La FilosofÍa PolÍtica en las Reflexiones de Platón

Para realizar una reflexión sobre el intento de Platón de llegar al conocimiento científico de la realidad a través del método dialéctico, primero me gustaría concretar un poco dicho término. Entendemos como método dialéctico aquel que sostiene su base en el dialogo para someter a prueba los argumentos y así poder alcanzar el conocimiento de la realidad, las esencias de las cosas, y concretamente en el primer libro sobre la esencia de la justicia.

Platón expone a lo largo del primer libro una serie de diálogos entre los diferentes personajes que aparecen, siendo estos Sócrates, Glaucón, Polemarco, Trasímaco, Adimanto, Céfalo y Clitofonte. Se podría tratar este tema de muchas formas diferentes, realizando un resumen del primer libro de una forma en la que se muestre la opinión de cada uno, a través de los apuntes cogidos en las clases de la asignatura, incluso se podría tratar desde el propio método dialéctico, siendo a través de este medio imposible (debido a la falta de comunicación directa con el lector). Sería interesante debatir y llegar a diferentes conclusiones sobre si se puede llegar a un conocimiento científico a través del mismo debate en sí. Podemos encontrar entre las líneas anteriores una idea clave, la falta de “feedback” o retroalimentación dicho en castellano, a la hora de reflexionar sobre la gran cantidad de temas a tratar en nuestros comentarios y trabajos.

Sócrates, sirviendo como figura principal de Platón para defender y apoyar el dialogo como método para llegar a la realidad, provoca que, tanto el que conversa con el filósofo, como el lector, sientan que se puede llegar a diversas conclusiones cercanas a dicha realidad de una forma gratificante para las partes. A su vez, el método en sí es inductivo, ya que utiliza el diálogo para contrastar las hipótesis y llegar finalmente a los principios, a las definiciones indivisibles de los objetos, a las esencias de las cosas. Pero no se queda ahí, sino que de forma inductiva el lector desde un principio no se siente convencido por dicha forma de llegar a una conclusión, pero una vez termina el dialogo con Trasímaco siente que es una práctica realmente útil, con la que se pueden no solo llegar a entender partes contrarias, sorprendentemente también pueden llegar a conclusiones conjuntas.

Todo esto lo podemos relacionar con el apartado que se cita en el enunciado como “Analogías entre el relativismo sofista y la cultura actual de la posverdad”, en busca de una serie de semejanzas entre dos términos aparentemente distintos o contrarios. Y es que actualmente vivimos en una sociedad basada en números (en cuanto a cifras, no matemáticas) y reacciones, es decir, fundamentada en hacer sentir lo que quiere sentir la mayoría, a cambio de dejar a un lado ciertos pilares como por ejemplo la veracidad. Para los sofistas, la verdad y la moral no se consideraban como hechos absolutos sino como realidades condicionadas por muchos factores. Es en la interpretación mas literal de su significado donde podemos observar una relación con la posverdad, y es el aprovechamiento de los que buscan influir sobre los demás a través de las sensaciones y emociones dejando a un lado otra serie de factores, puesto que la realidad que defienden esta condicionada por diversas circunstancias. Me explico con un ejemplo reciente, las “fake news”. Dichas noticias buscan causar una cierta influencia social a través de las sensaciones del público, dejando a un lado elementos cruciales como la veracidad, ya comentado anteriormente. La mayoría de autores que se lucran en función de las visitas a esas noticias, alegan en su defensa una idea que podemos atisbar en el relativismo sofista, y es que para ellos la verdad no tiene por qué ser absoluta. Es ahí entran ciertos debates morales y éticos, acerca de la libertad de expresión, por ejemplo. Los detractores se posicionan en un lugar en el cual no tienen por qué defender que la verdad es absoluta, pues argumentan que dichas noticias tienen que seguir una serie de directrices basadas más en la veracidad y la comprobación de lo expuesto, que sobre lo sensacionalista.

Al igual que en la pregunta anterior, siendo esta una especie de “manía”, me gustaría comenzar la pregunta a través de la definición de una de las ideas principales. ¿Qué es para Platón el criterio de justicia distributiva? Es aquel que defiende, en contraparte del criterio aritmético, que todo se debe organizar de una forma igualitaria para el conjunto de los ciudadanos. Es decir, es aquella que busca la armonía, la amistad y la concordia entre las opuestas clases sociales, la de los ricos y pobres. Esta división, según argumenta el filósofo, ocurre debido a la riqueza, el dinero y la propiedad privada, siendo una de las injusticias mas profundas que experimenta la ciudad. Para Platón, los gobernantes deben distribuir los derechos políticos y económicos según la excelencia de su carácter o personalidad, para llegar a esa armonía o igualdad proporcional en el conjunto de la ciudad.

