La Globalización como Inicio del Reordenamiento de La Gobernanza Mundial
Las fronteras de los países, luego del proceso multifacético de globalización iniciado en la década de los noventa , han ido achicandose y desapareciendo conforme pasan los años, y con ello empezaron a aparecer nuevos problemas referidos a los sistemas democráticos, los gobiernos y sus agencias de control ( lo que O´Donnell denomina accountability horizontal), políticas económicas, las cuestiones migratorias y de integración regional, entre otros ámbitos. Ha implicado un cambio en la gobernanza global y en el orden político mundial que ha empezado a regirse por las ‘leyes’ o requisitos de las empresas transnacionales que han adquirido cada vez mas poder de decisión dentro de los países donde trasladaron sus producciones y/o filiales. Los sistemas democráticos empezaron a tener nuevas falencias y de a poco hicieron su aparición concepciones como las de ‘estados fallidos’ en autores como Noam Chomsky.
La globalización fue marcando de a poco una transformación en la forma de vida y desarrollo de las personas y de los Estados y su evolución. Si bien a veces las desventajas se hacen evidentes, no podemos negar los aciertos de dicho proceso y las nuevas cuestiones de ciudadanía global o ventajas de crecimiento económico que acarreó.
Es innegable también las consecuencias negativas que dicho proceso conllevó, especialmente para los gobiernos que deben afrontar nuevos desafíos y amenazas. Zygmunt Bauman, por ejemplo, demostró en sus escritos sobre ‘Modernidad líquida’ o ‘Amor líquido’ que la globalización no siempre implica avance, equidad o igualdad, especialmente en los países menos desarrollados de Latinoamérica, Asia o África, y que lo positivo de la globalización llega por lo general a las clases dirigentes que tienen la posibilidad de elección y de traspasar fornteras, quienes ocupan otro rol internacional y nacionalmente, mientras que los demás solo acatan y viven las consecuencias de las elecciones mundiales, sin a veces entender los procesos o poder oponerse a las decisiones. Los problemas nacionales, de esta manera, ya no son problemas intrafronterizos sino que son igualmente padecidos por ciudadanos de diferentes países, y los gobiernos cada vez tienen menos capacidad de acción y decisión sobre sus ciudadanos o asuntos ‘internos’.
De esta forma ya no se puede hablar de gobierno, gobernanza y gobernabilidad prestando atención a actores internos. Es necesario hacerlo teniendo en cuenta las cuestiones transversales por regiones o grupos de Estados, los nuevos actores relevantes en los sistemas internos e internacional como las empresas multinacionales o las organizaciones no gubernamentales, quienes se presentan ahora como punto de inflexión, contacto y control.
Es preciso saber que una buena gobernanza hará a la gobernabilidad correcta o mas apropiada de un país , siendo la gobernanza la buena ‘relación’ o confianza entre un gobierno y la sociedad gobernada, o la interacción entre actores de la sociedad y el gobierno para poder buscar soluciones conjuntas, y gobernabilidad como la capacidad que tiene un Estado, gracias a la interacción funcional de actores y gobierno, para tomar decisiones de manera ‘legítima’.
La globalización dificultó e inició el proceso de una nueva gobernanza e incluso gobernabilidad, ya que introdujo nuevos actores con quienes interactuar e incluso de cierta manera negociar, demostrando los errores cada vez mas evidentes de algunos sistemas de gobierno. De esta forma globalmente se debió repensar el sistema de gobernanza, con nuevas propuestas y desde los centros de resolución mundial como las Naciones Unidas (por ejemplo la comisión sobre Gobernanza Global). Esto implica que la cuestión de la gobernanza post globalización es un tema de agenda global y preocupación constante, tomado especialmente en cuenta por los líderes políticos mundiales.
