Las Consecuencias De La Segunda Guerra Mundial

La Segunda Guerra Mundial a menudo se considera la última guerra buena. En contraste con las guerras que le siguieron, Corea y Vietnam, se dice que principalmente la Segunda Guerra Mundial tuvo un propósito claro: el aplastamiento del nazismo y el fascismo y todas las cosas horribles que representaron. La descripción de ‘última guerra buena’ también implica que el resultado, a diferencia de las guerras posteriores, fue una victoria inequívoca para Estados Unidos y sus aliados: una victoria para la libertad y la democracia. Corea sigue dividida. Vietnam se unificó bajo Ho Chi Minh. 

Pero en la Segunda Guerra Mundial, el bien triunfó sobre el mal. La Alemania nazi, la Italia fascista y el Japón imperial fueron completamente derrotados y luego transformados en democracias inofensivas que luego ocuparon sus lugares entre las naciones amantes de la paz del mundo. Y Francia y el resto de Europa Occidental fueron liberados de la tiranía.

Desafortunadamente, la historia no es tan simple y las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial son mucho más complejas. Una contabilidad completa es un asunto serio que hace que el registro sea menos decisivo en lo que respecta a la libertad y la verdad. Esto no implica que la derrota del nazismo y el fascismo no fue algo bueno, sino solo para indicar que incluso una guerra con tal resultado puede tener malas consecuencias.

En 1989, Paul Fussell escribió Wartime: Understanding and Behavior in the Second World War, un libro en el que describía algunas de las consecuencias inmediatas de la guerra. El libro fue ampliamente criticado por empañar la imagen de la Segunda Guerra Mundial. Es de suponer que Fussell no se sorprendió. Escribió que incluso aquellos que lucharon en la guerra “sabían que en su representación a los laicos lo que les estaba sucediendo era sistemáticamente saneado y Norman Rockwellizado, sin mencionar Disneyfied…. 

Estados Unidos aún no ha entendido cómo fue la Segunda Guerra Mundial y, por lo tanto, no ha podido utilizar esa comprensión para reinterpretar y redefinir la realidad nacional y llegar a algo así como la madurez pública ”. América continúa protegida de la guerra real por obras como Time-Lifeserie. Sólo un pequeño número de personas se da cuenta de que la última buena guerra fue realmente horrible; que los Aliados, así como las potencias del Eje, cometieron atrocidades obscenas; y que ambas partes cometieron horribles errores.

‘¿Cómo es posible que estos datos sean lugares comunes solo para un pequeño número que tuvo alguna experiencia directa con ellos?’ pregunta Fussell. “Una razón es el talento humano normal para mirar el lado positivo, para no recibir información que pueda causar angustia u ocasionar una revisión importante de los supuestos éticos, políticos o psicológicos normales. Pero la razón más importante es que la gran audiencia en tiempos de guerra nunca supo estas cosas. Los corresponsales de tipografía, locutores de radio y la gente del cine que percibieron estos horrores guardaron silencio sobre ellos en nombre del Esfuerzo de Guerra ‘.

Décadas de tal trato de relaciones públicas han tenido su efecto en el pueblo estadounidense. “Ahora, cincuenta años después”, escribe Fussell, “se ha hablado tanto de“ La Guerra Buena ”, la Guerra Justificada, la Guerra Necesaria y cosas por el estilo, que los jóvenes y los inocentes podían tener la impresión de que era realmente no es algo tan malo después de todo. Por lo tanto, es necesario observar que fue una guerra y nada más, y por lo tanto, estúpida y sádica … ”.

Hay una razón simple para todo el esfuerzo que se dedica a retratar la Segunda Guerra Mundial como ‘nada tan malo después de todo’. En última instancia, el estado consolida su control sobre la sociedad prometiendo repeler a los bárbaros que siempre parecen estar a punto de asaltar las puertas de la civilización. Y si creemos esto, entregaremos ansiosamente la libertad y el tesoro a los oficiales del estado a cambio de seguridad. 

Y en caso de que nos preguntemos si los bárbaros realmente están conspirando para asaltar las puertas, el estado puede señalar episodios recientes cuando en verdad lo hicieron y cuando el estado nos protegió de ellos. Por lo tanto, la función de la línea de la “Segunda Guerra Mundial como la última guerra buena” es evitar que la gente haga preguntas incómodas sobre la legitimidad del Leviatán.

La guerra se cobró unos 50 millones de vidas. Murieron más civiles que combatientes. Murieron muertes horribles por explosión, tormenta de fuego, vaporización, asfixia, exposición, inanición. El historiador Ralph Raico ha preguntado. ‘Si se critica al capitalismo por tratar a los seres humanos como mercancías, ¿qué podemos decir de una institución, el Estado, que trata a los seres humanos como basura?’

El historiador C. Hartley Grattan escribió en 1949: “De los costos materiales [de la guerra], el mayor sin duda provino de la innovación más espantosa en la destrucción despiadada, el bombardeo aéreo, especialmente las incursiones en el área que fueron indiscriminadas porque no había un objetivo específico estaba dirigido. El asalto a las viviendas es uno de los grandes horrores de la guerra…. Los ataques aéreos de terror y destrucción se consideraron exitosos casi en proporción al número de personas que perdieron sus hogares ”.

Según otro historiador, William Henry Chamberlin, “Aproximadamente veinte de cada cien residencias en Alemania fueron destruidas. Dos millones y cuarto de hogares fueron destruidos en Japón y 460.000 en Gran Bretaña. Uno de cada cinco griegos se quedó sin hogar y 28.000 hogares en Rotterdam fueron arrasados…. Irónicamente, los franceses sufrieron más por los bombardeos de sus ‘liberadores’ estadounidenses y británicos que por los ataques aéreos de sus invasores alemanes ‘.