La Influencia De La Religión En El Proceso Educativo

Para llegar a hablar de religión y la influencia que esta posee en el proceso educativo, se debe entender primero el concepto de religión; así pues Emile Durkheim, uno de los padres de la Sociología de la Religión, en el estudio de este fenómeno, aportó reflexiones que aún hoy muestran su validez y son objeto de problematizaciones. El concepto de religión que propone Durkheim (1997) menciona que:

Una religión es un sistema solidario de creencias siguientes y de prácticas relativas a cosas sagradas, o sea, separadas, prohibidas; creencias y prácticas que unen en la misma comunidad moral, llamada iglesia, todos los que a ella se adhieren. El segundo elemento que aparece en nuestra definición no es menos esencial que el primero; pues, mostrando que la idea de religión es inseparable de la idea de iglesia, hace presentir que la religión debe ser cosa eminentemente colectiva.

Por otro lado La Biblia en sí misma no es totalmente positiva o totalmente negativa respecto a la religión, si bien hace algunas referencias no afirma ni niega; sin embargo si da indicios de esta en algunos versículos… “Considerémonos unos a otros para incitarnos al amor y a las obras excelentes, sin abandonar el reunirnos” , “Quienes adoran a Dios deberían tener las mismas creencias” , entre otros; de esta manera, tomando en cuenta estas principales definiciones de religión se puede aceptar una definición más conjunta, la cual nos dice:

La religión un sistema de la actividad humana compuesto por creencias y prácticas acerca de lo considerado divino o sagrado, tanto personales como colectivas, de tipo existencial, moral y espiritual. Se habla de religiones para hacer referencia a formas específicas de manifestación del fenómeno religioso, compartidas por los diferentes grupos humanos. Hay religiones que están organizadas de formas más o menos rígidas, mientras que otras carecen de estructura formal y están integradas en las tradiciones culturales de la sociedad o etnia en la que se practican. El término hace referencia tanto a las creencias y prácticas personales como a ritmos y enseñanzas colectivas.

Las religiones por siglos han influenciado en el proceso de desarrollo del ser humano, tanto para bien como para mal, y hoy en día en el mundo con tamos con muchas religiones distintas entre sí.

El número de religiones que hay actualmente no se sabe, pero se cree que ronda las 4500 distintas. Es imposible saber la cantidad exacta debido que el número también oscila bastante ya que las hay con muy pocos seguidores y muchas de ellas aparecen y desaparecen rápidamente.

Las religiones con más fieles son:

  • El cristianismo con más de 2.000 millones de fieles
  • El islam que tiene más de 1.000 millones de fieles.
  • El hinduismo con unos 1.000 millones de seguidores.
  • El budismo con unos 800 millones.
  • La religión tradicional China que supera los 400 millones de adeptos.
  • Indígenas con unos 300 millones.
  • Afroamericanas con unos 100 millones.
  • El sijismo con unos 25 millones.
  • El juche con unos 19 millones
  • El espiritismo al que siguen 15 millones
  • El judaismo que tiene unos 14 millones de seguidores

 

También existen en el mundo más de 1.300 millones de habitantes que no profesan ninguna religión.

Las estadísticas de las religiones del mundo son muy aproximadas. Fuera del Cristianismo, pocas religiones intentan mostrar registros estadísticos de sus membresías y aún protestantes y católicos emplean diferentes criterios de conteo.

Así, por ejemplo, en la Iglesia católica, todo bautizado es de por si un miembro mientras que en las Iglesias Protestantes solo se cuentan los que se han “unido”. La compilación de estadísticas se complica aún más para casos como China donde una persona puede ser al mismo tiempo Confucionista, Taoísta y Budista y en Japón ser al mismo tiempo Budista y Sintoísta.

Ya para finales del siglo XX, a través de un censo que se realizó de manera mundial, se pudo registrar, datos estadísticos que muestran que la mayor parte de la población, profesa una religión, y que la religión de mayor crecimiento fue la religión cristiana.

Sin embargo, se creía que, “dentro de una generación, toda la población mundial se convertirá al cristianismo”. Esto no se ha materializado, sobre todo porque se ha producido un fenómeno inesperado: En los últimos años ha habido una deserción fuerte del cristianismo a causa del secularismo (en Europa occidental), el comunismo (en Rusia y Europa oriental) y el materialismo (en América), lo que ha dado como resultado un crecimiento explosivo de la no-creencia, particularmente en el mundo tradicionalmente cristiano. Sin embargo, en las últimas dos décadas, la no-creencia ha venido disminuyendo ligeramente.

El mundo religioso se ha fragmentado, no sólo por divisiones internas, sino también por el surgimiento y la proliferación sorprendente de nuevas religiones, muchas de ellas surgidas a partir de las grandes religiones establecidas. De hecho, en la actualidad existen unas 10.000 religiones diferentes.

En América Latina, al final del siglo XX, el cristianismo mantuvo su hegemonía con un 93,7%. Actualmente, los analistas distinguen dentro de cristianismo seis grandes bloques: cuatro tradicionales, que son el catolicismo, el protestantismo, la ortodoxia y el anglicanismo; y dos bloques recientes: los ‘cristianos marginales’ (mormones, testigos de Jehová) y las ‘iglesias independientes’ que representan mayormente iglesias indígenas no blancas. Todos ellos están presentes en América Latina.

Con todo esto podemos decir que la religión influye en gran medida en la vida de muchas personas. La realidad es que el futuro de la humanidad depende del futuro de la religión.

