La Vida Social En El Golfo Pérsico
El 5 de Junio de 2017 la vida social, económica y política de los ciudadanos del Golfo Pérsico cambió drásticamente. Ese día Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Bahrain cerraron sus fronteras e impusieron un bloqueo al Estado de Qatar, dando así inicio a la llamada “Crisis Diplomática de Qatar”.
Las tensiones entre Qatar y otros países miembros del GCC (Gulf Cooperation Council) no son nuevas, sino que comenzaron en 1995 cuando el Sheikh Hamad bin Khalifa Al Thani asumió el poder en Qatar y empezó a desafiar el papel dominante de Arabia Saudita en el GCC. El Emir Hamad Al Thani decidió adoptar una política más equilibrada para sus relaciones internacionales, estableció relaciones comerciales con Irán (el gran rival de Arabia Saudita) y creo el canal de televisión Al-Jazeera, el cual es actualmente el canal de noticias más importante del mundo árabe. Al-Jazeera ocupó un papel clave en el conflicto ya que dio lugar a las voces de grupos políticos musulmanes que el gobierno saudí no apoyaba y se encargó de la cobertura periodística de hechos que incomodaban a otros países del Medio Oriente. El ejemplo más claro de esto es la Primavera Árabe (2010-2012), una ola de protestas que reclamaban democracia y derechos sociales en países como Túnez, Egipto, Yemen, Siria y Bahrain, la cual tuvo como resultado las primeras elecciones democráticas en Egipto. Estos hechos generaron preocupaciones a los líderes saudís y Al-Jazeera se ocupó de hacer reportajes sobre todos ellos, por lo que las tensiones entre Arabia y Qatar crecieron.
Sin embargo, la gota que hizo que el vaso rebalsara fue el ataque cibernético que sufrió “Qatar News Agency” el 24 de mayo de 2017, a partir del cual hackers filtraron artículos que mostraban apoyo a Irán, la Hermandad Musulmana y el Hamas y supuestos dichos del Emir Tamim bin Hamad Al Thani en los cuales el mandatario qatarí describía a Irán como “una potencia regional e islámica”. El gobierno de Qatar rápidamente negó la veracidad de esta información, pero esto no fue suficiente para calmar la ira de Arabia Saudita y sus aliados.
Todos estos años de conflicto y tensión nos llevan al hecho que protagoniza este ensayo: la suspensión de relaciones diplomáticas y el bloqueo terrestre, aéreo y marítimo impuesto a Qatar por Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Bahrain; al que luego se unieron Yemen, Libia y las Maldivas.
Estos países le extendieron una lista de demandas a Qatar para levantar el bloqueo a través de Kuwait, quien actuó como mediador. Algunas de estas exigencias fueron: “cortar las relaciones diplomáticas con Irán, separar todos los lazos con “organizaciones terroristas”, cerrar Al-Jazeera y sus estaciones afiliadas, cierre de los medios de noticias que Qatar financia, poner fin inmediatamente a la presencia militar turca actualmente en Qatar, poner fin a la injerencia en los asuntos internos de los países soberanos, dejar de conceder la ciudadanía a los nacionales de Arabia Saudita, EAU, Egipto y Bahrain, detener todos los contactos con la oposición política de los países mencionados anteriormente, pagar reparaciones y compensaciones por pérdidas de vidas humanas y otras pérdidas financieras causadas por las políticas de Qatar en los últimos años, alinearse con los demás países del Golfo y de los países árabes desde el punto de vista militar, político, social y económico, ser monitoreado durante 10 años”
Ante esta serie de demandas, el gobierno qatarí se enfrentó ante una difícil decisión: aceptar el pedido y todo lo que conllevaba este, o aceptar el bloqueo y sus consecuencias pero conservar su soberanía. Este es un tipo de situación en la que se deben analizar costos y beneficios de cada opción. Qatar optó por negarse a las exigencias impuestas por sus países vecinos y transformar toda su economía a causa del bloqueo, pero ¿por qué tomó esta decisión?
