La Influencia Del Positivismo En La Contabilidad Empresarial
En el transcurso de la historia de la contabilidad, se han ido replanteando aspectos que se consideran esenciales en este campo; por ejemplo, alrededor de la teoría contable se han establecido debates, tanto académicos como profesionales, que trabajan a favor de la modificación de pensamientos contables obsoletos, así como, de la agrupación de posturas que permiten el progreso de la ciencia contable. Muchos investigadores han dirigido sus esfuerzos a descifrar el origen de la teoría contable, y se han topado con diversos enfoques para llevar a cabo los procesos contables. Entre estos enfoques se encuentra el positivismo, el normativismo y otras corrientes alternativas.
Hasta la década de 1960, el paradigma teórico y metodológico dominante en la investigación contable era normativo. Según el jurista y filósofo Hans Kelsen, lo normativo designa “que algo debe ser o suceder” (Sanchez, Torres, & Vargas, 2009). A partir de esta oración, se entiende que el normativismo responde al método deductivo, partiendo de lo general a lo particular, pues, si enuna situación generalizada se da como resultado determinadas consecuencias, al aplicar estos mismos fundamentos en casos concretos, según esta lógica, los resultados deberían ser iguales. Sin embargo, debido a que en todas las situaciones utilizando método normativo, no se generaban modelos teóricos contables relevantes, desde la década de 1970 en adelante, la investigación positivista o empírica se convirtió en el paradigma predominante (João, 2017).
El positivismo, por el contrario, consiste en sacar conclusiones generalizadas de situaciones particulares. Los primeros en promover esta corriente fueron los autores Watts y Zimmerman, los cuales se refirieron al positivismo como: “una disciplina contable cuyo objetivo central consiste en explicar y predecir la práctica contable, a través de uno de sus principales instrumentos: la investigación empírica” (Barbei & Bauchet, 2014). Por consiguiente, este enfoque basa sus predicciones en la realidad, en “lo que es”, es decir, se realizan observaciones y mediciones detalladas de los eventos antes de llegar a una conclusión. Además, no da cabida a juicios de valor, por lo cual, se puede decir que es un enfoque rígido y totalmente neutro.
La investigación que utiliza teorías o perspectivas positivistas ve la ‘realidad’ como una estructura concreta y a las ‘personas’ las ve como adoptantes, encuestados y procesadores de información para lograr la eficiencia y los objetivos que se ha propuesto la organización (Morgan & Smircich, 1980). Los defensores del enfoque positivista buscan principalmente descubrir patrones que posibiliten replicar las metodologías ya realizadas en casos generales y adoptarlas a situaciones precisas, además, los seguidores de esta corriente consideran que la contabilidad es objetiva y que las hipótesis contables se pueden probar estadísticamente con métodos empíricos.
El positivismo en la contabilidad, es un enfoque muy útil, desde el punto de vista que garantiza la credibilidad de modelos contables basados en este mismo, pues, al no admitir subjetividades, se limita a detallar hechos que son perceptibles y a comprobarlos en el entorno para confirmar su veracidad. El enfoque positivo es considerado muchas veces como sistemático e intransigente puesto que al estar fundamentado en el método científico, posee el mismo rigor de este último. De hecho, muchas revistas de contabilidad consideran que el enfoque científico es apropiado para el descubrimiento, la explicación y la predicción de los fenómenos contables. Así, al utilizar este enfoque, los investigadores normalmente confían en un método de investigación de largo alcance, basado en estadística y matemáticas, en el que se emplean categorías o variables clave que, posteriormente, se intentan analizar para llegar a interpretaciones ex post facto, es decir, el investigador se plantea la validación de las hipótesis cuando la situación ya ha sucedido (Tomkins & Groves, 1983).
Debido a que esta perspectiva se centra en el empleo de datos cuantitativos para generar sus conclusiones, los investigadores que trabajan alrededor de la teoría contable han llegado al consenso de que la investigación contable desde el punto de vista positivo, considera los sistemas de control contable, como el presupuesto, como un medio para lograr operaciones eficientes y de bajo costo (Azar, 2015). Con todo, la teoría contable positivista, recibe críticas considerables por parte de la comunidad académica y profesional. El positivismo es criticado principalmente por no proporcionar orientación a los profesionales de la contabilidad, y a menudo no tiene en cuenta las relaciones organizativas dentro de la empresa.