Hace un siglo grandes pensadores decían que la religión iba a desaparecer, a tal punto a que en el año 66 la revista Time saco en su tapa la pregunta “¿DIOS ha muerto?”, la respuesta: “si no estaba muerto seguramente agonizaba y mucho tiempo no le quedaba”; sin embargo todos esos pensadores y la revista Time estaba equivocada, la religión está viva.

Esta viva en los millones de personas que van de peregrinaje, en los millones que se bañan en un rio sagrado para purificarse, en los miles de fieles que acuden a ver al papa. La religión está viva fundamentalmente en 84% de la población mundial que tiene una afiliación religiosa. De cada 10 personas en el planeta más de 8 tiene una identidad religiosa.

La religión se ha vuelto pública. Pública cuando terroristas se atacan las torres gemelas, es publica cuando un presidente habla de religión o un papa habla sobre la homosexualidad o el aborto. La religión está de vuelta, no por nada los editores del “Economist” titularon su último libro “DIOS ESTÁ DE VUELTA, y todo indica que Dios se queda por un tiempo”; sin embargo, surge una inquietud, un temor casi, y la inquietud es que no estamos preparados, no estamos educados, no estamos listos para vivir en un mundo religioso. ¿Cuántos de nosotros sabemos, por ejemplo, dónde vive la mayoría de los musulmanes en el planeta?, no es en el medio oriente, cuántos hemos leído el Corán, cuantos hemos estudiado los evangelios, pero estudiado enserio, con cierto ojo crítico no como se estudia la catequesis.

La realidad es que la religión es uno de los pocos ámbitos del saber que parecería estar permitido ser ignorante, pero si se ha terminado la primaria, la secundaria, la universidad y nunca se a leído en todo ese proceso educativo un par de páginas de Shakespeare o de Galeano o de Onetti, se piensa que algo fallo en el proceso educativo; pero si no se lee el Corán, La Biblia u otros, no pasa nada; es como raro…nadie basa su vida en el Aleph de Borges, pero miles y millones de personas si basan su vida en el Corán, sí creen que los evangelios hablan de Dios hecho hombre que muere por nuestros pecados.

En las universidades se requiere que los alumnos pasen filosofía, o Lenguaje o matemática, sea cual sea la carrea, pero no se requiere una materia de introducción a las religiones del mundo. Si se sale a caminar por la calle realmente no nos cruzamos con un Hegeliano o un Marxista o un Tiziano; pero, si nos cruzamos con un judío, un musulmán, un budista, un católico, un cristiano; sí nos cruzamos con alguien, un vecino, que seguramente es religioso.

Entonces el temor es que no estamos preparados, y al no estar preparados hay consecuencias, hay conflictos que perduran, hay gente que muere, reforzamos fundamentalismos y fundamentalmente, limitamos nuestra humanidad.

Pensamos que la religión complica las cosas, es una complicación, pero que pasa si al no poder hablar un idioma religioso, uno no se puede comunicar con el otro; caemos en el “respetemos la religión del otro”, sin darnos cuenta que esa postura es una de las más herradas, porque esta postura refuerza el fundamentalismo, porque cuando uno dice “respetemos esa religión” en el fondo lo que estamos haciendo es tomar una posición en un debate teológico que existe dentro del islam.

Limitamos nuestra humanidad, el creyente cree, el ateo rechaza y el agnóstico es el que “no se decide”, es aquel es más creyente cuando el avión se sacude y se mueve, pero con los pies en la tierra no lo es. Pero hay algo en común que tiene el creyente y el ateo, y es que viven de alguna manera en mundo cerrados, mientras el agnóstico está abierto, busca relacionarse, busca salir de alguna manera de su burbuja.

En el siglo XXI tenemos varias propuestas entorno a las distinas religiones, una opción es tolerancia; sin embargo a mí no me gusta, ya que tolerancia me parece arrogante y condescendiente es como decir “estas equivocado, eres un delirante; pero te tolero”; otra alternativa es respeto, el respeto es mejor; pero personalmente tampoco me gusta, porque respeto implica un dejo de distancia “esas son tus creencias, las respeto; pero me doy un paso atrás. Las respeto”; La postura que a mí me gusta y creo debemos tomar se llama humildad espiritual, es una apertura a las religiones del mundo, es un deseo de aprender de ellas.

Generalmente pensamos en las religiones como países, con soldados que protegen las fronteras de manera celosa, para que nadie pueda salir o nadie pueda entrar, nos sentimos traidores si cambiamos de creencia religiosa e incorporamos algo a nuestra vida de otra fe.

Antes vivíamos en comunidades homogéneas, ahora cada vez más gente vivimos en ciudades enormes, y las ciudades son lugares donde uno inevitablemente se codea con personas que piensan cosas muy distintas. Lo urbano, internet, emigración, inmigración, televisión, radio; todo eso lleva a un fenómeno que los sociólogos del conocimiento llaman, contaminación cognitiva; es decir, que cuando uno charla con otro, dialoga con otro de cara a cara, es más difícil pensar que el otro es un pecador o un perverso o que inevitablemente e va a el infierno por lo que cree; y por eso cada vez más, la religión no es algo solamente que se hereda, sino que se construye; pasa a ser una decisión del individuo; o sea que uno es budista o judío-musulmán, no porque se nace ahí, sino porque se elige serlo, y por eso también cada vez más personas toman la comunión pero hacen meditación sean; podemos empezar a aspirar no solamente a países multi- religiosos, sino también a personas, a individuos multi religiosos.

Sí el futuro de la humanidad depende del futuro de la religión, pero el futuro de la religión depende de la humanidad. 

29 April 2021
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