La Química, Derivación De La Curiosidad Humana
El ser humano es sin duda uno de los seres vivos más complejos que se conoce, no solo por su forma de desenvolverse en el medio, sino también por su raciocinio y su eterna curiosidad. Son estas, las principales características que nos diferencian de otros organismos, evidenciadas en nuestro pasado histórico y la cultura que poseemos.
Cada una de las etapas, que como especie hemos vivido, han sido fuente enriquecedora de saberes, que son actualmente para nosotros, una suma de lo que hasta ahora conocemos y comprendemos. Es por eso, que cada campo del saber, posee en sí, su propia trayectoria y lucha para ser lo que hoy es y, sobre todo, para brindarnos el conocimiento que nos permite mejorar cada día más. En este sentido de ideas, sería inadecuado menospreciar algún suceso (por absurdo que nos parezca) en el camino de cada una de las ciencias que hoy son base de nuestra especie, menos aún si hablamos de la química, proveniente de la alquimia.
La curiosidad, tal vez una característica atribuida a los infantes, es la protagonista de nuestro conocimiento, y junto con esta, el instinto de supervivencia y posteriormente la búsqueda de la comodidad. Desde el inicio de la humanidad, ha aprendido de forma empírica diversas cuestiones que en este momento para nosotros tienen una lógica simple, como, por ejemplo, el ciclo del agua; en aquella época se entendía por experiencia, es decir que, para ellos, la lluvia era un suceso que se presentaba por la gran acumulación y oscurecimiento de las nubes. Así sucedió por mucho tiempo, fenómenos tanto externos como internos eran entendidos como resultado de un conjunto de vivencias.
Sin embargo, el hombre durante toda su existencia, se ha realizado eternas preguntas: ¿cómo? Y ¿por qué? Y es aquí cuando este, empieza a darle distintas explicaciones para calmar su perpetua sed de conocimiento. Y como uno de los tantos ejemplos que podría haber dentro de nuestra historia, está el de la venerada química.
Aunque nos parezca “estúpido” el misticismo antiguo, fue ese ensayo- error el que permitió que ahora disfrutemos de teorías que explican la mayoría de cosas de forma racional; la farmacología moderna, es resultado de los brebajes, pociones y remedios naturales, realizados de distintas plantas que por empirismo se conocía que eran buenas para algún tipo de dolencia, enfermedad, o para calmar el dolor y provocar adormecimiento; este es el caso de la morfina, un alcaloide derivado de la amapola (una planta). Ahora, podemos gracias al avance de la ciencia, conocer porque y cómo esta sustancia da como resultado este efecto.
La química es en verdad el ejemplo perfecto de lo que cada ciencia hace desde su campo, intentar comprender desde lo que conoce y estudia, lo que es el hombre y lo que lo rodea; esta lo hace desde la explicación de la composición de todo, siendo esta influyente en nuestros procesos diarios; nosotros comemos, respiramos, pensamos química (literalmente); y esa sed de conocer, lo que ha hecho es poder plasmar y saber con detalles, nombres y estructuras, aquellas cosas que ya vivíamos y observábamos desde el principio de nuestra historia.
Absolutamente todo se relaciona, un ejemplo es la medicina, un campo en el que se debe estudiar al hombre desde su estructura más micro hasta la más macro, donde cada una de las ciencias que la apoyan son fundamentales, y en la que se debe entender todos los procesos que el humano realiza en su calidad de ser vivo y materia. La química nos guía en el camino a la comprensión de nosotros mismos, mediante la semejanza que tenemos con todo lo que nos rodea; siendo esta fundamental, como cada una de las ciencias que hemos creado, las cuales buscan dar esas anheladas respuestas que la curiosidad nos pide a gritos.
Referencias bibliográficas
- Sánchez, M (2004). Fármacos nacidos de plantas. El País. Recuperado de https://elpais.com/diario/2004/10/17/eps/1097994420_850215.html