La Teoría de Marxismo: Análisis Historiográfico

Introducción

La Historia como ciencia, se ha basado en diversos marcos teóricos para el análisis y construcción de su relato histórico, escuelas del pensamiento que dependiendo de la finalidad y el contexto en el que surgen distan la una de la otra, y muestran los hechos aconteciendo y toman los fuetes desde su particularidad, aunque todas con el objetivo de construir verdades. El marxismo, se considera como una de las corrientes que aun después de tanto tiempo sigue siendo fundamental para el análisis historiográfico, un análisis marxista que ha cambiado según el contexto, pero sigue perdurando en su esencia, ajustándose a un contexto de profundas transformaciones de los procesos de trabajo, de la composición de las clases sociales y lo que se podría denominar la revolución, configurándose a la problemática de las luchas sociales en su forma actual.

Uno de los grandes historiadores que se mantuvo firme desde esta escuela del pensamiento fue Eric Hobsbawm, quien falleció en 2012, y es considerado, como uno de los grandes historiadores marxistas del siglo XX, que a lo largo de su vida sostuvo que las ideas marxistas estuvieron siempre presentes y nunca perdieron su vigencia, que, si bien al final planteo el fracaso del comunismo, se mantuvo fiel al ideal marxista. Planteando la historia, no en términos de reyes, reinas y hombres de Estado, sino sobre las fuerzas económicas y sociales que en última instancia son las fuerzas motrices de la historia.

Desde la teoría marxista, se toma en un primer momento el concepto de materialismo histórico y dialectico acuñado por Marx, para explicar las contradicciones internas en los fenómenos naturales y sociales, y como toda transformación es producto de procesos dialecticos, es decir, la existencia de contantes luchas que permiten el desarrollo cualitativo y cuantitativo de los diferentes fenómenos ya sean naturales o sociales.

En este sentido, frente a las concepciones de la historia, esta depende de las ideas la realidad práctica, material, del ser humano, (o de los ideales políticos, filosóficos o religiosos, de los ‘grandes protagonistas de la historia’), el materialismo histórico se propone explicar la historia desde la producción práctica de la existencia, invirtiendo la relación, entre la existencia real y la idea que los seres humanos. La historia no es, para Marx, ni una colección de hechos, como parecían concebirla los empiristas, ni una sucesión de categorías, como la concebían los idealistas; tampoco el resultado de la acción aislada de los considerados ‘personajes históricos’. La historia es el resultado del modo en que los seres humanos organizan la producción social de su existencia.

Así, el elemento económico, las relaciones y medios de producción son fundamentales a la hora de analizar los hechos y acontecimientos históricos, sin embargo, es necesario además, contar con elementos políticos y culturales.

La corriente historiográfica desarrollada en los años de la segunda post-guerra en Gran Bretaña, y que mantendrá su vigencia hasta la actualidad, es la corriente del “marxismo británico” la cual representa una tradición histórica que plantea la teoría y los estudios historiográficos precedentes por medio del análisis de la lucha de clases y la perspectiva de la historia “desde abajo”.

Estrechamente relacionadas con el análisis de la historia basado en la lucha de clases, los historiadores marxistas británicos han hecho importantes contribuciones al desarrollo de la perspectiva histórica conocida como la historia desde abajo o, haciendo referencia específica a sus escritos, historia de abajo arriba. Esto es, opuesta a la historia escrita desde la perspectiva de la clases dirigentes o de elite- que tradicionalmente ha caracterizado los estudios históricos- los historiadores marxistas británicos (en particular Hilton, Hill, Hobsbawm y Thompson) han hecho hincapié en las experiencias, acciones y luchas históricas de las “clases bajas”, recuperando el pasado que fue hecho por ellas pero no escrito por ellas: Hilton y Hobsbawm en relación con los campesinos, Hill y Thompson sobre el “pueblo llano” y Hobsbawm y Thompson sobre la clase trabajadora (Harvey (1989).

Desde esta nueva perspectiva historiográfica, se desarrolló además la voluntad de cambiar los paradigmas de escritura de la historia misma. La mayoría de las tradiciones anteriores se habían abocado a una historia desde arriba (analizando solo a las elites dirigentes) y, en contraposición, a una historia desde abajo (analizando solo a las clases bajas oprimidas). El marxismo británico, sin embargo, incluye una nueva interrelación entre las dos esferas poniéndolas en contacto constantemente, realizando una operación historiográfica más abarcativa que las concepciones anteriores. Los estudios de estos autores pusieron en relación al campesino con el señor, al trabajador con la esfera estatal y empresarial, en este sentido, las clases bajas explicaban a las clases altas y viceversa.  Es por eso que la denominación de historia de abajo arriba se incorporó al léxico histórico, cambiando los paradigmas de escritura. (2016).

Otra categoría que vale la pena analizar, dentro de la concepción marxista de la historia que pretende dar explicaciones generales a los fenómenos sociales, hechos y acontecimientos históricos, son los metarrelatos.

Los metarrelatos son las grandes ideologías del siglo XIX, que eclosionaron en el XX, como el liberalismo, el socialismo, el fascismo, o el cristianismo de nuevo cuño (para diferenciarlo del tradicionalista). Los cuales aparecen como eminentemente emancipatorios y buscan la creación colectiva de la utopía.

