el paso del tiempo la intención de justicia fue cambiando y las mismas personas fueron quienes aprovecharon esto para colonizar tierras, robar dinero al pueblo, hacer creer que no creer en un Dios te vuelve en un ser repugnante y así matar gente también, entonces el mal no es provocado por dios, el mal nace del corazón de las personas literalmente, si bien tenemos lo que queramos (libre albedrío), está en nosotros actuar de manera correcta o incorrecta, eso también viene dependiendo del tipo de persona que seamos y que cosas creamos que sean buenas o malas ya que todos no pensamos igual, y actuaremos dependiendo de nuestra manera de pensar, más allá de todo esto, creamos en un Dios o no, las personas deberían ser éticas actuar de manera correcta sin necesidad de tener espectadores, nos vuelve mejores a los ojos de dios o a los ojos de uno mismo

Bibliografía

  • Fray Publio Restrepo González La Metafísica en Mar/in Heidegger, Universidad de San Buenaventura, Bogotá: 1997
21 May 2021
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