La Plasticidad Cerebral en Todas las Etapas de la Vida
El cerebro humano tiene una notable capacidad de cambio, pero el tiempo es crucial. Según lo refiere Ferre y Aribau (2008), al plantear que en los primeros años de vida el cerebro presenta una gran plasticidad cerebral, pudiendo adaptarse para compensar los problemas y poder responder a intervenciones externas. Ahora bien, la estimulación es relevante durante esta etapa, influirá de manera positiva para el desarrollo como crecimiento, teniendo en cuenta como lo expresan los autores, el tiempo es decisivo, en otras palabras, la capacidad de aprendizaje se mantiene durante toda la vida, pero hay oportunidades óptimas durante las cuales el cerebro es particularmente efectivo en su plasticidad.
De allí, la plasticidad cerebral, hace que se pueda tener una mente moldeable permitiendo adaptarse a los cambios producidos en el entorno. En relación a lo antes mencionado Phérez y otros (2018) consideran que quienes se sienten comprometidos con la educación y consecuentemente con el desarrollo de proyectos educativos demuestran interés por conocer las propiedades del cerebro que pueden resultar de gran utilidad en la propuesta de estratégias eficaces que permitan orientar los aprendizajes de manera efectiva y lograr el diseño de ambientes escolares que los propicien.
En consecuencia, el cerebro de cada persona aunque orgánicamente sea igual en su estructura orgánica, en relación con el desarrollo de las experiencias y las conexiones entre las redes neuronales lo individualiza y crea su personalidad. Al respecto, el autor Manes (2014) considera que: “Es evidente que la neuroplasticidad constituyó uno de los principales mecanismos a través de los cuales las especies fueron evolucionando a lo largo del tiempo, y se adaptaron así a cambios del ambiente más allá de aquello que estaba predeterminado genéticamente” (p. 36). Por lo tanto gracias al descubrimiento de esta capacidad cerebral humana, podo desmontarse el dogma de que el cerebro era rígido e inmodificable.
Por el contrario, gracias a investigaciones y experimentos se ha podido demostrar que el sistema nervioso puede auto modificarse y cambiar a lo largo de toda su vida y hasta el último de sus días denominada plasticidad cerebral y se clasifica en dos tipos: Dependiente de la experiencia (modifica la estructura del cerebro durante toda la vida por la exposición a ambientes complejos y la expectante a la experiencia describe la transformación estructural genética cerebral en la vida temprana, es el desarrollo de un cerebro sano que permite el aprendizaje hasta la ancianidad y caracteriza el progreso de toda la especie humana y ocurre en una etapa óptima en donde el cerebro se encuentra con una experiencia relevante denominada “periodo sensible” (OCDE, 2009).
Estos tipos de plasticidad se encuentran de manera distinta en las tres etapas de la vida como lo es la infancia temprana, la adolescencia y la edad adulta incluyendo los adultos mayores (ancianos) y describe cómo se caracteriza el aprendizaje durante el transcurso de cada una de ellas, como a continuación se especifica:
La Plasticidad cerebral presente en todas las etapas de la vida:
- La niñez (de los 3 a los 10 años aproximadamente)
Tomando en consideración lo referido por la OCDE (2009) durante la niñez el ser humano posee la capacidad de comprender de manera sofisticada los fenómenos que le rodean, lo que les permite ser unos aprendices muy activos, es por ello que resulta ilógico pensar que su cerebro es una tabula rasa. Es decir, ellos de manera temprana pueden concebir un concepto del mundo que les rodea desde su propia experiencia; este aprendizaje temprano incluye la psicología, la biología, la lingüística y la física; es decir cómo funciona el lenguaje, la gente, los animales, las plantas y su relación con los objetos.
Con respecto a lo antes mencionado, la educación temprana (inicial y primaria) debe tomar en cuenta que los cerebros no son iguales y la conceptualización individual de cada niño, lo cual es determinante al momento de considerar las modalidades individuales del aprendizaje, por ejemplo una estrategia pedagógica sería el juego. Asi mismo, ha surgido el neuromito de que antes de los tres años los niños están en su máximo de receptividad pero pueden caer en una sobreestimulación y no hay evidencia científica que lo sustente cayéndose en una pérdida de tiempo.
