La Guerra Económica entre China y Estados Unidos Afecta a Perú
Desde mi punto de vista, la guerra económica entre China y Estados Unidos sí afectará a nuestro país, ya que, debido a la imposición de aranceles, perjudica el mercado de importantes productos para el Perú. En primer lugar, el precio del cobre cayó 4,2 % en cuestión de pocos meses. Este es nuestro principal bien tradicional, pues aporta a la economía más que el sector pesquero, energético y agropecuario juntos. Además, suele representar entre el 30 y 40 % de las exportaciones peruanas anuales. Por ello, la caída de nuestra fuente de ingresos primordial en el comercio nos afecta terriblemente. Por ejemplo, según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, entre el 2018 y el 2019, ha existido una variación de -11,6 % en la exportación de cobre entre dichos años. Esto se traduce en doscientos mil millones de dólares menos respecto al año pasado. Tal resultado se debe a la incertidumbre que los países sufren alrededor del mundo por la guerra económica entre ambas potencias. También, nuestro comprador por excelencia del metal rojo es, sin lugar a dudas, China; el cual ha reducido su demanda. Siguiendo a la potencia asiática, se encuentra India y en tercer lugar, Estados Unidos. Nuestro tercer destino internacional de venta de cobre también está involucrado en el conflicto y eso también afecta su demanda y, por lo tanto, nuestras exportaciones.
En segundo lugar, la demanda de productos pesqueros se verá firmemente reducida. “Los productos pesqueros y mineros se dirigen principalmente al Asia (63% y 66% respectivamente), particularmente a China (47% y 42% respectivamente)” (Ministerio de Comercio Exterior y de Turismo, 2019, p.4). Debido a la tensión existente gracias a la imposición de aranceles a diversos productos de los dos países involucrados, la moneda china se ha devaluado. Esto afecta directamente nuestras ventas al gigante asiático, pues, por salvaguardar su economía, han tomado medidas y reducido la compra de bienes, entre ellos la harina de pescado y el aceite de anchoveta. Además, debido al descenso en la demanda de dichos productos, el precio internacional se reduce del mismo modo. Aquello no permitirá que este año la industria pesquera tenga el crecimiento esperado. Debido a esto, y sumado a las distintas dificultades climatológicas, el mercado internacional de los productos pesqueros será afectado.
Por último, el zinc ya ha alcanzado su pico más bajo gracias a la guerra económica entre China y Estados Unidos. Según el analista del Deutsche Bank, Nick Snowdon, “El aumento de la producción china, las especulaciones de que el zinc se mueve desde los almacenes del gigante asiático hacia los de la LME y una gran caída en la prima para el metal al contado en Londres presionaron los previos” (citado en Hobson, 2019, párr.4). Efectivamente, el precio del zinc ha ido disminuyendo desde el 2018 hasta más del 30 %. Esto se debe a la disminución de la demanda del mineral por el panorama del conflicto económico. Además, la caída del precio es causada por la intranquilidad de los inversores frente a los almacenes chinos. Dicha problemática ha generado un retroceso de 38,6 % en las exportaciones de zinc del país respecto al 2018 y en valores numéricos, se han perdido casi cien mil millones de dólares. Esto afecta las exportaciones totales, debido a que el sector minero es el principal influyente y el zinc es el tercer metal con mayores ventas del Perú.
Además, habrá menor recaudación tributaria. Esta guerra económica genera menor demanda en todos los mercados. Gracias a la incertidumbre por la recesión de los principales actores de la economía mundial, la demanda ha disminuido. Un ejemplo de ello es el petróleo y la caída de su cotización. Pese a ser atribuido con el mismo valor e importancia que el oro, el precio del combustible ha bajado en 12 %. Por ello, los precios de los minerales han caído. Especialmente, son los metales los más afectados, debido a que el mayor comprador mundial es China. Verbigracia, en septiembre del presente año, el cobre alcanzó el mínimo desde 2017. Es decir, el precio del metal rojo no había descendido tanto desde hace dos años. Esto nos afecta directamente, pues somos el segundo país exportador de dicho metal en todo el mundo. Además, los volúmenes de venta de los llamados commodities mineros se mantiene desde el año pasado; sin embargo, el precio fluctúa con tendencia hacia abajo. La caída del costo ha originado que la oferta de minerales tome medidas más cautelosas y la producción minera se ralentice. En consecuencia, este conflicto económico entre las dos potencias más importantes del mundo sí nos afecta, puesto que la recaudación tributaria descenderá. Con relación a ello, el Instituto Peruano de Economía (IPE) (2011) afirma que la presión fiscal para la minería es cinco veces mayor que para otros sectores económicos y que ha destinado cerca de noventa mil millones de soles en los últimos años (p.2). De ese modo, es preocupante que el sector minero se detenga o se vea perjudicado, puesto que es el principal tributario y tiene relación directa con el PBI. Es así, que representa la mayor fuente de ingresos; en cuanto a impuestos a la renta se trata.
Por otro lado, la inversión privada se verá afectada. Por inversión privada, se entiende a aquella que proviene de personas naturales o jurídicas, nacionales o extranjeras, públicas o privadas, distintas del Estado Peruano, de los organismos que integran el sector público nacional y de las empresas del Estado; que genera empleo tanto de forma directa como indirecta, mediante el logro eficaz sobre el crecimiento económico. Según dicha definición, el Estado es ajeno a las acciones de los inversores; sin embargo, deben ser apoyados y fomentados, pues aportan al desarrollo del país. Actualmente, debido a la guerra económica vigente, dicha inversión en el Perú no obtendrá el crecimiento esperado e incluso disminuirá. Si bien la minera representa el 14 % de la inversión privada total en el país, es relevante y en lo que va del año, es la más perjudicada.
