Consecuencias e la Incertidumbre Moral de la Mentira
La mentira produce incertidumbre moral, es algo negativo. A pesar de que biológicamente hablando las personas la han utilizado entre otras cosas como un mecanismo de supervivencia. Pienso que engañarnos a nosotros mismos es la expresión más absurda de la mentira e incluso puede tener una connotación enfermiza.
Pero éticamente hablando como podemos valorar la mentira para obtener un supuesto “fin mejor” para el conjunto de la sociedad. La honestidad es un valor moral, si no somos honestos podemos acabar desconociendo la realidad además de ser incoherentes. Charles-Maurice de Talleyrand decía “El habla fue dada al hombre para ocultar sus pensamientos”.
En mi opinión, la Deontología consisten entre otras cosas en cómo debe ser una persona para considerarse correcto y honesto y feliz, y lo correcto en este dilema ético planteado es no mentir aún a sabiendas que el peligroso criminal va a quedar en libertad. La verdad es una cualidad que abarca: honestidad, buena fe y la sinceridad. Debe estar presente en nuestro ámbito privado de la vida y en el desempeño de nuestra profesión
La mentira tiene una parte bondadosa, pero casi siempre suele acabar teniendo unas consecuencias negativas. Es un acto reprobado en todas las culturas, es bastante frecuente que con una mentira se acabe perjudicando o haciéndole daño a alguien. bondad o maldad de la consecuencia que tiene.
La mentira casi siempre tiene consecuencias negativas socialmente y que en este caso sea una institución estatal, de la cual muchos de nosotros podemos acabar solicitando protección en algún momento de nuestra vida es algo decepcionante y que nos puede acabar produciendo una inseguridad tanto personal como en el conjunto de nuestra sociedad que acabemos no confiando en nuestras instituciones y poniendo en duda los valores democráticos de nuestra sociedad.
En mi opinión la única justificación que tiene el uso de la mentira es para evitar un mal o sufrimiento mayor a alguien y sin que eso suponga que nosotros obtengamos algún beneficio. Pero reconozco que el peligro que tiene esta aceptación de la mentira en la vida de las personas puede ser muy peligroso, puesto que lo que puede resultar para mí una consecuencia beneficiosa o evitarle un mal mayor a alguien, para otra persona mi mentira puede ser un hecho reprochable que no evitar ningún mal mayor y considera que yo, lo que estoy haciendo es obtener un beneficio personal aunque sea simplemente moral. Por tanto, las mentiras bondadosas y piadosas para evitar un mal mayor, pueden ser una peligrosa arma de doble filo.
Los estamentos judiciales y sus profesionales deben ser modelo y ejemplo de legalidad y justicia , ya que son su defensores. De ahí que la gravedad de que quien se plantee la mentira como medio para obtener un fin sea la Fiscalía, es algo inaceptable y que no se nos debe de pasar ni por la cabeza. La justicia permanece sólo como justicia, en una sociedad donde no hay distinción entre los que están cerca y los que están lejos, pero en la que también permanece la imposibilidad de dejar de lado a los más próximos”.