La gobernanza global, y la transisión de gobierno a gobernanza, es la nueva visión y reconfiguración que surge como respuesta al agotamiento de las formas de gobernanza anteriores a la globalización, y que encuentra corrientes que la exponen de manera horizontal (Innerarity) y otras jerárquicas (Marie Slaughter). Más allá de las propuestas sobre importancia de los actores en esta nueva gobernanza, se inician o dan lugar a los debates sobre temas colaterales a este nuevo gobierno (casi ‘útopico’) como la ciudadanía global, la regulación fronteriza mas allá del control y los temas de integración migratoria, el fin del proteccionismo y el inicio de una cooperación aún mas estrecha en todos los ámbitos, entre otros. Los cambios en la política mundial exigen reformas estructurales en la concepción de gobierno.
Sin embargo, lo que no se debate mucho dentro de la gobernanza es la cuestión de los sistemas democráticos, siendo concebidos actualmente como la única forma posible de sistema de gobierno en el mundo, condenando cualquier otro tipo de organización. Parece haber un sesgo sobre el origen occidental de dicho sistema,su creación y configuración antigua y la adaptación que exige según el Estado que lo implemente, su cultura y grado de desarollo (sobre entiendo que la adaptación no debe ser impuesta sino elegida ). No queremos ver la decadencia del sistema democrático actual, impuesto y generador de múltiples conflictos, cuando en realidad asumir tal error es el principio para pensar nuevas formas de gobierno razonables y protectoras de los derechos humanos. La sociedad nacional e internacional se encuentra en cierta apatía y desconfianza, ya sea hacia su gobierno interno o el ‘gobierno de la sociedad internacional’ (ONU), y es por la falta de soluciones que los sistemas gubernamentales pueden dar: la corrupción se expande como pandemia en América Latina (en palabras de Chomsky), el terrorismo y el miedo se difunden por todo el mundo, y la violación sistemática de derechos humanos se desarrolla en contextos de conflictos donde los Estados son participes por acción o inacción. La confianza de la sociedad se pierde, grave problema para la gobernanza. Allí es donde la concepción de estados fallidos se abre paso, al igual que su característica de Estados que no protegen a sus ciudadanos, y donde quienes toman las decisiones otorgan a los individuos inquietudes dando paso a la desconfianza y, en extremo, al caos.
Por último, si repensamos la gobernanza como algo global no podemos perder de vista el factor influyente de la difusión de la información y los datos abiertos. Necesitamos gobiernos más transparentes, con datos abiertos para poder generar mayor confianza en la sociedad civil y a su vez mayor control . Claramente va a decantar en una interacción donde la confianza, el activismo cívico y la cooperación en búsqueda de soluciones serán las cualidades principales y llevará a los Estados a nuevas formas de gobierno, gobernabilidad y gobernanza. La globalización trajo consigo un desarrollo tecnológico sin precedentes, y es usado actualmente de manera masiva y sin fronteras o control por las personas. Si es utilizado en pos de la gobernanza a través de la difusión de información y datos abiertos generará una gobernanza más sólida.
Para finalizar de alguna forma mi pensamiento quisiera citar una frase de Noam Chomsky:
‘La globalización será accidentada, marcada por la volatilidad financiera crónica y una brecha económica en expansión. Acarreará un estancamiento económico, una inestabilidad política y una alineación cultural cada ve más profundos que propiciarán el extremismo étncio, ideológico y religioso, junto con la violancia que a menudo lo acompaña’.
Para evitar todas estas consecuencias negativas de este proceso que produjo tanto crecimiento y desarrollo debemos actuar y encontrar soluciones eficaces y eficientes que se proyecten a corto y largo plazo. La globalización trajo y trae consigo ventajas y avances a nivel mundial indiscutibles. Debemos trabajar sobre ella, evitar los movimientos antiglobalización y promover una nueva forma de gobernanza global. Si logramos esta estabilidad y un gobierno internacional encaminado a la gobernanza global, iremos hacia la prosperidad, el desarrollo y la paz.