Además, la naturaleza rigurosa de esta corriente ha sido, también, causa de comentarios negativos: académicos afirman que los conceptos en los que se basa la contabilidad se construyen socialmente. Por ejemplo, los conceptos de ‘activos’, ‘pasivos’ y ‘ganancias’ se derivan de las convenciones humanas, que se han discutido y revisado a lo largo del tiempo. La existencia de convenciones implícitas para medir estos conceptos requieren juicios de valor y no hay consenso con respecto a la forma en que estas nociones deben cuantificarse y medirse. Medir activos, pasivos y ganancias, o cualquier otra construcción contable, no es exactamente lo mismo que medir fenómenos en ciencias naturales, donde existen medidas naturales (kilómetro, minuto, litro, etc.) que son intrínsecas a los elementos del mundo físico y eso permite que los fenómenos en estudio sean medidos de manera inequívoca y consensuada. En contraste, en contabilidad las medidas son solo intentos de representar numéricamente conceptos interpretativos (João, 2017). Es por esto que, para muchos autores la rigurosidad del enfoque positivo en contabilidad es contraproducente debido al carácter subjetivo de esta.
Otro argumento que han utilizado los críticos del positivismo indica que bajo el enfoque positivista se cae en la equivocación de tomar principios contables concretos utilizados en otros lugares del mundo como base para las teorías sobre la utilidad y aplicación de la contabilidad en nuestro país, en lugar de basarse en criterios aceptados generalmente. De esa forma, desde el punto de vista positivo, se tiene una investigación contable que se preocupa por el ejercicio de la contabilidad pero que comete un importante error al tomar la practicas de otros país y dejar a un lado las necesidades que Colombia exige. Aunque en los últimos años bajo la globalización, se ha intentado que diferentes países apliquen los mismos modelos contables, resulta muy complicado unificar los diversos contextos sociales, económicos, políticos y culturales de cada nación en un solo modelo contable que tenga en cuenta todas las diferencias y que se aplique a cabalidad en todos los procesos contables (Londoño, Salazar, & Muñoz, 2013). De forma que, si bien, son declaraciones severas, tiene sentido la afirmación del investigador Valerio Nepomuceno “la tentativa de estandarizar los conceptos contables es una de las acciones más estúpidas e inconsecuentes que se puede pretender” (Nepomuceno, 2003)
Sin embargo, a pesar de las críticas, según Kristina Rudžionienė, la teoría contable positiva es el paradigma que posee mayor validez para la investigación contable en las últimas décadas, puesto que, la metodología utilizada en esta teoría es una de los enfoques más completos (Rudžionienė, 2012). Según esta autora, una teoría contable particular solo puede proporcionar una visión parcial que describa el funcionamiento y la utilidad de contabilidad, entonces, a pesar de las numerosas ventajas que brinda el movimiento positivista, se hace necesario disponer de diferentes perspectivas teóricas que puedan ofrecer múltiples enfoques para el mismo fenómeno, de esta forma, se garantiza una visión más amplia de los procesos contables.
En general, los comentarios negativos o críticas que han sido realizadas al positivismo provienen de defensores de otros enfoques contables, que consideran que estos describen de una mejor forma los fenómenos contables y además, generan modelos eficientes que pueden ser aplicados en la mayoría de situaciones que se presenten en el ejercicio de la contabilidad. De hecho, el enfrentamiento de las diversas corrientes, especialmente, normativa y positiva, se ha venido dando por muchos años. No obstante, esta rivalidad, en mi opinión, es ilógica puesto que la concepción actual de la contabilidad ha ido desarrollándose hasta tal punto de considerar que la disciplina contable, por su carácter interdisciplinario, hace uso de ambas posturas (Sanchez, Torres, & Vargas, 2009). Incluso, J. M. Godfrey et al. (2006) sugieren que idealmente no debería haber tal distinción, ya que la teoría bien formulada y desarrollada se extiende tanto a lo que debe ser como a lo que es.
En este orden de ideas, es fundamental estudiar la contabilidad en el contexto social, económico y político del que forma parte, con el objetivo de permitir que se obtenga información detallada y contextualizada con respecto a las prácticas de contabilidad, como Hopwood (2007) observa: Para que la comprensión sea una fuente de iluminación más que un dogma, debe tener una dinámica de cambio. Visto desde esta perspectiva, la contabilidad, como práctica, puede y de hecho debe ser constantemente examinada, reexaminada, interrogada y criticada en el mundo del conocimiento. En lugar de ser una disciplina por derecho propio, la contabilidad necesita recurrir a una variedad de fuentes de iluminación y comprensión. Ha sido y debe seguir siendo un lugar de investigación interdisciplinaria. (pp. 1370-1371)
Muchos autores reconocen que no existe una teoría generalmente aceptada de la contabilidad general, aunque se han hecho esfuerzos considerables para formularla. No existe una teoría universal para evaluar procedimientos prácticos ya establecidos, emergentes o propuestos y para evaluar objetivamente el pasado, el presente y predecir los resultados futuros. Por lo tanto, cada tipo de teoría contable a menudo es criticada por cuestionar su valor total.
