Profeta: Una Vida Dedicada A Escuchar A Dios

En el transcurrir de la historia que nos presenta la palabra de Dios, el Señor utilizó a muchos hombres para llevar a cabo su plan de salvación y así limpiar el pecado del mundo. Desde el pecado de Adán, Dios ya tenía planeado rescatar al hombre del pecado a través de su hijo. Esto lo vemos en Génesis 3:15, cuando dios castiga a la serpiente por lo que había hecho, y le dice que pondré enemistad entre tu y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; él te herirá en la cabeza, y tu lo herirás en el calcañar. Esa simiente a la que se refiere este versículo era Jesucristo, quien vendría a acabar con el reinado de satanás sobre el hombre. Luego de esto, Dios comenzó a usar hombres para dar los primeros pasos rumbo a cumplir esa promesa, y aquí es donde aparecen los profetas. Dios dispuso a hombres para que estos escucharan la voz de Dios, y así mismo lo transmitieran al resto de seres humanos. El primero de ellos fue Abraham, a quien Dios bendijo grandemente y con el cual se comunicó por muchos años para darle vida al que sería su pueblo, Israel (Génesis 20:7). Pero viendo todo esto ¿Cómo debía ser un profeta de Dios?

La definición de profeta según el Nuevo diccionario Bíblico ilustrado es la siguiente: “Aquel a quien Dios reviste de Su autoridad para que comunique Su voluntad a los hombres y los instruya”. Esta definición ya nos suelta ciertas características que debía tener un profeta.

  1. Debía ser alguien con una relación estrecha con Dios, pues para poder conocer realmente a Dios, es necesario tener una relación con Él. Un ejemplo de esto lo podemos ver en Habacuc, quien tenía una relación tan cercana con Dios, que en sus primeros capítulos vemos como él le reclama al Señor por la maldad que había en el pueblo en el momento (Habacuc 1:1-3).
  2. La otra característica de un profeta es que también debe ser maestro, porque debe tener la capacidad de transmitir lo que Dios le rebeló de una forma clara al pueblo de Dios. Esto lo vemos en Moisés, a quien Dios le hablaba directamente y le mandaba a comunicarle las cosas que le había dicho, al pueblo. Por ejemplo, cuando Dios le dio las tablas de la Ley (Éxodo18-20) Dios le dijo todas las leyes a Moisés para que él se las dijera al pueblo de una forma clara y concisa, entendible, para que los Israelitas las llevaran a cabo.
  3. Un profeta debía ser alguien valiente. Esto lo vemos en la vida del profeta Jeremías; un profeta que tuvo una tarea bastante dura, pues en todo lo que vemos en su libro, le toco transmitir muchísimas malas noticias al pueblo de Israel, lo que le costó lágrimas, e incluso que lo arrestaran por culparlo falsamente de mentiroso (jeremías 37); a pesar de todo esto, Jeremías no tuvo miedo de hablar las palabras de Dios. El las transmitió tal cual Dios se las daba, advirtiéndole a los Israelitas del juicio que recaería sobre ellos si no se arrepentían de sus caminos.
  4. Un profeta debía ser alguien perseverante. Ellos no podían dejarse llevar por sus temores, o decaer ante el rechazo del pueblo por sus profecías. Ellos tenían que permanecer firmes y perseverar en Dios, a pesar de todo esto. Esto lo vemos también en Jeremías, que a pesar de todo el mal terrenal que le trajeron las profecías que Dios le mandó a decir, el seguía hablando lo que Dios le mandaba al pueblo, y el continuaba orando por el pueblo, y pidiéndoles que se arrepintieran de sus pecados (Jeremías 4), pero el pueblo no lo quiso escuchar. hecho, es increíble que durante todo el tiempo que Dios uso a Jeremías como profeta, nadie se rindió a los pies de Dios; todo lo contrario, más se enfadaron con Él.
  5. Los profetas debían ser obedientes a la voz de Dios. Si Dios les mandaba a realizar algo, ellos debían cumplirlo a cabalidad, y debían decir cada cosa que Dios les había dicho. En general, todos los profetas hicieron una buena tarea en esto, peor hay uno en la palabra que no hizo caso, Dios lo castigo por su desobediencia; este profeta es Jonás, el cual no quiso obedecer en llevar el mensaje de juicio a Nínive porque sabía que Dios era misericordioso y los iba a perdonar (Jonás 1:2; 4:1-2). Jonás desobedeció y recibió su castigo, pero en los demás profetas vemos un compromiso de transmitir claramente la palabra de Dios al pueblo. Por ejemplo, esta Josué, quien, en toda su tarea como Sacerdote y profeta de Dios, transmitió lo que Dios le decía al pueblo para fortalecerlos en la toma de la tierra prometida. Él también hizo todo lo que Dios le mandaba, como lo vemos en Josué 4:1-18, donde Dios le ordena ubicar doce piedras en representación de las doce tribus de Israel, y Josué realizó esta acción con todos los parámetros que Dios le dio.
  6. Veo en los profetas hombres sensibles. Cuando digo sensibles no me refiero a hombres débiles, sino a hombres que de verdad se dolían por el pecado del pueblo y por el juicio que les iba a sobrevenir si no comenzaba a seguir los caminos de Dios como el quiere. Uno de los más representativos de esto es Jeremías, el “profeta llorón”, lo cual no es una buena manera de referirnos a él, porque cuando el lloraba lo hacía lamentándose por el pecado del pueblo, por el juicio que les sobrevenía, y nunca lloró por miedo o por algún tema personal. Jeremías siempre fue sensible a pedir misericordia por Israel, aún sabiendo que el juicio de Dios era justo.