Relacionando este concepto con la actualidad, intentando observar de qué manera se ha conservado el pensamiento y la esencia del filósofo, vamos a tratar una serie de cuestiones. Por un lado, el tema ya propuesto en el siglo V a.C., aunque de una forma muy leve, sobre las distintas clases sociales y el mal que supone para el conjunto de la sociedad. Podríamos verlo desde un punto de vista actual, pero también de una forma retrospectiva siendo conscientes de que, por el hecho de ser animales, desde el origen del ser humano hemos formado parte de una sociedad “jerarquizada”, dando lugar a una serie de diferencias entre los individuos. Pero el problema radica, como bien dice Platón, con la influencia en la sociedad de la riqueza, el dinero y la propiedad privada. A lo largo de la historia se han ido sucediendo distintos tipos de sociedad, distintos esquemas que se fundamentan en la organización de la población para sobrevivir y prosperar. Para no extenderme en esta cuestión, e ir al grano, desde un punto de vista meramente subjetivo encuentro unas grandes similitudes en la crítica por parte de Platón a la existencia de diferentes clases sociales, con todo lo relacionado con el movimiento contemporáneo obrero. Es decir, posiblemente una de las grandes influencias de los filósofos de esta corriente fuera Platón, aunque no estoy completamente seguro, pero encuentro grandes similitudes que me hacen pensarlo. Por otro lado, y volviéndolo a relacionar con la actualidad, podemos hablar de las bases del actual neoliberalismo, siendo esta la prioridad del sistema de precios, el libre emprendimiento, la libre empresa y un Estado fuerte e imparcial; con lo que critica Platón en su ideario. Este defiende que, por ejemplo, el reparto de los cargos públicos debe asignarse en función de la naturaleza del individuo, partiendo de una base de igualdad, eliminando a su vez dos instituciones privadas que se interponen entre la sociedad y el individuo: la propiedad privada y la familia. Y es aquí donde encontramos la relación con los dos temas que he propuesto, siendo de cierta forma uno el contrario del otro, creo que la actualidad del pensamiento platónico la podemos encontrar reflejada en aquel pensamiento de la corriente obrera, mientras que el pensamiento más propio de la distribución aritmética lo podemos encontrar más reflejado en la corriente neoliberal.

En lo referente a esta cuestión, podemos hacer alusión a la analogía que utiliza Platón para explicar su ideal de justicia a través de la división del alma. Para él, el alma se divide en: la especie racional del alma que se identifica con la capacidad de pensar o razonar; la especie irracional del alma, la apetitiva y concupiscente, se identifica con la capacidad de sentir amor/placer/dolor; la especie intermedia del alma, la fogosa que se identifica con la capacidad de sentir odio/temor/ira. Estas tres partes deben estar en armonía y equilibrio para que la virtud de la justicia en el Alma se realice plenamente. Esto lo podemos ver reflejado en cuanto a la justicia política como armonía y concordia entre los elementos de la ciudad a través de otras divisiones que realiza el filósofo, que forman el paradigma de la justicia platónica.

  • Primero, la división del carácter en tres razas fundamentales. Nos encontramos con un carácter que es filosófico, es decir, que ama la sabiduría; con un carácter ambicioso, el cual ama la fama y el triunfo; y, por último, nos encontramos con un carácter codicioso y lujurioso, que ama las riquezas y el lucro.
  • Segundo, la división del trabajo en tres clases sociales, relacionadas respectivamente con la división del carácter anterior y en el mismo orden. Nos encontramos con una raza aurea(gobernantes), la cual cultiva la parte racional del alma y cuya virtud o excelencia es la prudencia; con una raza de plata (guardianes), la cual cultiva la parte fogosa e irascible del alma y cuya virtud es la valentía; y, por último, una raza de bronce (trabajadores), la cual cultiva la parte apetitiva y concupiscente del alma y cuya virtud es la moderación.
  • Tercero, la división de las formas de gobierno en tres constituciones básicas. La aristocrática, basada en aquellos que gozaban de una gran sabiduría intelectual y una elevada virtud y experiencia, como gobernantes; la timocracia, basada en un gobierno de “militares”, los cuales se creen capaces y excelentes por sus cualidades guerreras y deportivas; y, por último, la oligarquía, es decir, basada en un gobierno formado por los mas ricos.

 

Relacionamos estas tres cuestiones con la división del alma y su influencia sobre la ciudad de una forma totalmente directa, ya que cada una de las divisiones se sustenta en la del alma. Por lo tanto, siguiendo el planteamiento platónico, para llegar a un ideal de ciudad se debe elegir aquella división que proporcione el mayor equilibrio e igualdad de las partes.

Para él, la organización perfecta de la ciudad en cuanto a la distribución de los derechos políticos, se realiza a través de una mezcla entre democracia y aristocracia. Por un lado, recoge el criterio democrático de la libertad, debido a que todos los ciudadanos libres pueden participar en la política independientemente de su riqueza. Y, por otro lado, recoge el criterio aristocrático de la virtud ética, debido a que son los mejores ciudadanos los que pueden ocupar los cargos públicos más importantes. A esta forma de organización la denomina como República, y es la que defiende el filosofo a lo largo de su obra.

En conclusión, para Platón el fin de la ciudad era el desarrollo humano. Para ello, la ciudad debe ocuparse primero del alma, luego al cuerpo y, finalmente, de los bienes exteriores como la riqueza, haciendo referencia también a la Ley Divina. Todo esto lo hemos visto a lo largo del análisis y relación que tenía para el filosofo la Ciudad y el Alma.

 

 Bibliografía

  • Apuntes de Filosofía Política, Prof.ª Maria Antonietta Salamone Savona
  • Platón, La República o el Estado (2011), Austral
  • http://ficus.pntic.mec.es/~igop0009/sofia/C-8.2.htm
  • https://www.webdianoia.com/glosario/display.php?action=view&id=289#:~:text=En%20Plat%C3%B3n%2C%20por%20ejemplo%2C%20la,la%20virtud%20de%20la%20justicia.
  • http://lulysl.blogspot.com/2012/02/la-justicia.html
  • https://letteraydesasosiego.wordpress.com/2012/04/14/la-republica-platon-395-a-c/
  • https://youtu.be/k78SF2drxuQ
  • https://youtu.be/e4mTfq6WyBU
  • Jesús Romero Iglesias I 2
19 May 2021
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