Ahora bien, a la pregunta ¿es el positivismo el enfoque adecuado?, se puede responder que la contabilidad es tan inmensa y abarca tantas asignaturas que restringirla a un solo enfoque sería limitar los procesos contables. Considero que las diversas posturas que tienen lugar al estudiar la teoría contable pueden y efectivamente, deben convivir teniendo en cuenta la naturaleza de la contabilidad, que la define como un campo de estudio que cruza los límites tradicionales entre varias disciplinas. Dentro de este campo, tanto contribuciones formales como aquellas que se derivan de la experiencia, ayudan a la creación de nuevos saberes que evidencian de manera concreta la realidad que se está analizando.
Así, no es descabellado afirmar que la contabilidad no es una ciencia completamente neutral. Su naturaleza social y organizativa conlleva a que, de manera imperativa, se consideren los puntos de vista de los diversos intermediarios que se encuentran implicados en la construcción de las teorías contables. Es por esto que considero que, aplicar únicamente el enfoque positivista y por consiguiente, el riguroso método científico no es apropiado en la contabilidad. Un campo donde existen elementos no aptos de medición formal como por ejemplo los efectos ambientales que tiene el cumplimiento del objeto social de las empresas lo que es diferente a valorar el costo de reforestar un área determinada (Sanchez, Torres, & Vargas, 2009).
Por otro lado, de acuerdo a lo mencionado durante el trascurso del documento, se puede afirmar que las teorías que aparecen en las investigaciones que giran alrededor de la contabilidad no poseen la calidad de universales debido a que, como se ha indicado anteriormente, cada país o empresa consta de objetivos y contextos diferentes según las características que se reconozcan en cada lugar, a partir de estas particularidades es que se elaboran los diferentes modelos. De ahí, que no sea lo mismo la contabilidad en lugares que gozan de distintos objetivos.
En síntesis, en la contabilidad, caben las diversas corrientes mencionadas en el presente ensayo, ya que entre ellas no son excluyentes, por el contrario, para cada situación que pueda surgir en torno a la contabilidad, se podría usar el enfoque que más se ajuste de acuerdo a los requerimientos de cada caso. Incluso, existen métodos naturalistas derivados de las ciencias sociales que se especializan en comprobar las diferentes teorías anteriormente impuestas, teniendo en cuenta, no solo la parte cuantitativa sino también la parte social y organizativa.
Por último, es importante aclarar que es muy complicado que la contabilidad logre predecir de forma inequívoca las situaciones que se puedan presentar en un futuro, puesto que lo social no cuenta con moldes de comportamiento para todos los casos. Por tanto, los enfoques que pronostican fenómenos futuros no se pueden aplicar en muchos de los procesos contables que involucran juicios de valor.
Referencias
- Azar, N. (2015). Different Approaches and Theories in Accounting Research University ofMalaya.
- Barbei, A., & Bauchet, A. (2014). Teoría contable positiva: una revisión de sus bases teóricas y la contribución a la teoría general contable. CECIN Centro de Estudios en Contabilidad Intenancional.
- Godfrey, J., Hodgson, A., Holmes, S., & A., T. (2006). Accounting Theory. John Wiley & Sons,Inc.
- Hopwood, A. J. (2007). Whither accounting research? The Accounting Review, 1365-1374.
- João, M. (2017). Positivism and “alternative” accounting research. Revista Contabilidade &Finanças.
- Londoño, D., Salazar, A., & Muñoz, D. (2013). Positivismo y normativismo en contabilidad: unaconvergencia teórica. Adversia.
- Morgan, G., & Smircich, L. (1980). The case of qualitative research. Academy of Management,491.
- Nepomuceno, V. (2003). La objetividad contable y la disminución de la importancia del. Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES).
- Rudžionienė, K. (2012). Teoría positiva de la contabilidad: ventajas y desventajas. Science and Studies of Accounting and Finance: Problems and Perspectives.
- Sanchez, J., Torres, M., & Vargas, N. (2009). Normativismo y positivismo en contabilidad: propuesta de un acuerdo a una tensión histórica. Adversia, 25-32.
- Tomkins, C., & Groves, R. (1983). The Everyday Accountant and Researching His Reality. Accounting Organizations and Society, 361-374.