Viendo todas estas partes del carácter de un profeta, Dios llama a su pueblo a cumplir con todas estas cosas. Esto lo vemos en estos puntos:

  1. Dios quiere tener una relación cercana con nosotros. Esto lo vemos en Juan 1:12, donde leemos: “Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre”. Dios nos dio el derecho de ser llamados hijos, una de las relaciones más cercanas que existen. Esto implica que lo conozcamos mucho, pues un hijo conoce muy bien a su padre. Implica que hablemos con Él todos los días, y el escuchará nuestras aflicciones, temores, dificultades, alegrías, triunfos y demás. Además, esto nos lleva a conocer su voluntad, porque, así como un padre terrenal tiene proyectos que desean que su hijo desarrolle, así mismo Dios tiene planes para nuestras vidas que Él espera que llevemos a cabo, esto se llama su voluntad. Así que claramente dios desea que tengamos una relación muy cercana con Él.
  2. Dios también nos llama a ser conocedores de su palabra y a estudiarla. En 1 Pedro 2:2 Dios nos dice a través de Pedro “Desead como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis para salvación”. Dios quiere que estudiemos su palabra y la enseñemos, pero no quedándonos siempre en lo básico, sino ir avanzando y queriendo más y más de la palabra de Dios, como se nos dice en hebreos 5:13-14 “Porque todo el que toma solo leche, no está acostumbrado a la palabra de justicia, porque es niño. Pero el alimento solido es para adultos, los cuales por la práctica tienen los sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal. Así que, Dios espera que nosotros seamos maestros de la palabra de Dios, para que crezcamos en ella, y la transmitamos a otras personas que la necesitan.
  3. Dios espera de nosotros valentía para llevar de su evangelio. En Josué 1:6-9, donde vemos que Dios le pide a Josué que sea valiente, no solo para la guerra que estaba a punto de batallar, sino más para cumplir con la Ley que Dios le había dado a Moisés. Esto quiere decir que para obedecer a Dios se necesita valentía, porque es tarea muy dura y con muchos tropiezos. Dios espera de nosotros valentía para enfrentar al mundo todos los días. Cuando un hijo de Dios sale al mundo a realizar sus actividades diarias, se tendrá que enfrentar con diversas pruebas y tentaciones, que solo los que son valientes, son capaces de sortearlas y salir adelante. Un débil sucumbe de inmediato a la tentación, pero un valiente da la pelea y se aleja de ella lo más pronto posible. Como nos lo dice 2 Timoteo 2:22 “Huye de las pasiones juveniles”, o como nos dice 1 Corintios 16:13 “Estad alerta, permaneced firmes en la fe, portaos varonilmente (valientemente), sed fuertes.
