La Realidad Vivida En Los Zoológicos
Introducción
Durante cientos de años el ser humano ha buscado el entretenimiento exhibiendo animales. Si bien los primeros zoológicos no eran más que jaulas lujosas donde se amontonaban animales exóticos, luego se comenzó a querer imitar su hábitat natural para que pudieran tener un entorno similar al que tendrían en la naturaleza. Lo cierto es que la vida animal en un Zoo muestra los verdaderos costos del cautiverio, fingiendo que pueden estar “bien” cuando en realidad no es así. La vida animal en un Zoo: El eterno cautiverio.
Desarrollo
Aunque los zoo busquen lograr que los animales salvajes se adapten en un entorno cautivo, la realidad es otra. Estos animales siempre serán salvajes ya que lo llevan en la sangre, y ninguna cantidad de árboles o pastizales falsos los engañará haciéndoles creer que están en su hábitat natural. Algunos animales en zoológicos suelen presentar comportamientos anormales y esto sin duda es una clara consecuencia de su vida en cautiverio. No son más que indicaciones de estrés causado por el confinamiento. Morder las barras, sacudir su cabeza, torcer su cuello, regurgitar y automutilarse.
Son solo algunos de los comportamientos que se observan en animales en cautiverio que solo desean volver a su hábitat natural. ¿Cuál es el verdadero mensaje que dejan los Zoológicos? Nada está mas lejos de la realidad cuando se dice que los Zoo poseen un papel “educativo” ya que la vida real de los animales estando en la naturaleza, en nada se parece a su vida detrás de las rejas. Si un zoológico debiera dar una lección, esta sin duda sería errónea. Ya que los humanos no tenemos derecho a esclavizar animales y tampoco a utilizarlos con fines de entretenimiento pese a su sufrimiento.
Un zoológico no enseña a respetar y tampoco les permite a los animales vivir la vida que realmente anhelan y merecen. El comportamiento de los animales que viven en zoológicos es típico de muchos otros en cautiverio. Son seres atrofiados que viven en un entorno antinatural. Los zoológicos no enseñan sobre la vida natural de los de los animales, por el contrario, proporcionan una imagen distorsionada y enseñan cómo los animales no deberían vivir. La vida animal en un Zoo está lejos de lo que debería ser. Los animales sufren, en ocasiones se encuentran deprimidos, perturbados y frustrados.
Conclusión
Los animales llegan a enfermarse o pasar hambre. Otros soportan temperaturas extremas a las que no están acostumbrados. Los delfines y los leones marinos, por ejemplo, son ridiculizados en público mediante actuaciones degradantes que les provocan altos niveles de estrés. Los animales están expuestos a los flashes de las cámaras y a cientos de personas que pasan cada día frente a sus jaulas para mirarlos. Un zoológico puede engañar al ser humano haciéndole creer que sus hábitats son completamente naturales, pero no puede engañar a los animales.