Asi mismo puede considerarse que existen los periodos sensibles en ciertos ámbitos del aprendizaje como lo es la adquisición del lenguaje, sin caer en que sea imposible aprender cierto idioma a cualquier edad, siendo que la efectividad depende también del idioma que se estudie. De allí que el aprendizaje de un segundo idioma depende de la comprensión y la producción del mismo, siendo que el procesamiento gramatical y semántico dependen de diferentes sistemas neuronales en el cerebro.
Sin embargo, si se expone temprano a un niño a la gramática de un idioma extranjero su dominio será más fácil y rápido y el aprendizaje semántico se mantendrá durante toda su vida. Cabe agregar que, otro ejemplo es la adquisición del habla, en los primeros meses pueden detectar los sutiles sonidos y sus diferencias en consonantes y vocales de sonidos similares para idiomas extranjeros o el propio. De allí que esta capacidad puede perderse antes del primer año de edad siendo más propensa entre los ocho y diez meses de edad y este cambio aumenta la capacidad de adaptarse al medio natural. (OCDE, 2009)
- La adolescencia (de los 10 a los 20 años aproximadamente)
Para el desarrollo de esta segunda etapa se toma como referencia lo expuesto por la OCDE (2009), quien menciona que gracias a los avances tecnológicos obtenidos mediante la imageneología del cerebro se pudo descartar el mito de que el cerebro se terminaba de desarrollar a los 12 años. Tal vez esa conjetura se deba a que a los 6 años, el cerebro tiene ya el 90-95% de su tamaño adulto pero lo cierto es que el cerebro de un adolescente aún está transformándose y la mielinización continua aumentando hasta el periodo del adulto joven (entre los 20 – 30 años) incluyendo la inmadurez y cambios en su volumen. Esto lo demuestran los estudios de imageneología cerebrales realizados en adolescentes por Jay Giedd en United States National Institute of Mental Health.
Por consiguiente, estos estudios también explican que hay una segunda fase de crecimiento y disminución neuronal más tarde en la infancia que afecta la cantidad de sinapsis entre las mismas y finaliza de manera crítica al final de adolescencia produciéndose cambios en varias partes del cerebro afectando algunas de las facultades mentales más elevadas, los cuales se especifican a continuación: El estriado derecho ventral que involucra y motiva al adolescente en comportamientos riesgosos de elevada recompensa; el cuerpo calloso continua desarrollándose; la glándula pineal produce hormona melatonina que induce al sueño del adolescente aún más que en los niños y en los adultos.
Continuando con los antes mencionado, sigue el cerebelo que controla el movimiento, la postura, el equilibrio, el lenguaje continua creciendo hasta finales de la adolescencia. Por último la corteza prefrontal, es la última parte del cerebro en la que se realiza la poda sináptica e influye en las funciones ejecutivas (cognición al nivel más elevado): aprendizaje, memoria, atención, resolución de problemas, toma de decisiones, sentimientos.
Cabe agregar que la adolescencia es una atapa de cambios profundo que impacta el aspecto emocional (el carácter, la conciencia social y la tendencia a adquirir enfermedades mentales). Además hay una apertura al aprendizaje y desarrollo social y también puede surgir un comportamiento antisocial, las hormonas sexuales activadas en el sistema límbico (emociones) que influyen en la serotonina y en diferentes neurotransmisores que regulan el temperamento y la búsqueda de excitación propia.
En efecto, como aún no está desarrollada la corteza prefrontal esto podría explicar la naturaleza de su inmadurez lo cual justificaría revisar la edad para entregar las licencias de conducir, evaluar la ocurrencia de enfermedades mentales como la esquizofrenia, la depresión, manejo del estrés, incidencia de intentos de suicidio, fracaso escolar, entre otros (OCDE, 2009)
- La edad adulta y el adulto mayor
Según lo considera Codina (2014) con relación a esta etapa, es evidente que el ser humano una vez que se va acercando a la vejez, el procesamiento de la información y la información que recibe tiende a ser lenta, pero por otra parte aumenta su capacidad de conocimiento general y comunicación, asi como la acumulación de una gran experiencia de vida social. Es por ello que, la plasticidad cerebral indica que el cerebro está diseñado para que la persona continúe aprendiendo a lo largo de la vida y que esta capacidad de adaptación puede modificar su estructura.
Significa entonces que, la educación es importante desarrollarla a lo largo de la vida, porque se deja de aprender al momento en que se deja de ejercitar al cerebro y se pierde la agilidad mental. En tal sentido, es correcta la afirmación de que con el aprendizaje cambia la estructura cerebral y la educación debe darse a lo largo de la vida (Codina, 2014).