  4. Dios nos pide que seamos perseverantes, en la oración, en la fe y en su palabra. A Dios no le gustan las personas tibias; esto lo vemos en Apocalipsis 3:16 “Así, puesto que eres tibio, y no frio ni caliente, te vomitaré de mi boca”. Dios no quiere que sus hijos sean cambiantes, que se dejen llevar por las olas, sino que quiere hijos que perseveren aún en la más grande dificultad. Como nos lo dice Santiago 1:12 “bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba, porque una vez que ha sido aprobado, recibirá la corona de vida que el Señor ha prometido a los que le aman”. El hecho de ser perseverantes en la prueba nos traerá bendiciones de parte de Dios. Así que, Dios no quiere tibios, Él quiere personas firmes que perseveran en su palabra a pesar de las dificultades.
  5. Dios quiere y ama que nosotros seamos obedientes a su palabra. Dios espera que nosotros le obedezcamos en todo; por encima de sacrificios, ritos o demás cosas que se podrían hacer para tratar de agradarle a Él, está el obedecerle. Esto lo podemos ver en la vida de Saúl; En el capítulo 14 de 1 de Samuel, vemos que el decidió realizar el sacrificio antes de la guerra, en vez de espera a Samuel para que él lo hiciera. Ese sacrificio a Dios solo lo podían realizar los sacerdotes, pero Saúl se dejo llevar por el orgullo y el temor de que el pueblo se dispersara, y lo realizó él. Esto molestó mucho a Dios, porque Saúl estaba desobedeciéndolo. Tal vez el quiso hacer este sacrificio con buenas intenciones, pero esto nos demuestra que a Dios le importa más la obediencia que cualquier ritual u ofrenda.
  6. Dios nos pide que seamos sensibles a su voz, y a las necesidades de los demás. Cuando leemos la palabra de Dios, vemos que Dios siempre aboga por los necesitados y los rechazados de todas las sociedades. Por ejemplo, dentro de las leyes que le dejó a Israel en Levítico, Dios les pide que cuando estuvieran recogiendo su cosecha, si se les quedaba una espiga de trigo o se les caía, que no se devolvieran a recogerlos, sino que los dejaran ahí para las viudas o los pobres que vinieran a recogerlas (Levítico 23:22). También lo vemos cuando Pablo le pide a Timoteo que tenga un especial cuidado con las viudas, los ancianos y los niños de su congregación (1 Timoteo 5).

En conclusión, vemos que Dios tenía pedía ciertas características fundamentales en sus profetas para que estos llevaran a cabo la tarea de comunicar la palabra de Dios al pueblo de Israel, y así poder hablar con ellos sin generarles temor a morir por la santidad de Dios (Éxodo 20:19). Su tarea nunca fue fácil, porque debían hablar de las noticias buenas y malas al pueblo, lo que en muchas ocasiones les causó problemas aquí en la tierra. Sin embargo, Dios siempre escogió a hombres valientes y esforzados, para que nunca tuvieran temor del pueblo, sino que más bien tuvieran temor de Dios. Así mismo, Dios nos manda a nosotros como sus hijos a ser como los profetas en la actualidad; a llevar la palabra de Dios a todo el mundo sin temor, sin titubear, perseverando en las cosas que Él nos enseña, para que mas personas sean libres de pecado, y para que enseñemos correctamente la palabra de verdad.  

17 July 2021
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