Constituyéndose así, como los marcos teóricos e ideológicos en los cuales giran los relatos históricos, y que dependiendo de su enfoque tendrán una mirada particular al fenómeno a estudiar, pero, que además cuenta con la posibilidad de analizar el fenómeno desde todas sus aristas, el contexto y los diferentes elementos que permiten dar una explicación más detalla.

Se podría decir entonces que la metanarrativa será, por tanto, una historia más allá de la historia, que es capaz de abarcar otros “pequeños relatos” en su interior, dentro de esquemas abarcadores, totalizadores, trascendentes o universalizadores.

Estas categorías, sin embargo, han pretendido ser revaluadas desde la base filosófica de la posmodernidad, y que pretenden desacreditar tanto el marxismo como los metarrelatos; La posmodernidad aparece entonces como una conjunción ecléctica de teorías un tipo de pensamiento en el que caben temáticas dispersas y, a menudo, conjuntadas sin un hilo teórico claro, que busca resaltar la individualidad, la libertad, la satisfacción de los placeres y vivir el presente sin ataduras, como el ideal del comportamiento del ser humano.

Construye un imaginario social que plantea el fin de la historia, de los metarrelatos, de la política, las ideologías, los futuros utópicos y la transformación del mundo por considerarlos totalitarios, nocivos para el ser humano porque buscaban una homogeneización que elimina toda diversidad y pluralidad. “la Posmodernidad se presenta como una reivindicación de lo individual y local frente a lo universal. La fragmentación, [como] un estado positivo” porque “permite la liberación del individuo, quien, despojado de las ilusiones de las utopías centradas en la lucha por un futuro utópico, puede vivir libremente y gozar el presente siguiendo sus inclinaciones y sus gustos” (Vásquez-Rocca, 2011).

Sin embargo, y pese a estas nuevas concepciones de la historia donde se empieza a olvidar el análisis general de los acontecimientos, la necesidad de comprender el mundo para transformarlo, y se empieza a construir un mundo individualizado, el marxismo sigue sobresaliendo en los análisis históricos, superando el dogmatismo y le reduccionismo economioc, pero siendo fiel a la necesidad de analizar als conradiciones internas en cada fenómeno o acontesiento.

La escritura de la historia casi siempre ha revelado, en efecto, una jerarquización que determina aquello que debe ser escuchado (por ser considerado primordial, determinante y relevante) y aquello que por el contrario debe permanecer en un granítico silencio (por ser juzgado secundario, intrascendente e irrelevante). Siempre hubo, en definitiva, una historia oficial y muchas historias subalternas. Y, si bien es cierto que tal tarea no puede ya ser concebida como la construcción de una metanarrativa capaz de integrar en ella (bajo el hechizo de una dialéctica omniabarcante y teleológica) todas las determinaciones de la historia (precisamente porque no hay una, sino múltiples historias), en cambio el marxismo sí puede todavía encontrar núcleos de sentido en la compleja trama de las subyugaciones humanas. En suma, si bien ya no puede ser un metarrelato como antaño lo pretendiera, el marxismo sí ofrece elementos teóricos y hermenéuticos perfectamente válidos a la hora de comprender algunos (pero no todos, he ahí la clave) de los mecanismos más importantes que operan detrás de las relaciones de dominio hoy imperantes, contribuyendo de esa forma a otorgar voz a los secularmente silenciados.

En este sentido se presenta, no solo la vigencia sino la posibilidad y la necesidad de restaurar el sentido de las tramas humanas, pasadas y presentes donde el marxismo requiere, de un cierto relato el cual yo no es estrictamente mesiánico, teleológico y protagonizado por un único sujeto, pero sí un relato mínimamente unificador de la aventura humana, que dé cuenta de las injusticias y los crímenes, que narre los episodios trágicos de la desventura colectiva de muchos grupos humanos.

Bibliografía

  1. Harvey (1989), Los historiadores marxistas británicos. Un análisis introductorio, Prensas Universitarias, Universidad de Zaragoza, Zaragoza. Recuperado de http://www.unsa.edu.ar/histocat/haeconomica07/kaye.pdf
  2. Stalin (1938),Sobre el materialismo dialéctico, y materialismo histórico Recuperado de file:///C:/Users/cristian%20avenda%C3%B1o/Downloads/Sobre%20el%20Materialismo%20Dialectico%20y%20el%20Materialismo%20Historico.pdf
  3. (Lyotard, 1994), Metarrelatos, Recuperado de http://fama2.us.es/fco/frame/frame3/estudios/1.12.pdf
  4. Coronel. (Julio 3, 2016). Introducción al marxismo británico. Blog huellas de la historia. Recuperado de https://huellasdelahistoria.wixsite.com/huellas/single-post/2016/07/03/Introducción-al-marxismo-britanico
  5. Polo. (2018). POSIBILIDAD Y NECESIDAD DE UNA NARRATIVA MARXISTA. METARRELATOS, POSMODERNIDAD, HISTORIAS SUBALTERNAS*. Kriterion: Revista de Filosofia, 59(140), 495-509. https://doi.org/10.1590/0100-512x2018n14008jpb
24 May 2022
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