Relación Entre la Pobreza y Salud en Colombia
Hablar de pobreza, aunque no sea un tema fácil, es de vital importancia para poder diagnosticar las patologías que se presenten en nuestra sociedad. Esto presenta ciertas dificultades, tanto para comprenderlo como para darle solución a estas patologías. Intelectuales, políticos y personas del común casi siempre tenemos una idea equivocada de su significado, creemos que la pobreza es la carencia de bienes materiales y con esto solo estamos desviando el foco de los verdaderos problemas. Para Manfred Max-Neef, la preocupación sobre las necesidades y su aumento en el tiempo, no es cierta sino que estas necesidades son finitas e iguales en cualquier momento. Por esto, es que se propone un esquema de clasificación de necesidades. Para Max-Neef este sistema propuesto permite la reinterpretación del concepto de pobreza como, ‘cualquier necesidad humana fundamental que no es adecuadamente satisfecha’. Viendolo de este modo, en nuestro país, una de esas necesidades que vemos como fundamentalmente insatisfecha es la de protección y mas especificamente, la precaria situación de nuestro sistema de salud.
Nuestro país ha pasado por cambios sociales y económicos muy significativos en los últimos años. lo que nos lleva a ser una región con una alta variación en términos de desarrollo socio-económico entre nuestra población. Desde aproximadamente el inicio de los años 90, todos los países de Latinoamérica han pasado por una serie de reformas en el area de la salud para poder aumentar la equidad, cobertura y eficiencia de los sistemas, pero a pesar de haber demostrado tener resultados positivos, no se lograron cumplir los objetivos que se habían propuesto. Estos sistemas se volvieron (y lo seguirán haciendo) insostenibles, porque fomentan un sistema basado en la enfermedad y no en la salud, y por esta razón, con el tiempo, tanto el sistema como los recursos seguirán siendo serían limitados. Debemos entender que la salud de una población es el resultado de las decisiones que se toman a nivel político, económico y social, por esto los problemas de salud se deben resolver desde lo político, económico y social, y no solo por parte de los profesionales de la salud.
Debe haber una mayor inversión en salud pública, y también tener mecanismos de financiación alternativos que fomenten la prevención, en lugar de fondos basados en enfermedades. Esto puede fomentar la promoción de la salud, la prevención de enfermedades y la atención médica desde niveles básicos. Los problemas de salud como las enfermedades crónicas no transmisibles deberian abordarse mejorando la atención primaria de salud y promoviendo estilos de vida saludables. Ademas, se deben explorar soluciones innovadoras. La tecnología, la innovación social y la interacción entre los sectores público y privado pueden proporcionar soluciones a los problemas de acceso a los servicios de salud. Debemos entender que la salud es un pilar de desarrollo para un país y nuestra región debe mejorar los resultados de salud pública, o las mejoras sociales y económicas no serán sostenibles.
Para garantizar una mejora de la salud pública en una región que enfrenta un escenario tan variable en inversión en salud y factores socioeconómicos, se debe entender que los resultados de salud no se basan únicamente en el gasto, sino también en cómo se asignan los recursos de acuerdo con las prioridades y estrategias. Por esto, identificar los desafíos a enfrentar de ser el primer paso.
Desde los años 90, la Organización Mundial de la Salud ha instado a los países de la región hacia la cobertura universal de salud (Seguros). Sin embargo, el aumento de la cobertura no ha garantizado el acceso efectivo a los sistemas de salud. Bajo la cobertura universal de salud, cada ciudadano tendría acceso a los servicios de alta calidad que requiere. La realidad nos muestra que aproximadamente el 30% de la población de América Latina y el Caribe no tiene acceso a la atención médica por razones económicas y el 21% no busca atención debido a las barreras geográficas o falta de educación.
Durante todo el siglo XX, vimos como la región ha experimentado problemas de salud en muchos países con altos niveles de enfermedades infecciosas y agudas que ejercieron presión sobre nuestros débiles sistemas de salud pública. Ya que como país hemos avanzado económicamente y con una mayor globalización, nuestros estilos de vida han cambiado, ahora tenemos una esperanza de vida más alta, pero con esto viene una mayor carga de enfermedad como resultado de enfermedades crónicas y enfermedades no transmisibles como hipertensión, diabetes, cáncer, obesidad, etc.
En cuanto a capacitación y distribución de recursos humanos no cumplimos con los indicadores internacionales, como el número de médicos / enfermeras por cada 10.000 habitantes, o las camas de hospital disponibles por cada 1.000 habitantes. Además de la disponibilidad de recursos, la distribución de estos recursos también debe tenerse en cuenta. La gente a menudo se concentra en las ciudades capitales o en algunas áreas geográficas, dejando a los grupos fuera de estas áreas descuidados. El problema no es solo la falta de recursos, sino también la mala distribución.
Aun hoy en día, encontramos en nuestro país desigualdades en salud, nuestro sistema actual se caracteriza por un alto nivel de inequidad y desigualdad, con un porcentaje significativo de la población en la base de la pirámide. Lo que significa que muchos sectores de la población están en mayor riesgo, ya que los problemas de salud a menudo están influenciados por factores sociales como la educación, el nivel sociocultural, los ingresos y el origen étnico. Por ejemplo, las tasas de mortalidad (materna, infantil, tercera edad) son peores en las poblaciones indígenas y rurales en comparación con los sectores urbanos y de altos ingresos. Los cambios en los patrones de enfermedad y el aumento del envejecimiento de la población aumentan el costo de la atención médica. Actualmente, los sistemas de salud financian sus servicios en función de la enfermedad, lo que significa que los recursos tienen que aumentar a medida que más personas se enferman.
