Lectoescritura, Un Factor Predominante En La Educación

En el mundo cada día aumenta la población y con ella el desarrollo tecnológico, económico, político, cultural, social, entre otros; estamos avanzando a pasos agigantados, por eso organismos internacionales como la OCDE, la UNESCO, el BID, el Banco Mundial y la CEPAL han señalado que en los nuevos escenarios mundiales dominados por la globalización, la competitividad, la alta tecnología y la información, la educación y la lectura se constituyen en los pilares estratégicos del desarrollo de las naciones. Es por eso que toda nación debe invertir gran parte de sus recursos en la educación, enseñando desde los primeros años de escuela principalmente a leer y escribir, si quiere crecer y desarrollarse. En la formulación de los Objetivos de desarrollo sostenible el punto número cuatro se enfatiza en que se debe “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” (ONU, 2015), ya que si los ciudadanos se forman de la mejor manera, podrán tener una buena calidad de vida, un criterio propio y un buen desarrollo personal; y por consiguiente si se tienen un buen nivel educativo, se podrá tener un buen trabajo a futuro y una buena calidad de vida.

Para que una persona pueda tener éxito en la sociedad actual es necesario que desde la escuela aprenda a leer y escribir bien, ya que eso significa saber comunicarse, saber relacionarse con otros y saber funcionar en distintos escenarios reales o virtuales en los que las letras y los textos son los intermediarios de las ideas, los sentimientos y las intenciones. Tener esos conocimientos básicos quiere decir que una persona está alfabetizada; eso quiere decir que maneja con autonomía el lenguaje escrito, lee comprendiendo lo que lee y es capaz de transmitir con claridad sus propias ideas por escrito, de modo que otras personas puedan comprender lo que escribe, llevando a la persona a desarrollarse en diversos ámbitos tanto académicos, laborales como sociales, permitiéndole ser competitiva y generando en ella la capacidad ser crítica y analítica.

Analfabetismo, una problemática social

En la actualidad se está viviendo una gran preocupación con respecto a la lectura y escritura, porque una gran parte de la población no sabe leer y escribir correctamente; y es que según la UNESCO 876 millones de jóvenes y adultos son considerados analfabetos y 113 millones de niños en edad escolar se encuentran fuera de las aulas de las escuelas por diversas circunstancias, como lo es la violencia, la pobreza o lugar en el que viven; las estadísticas son alarmantes a nivel mundial, ya que como nos dice la misma organización la falta de capacidad lectora es una violación a los derechos humanos porque priva a las personas del acceso a la información y a la cultura escrita., no solo se les está privando de información, sino que se le está impidiendo a esas personas la capacidad decidir o de tomar decisiones acertadas, por ejemplo, en la participación democrática, porque es posible pensar que una sociedad con débiles niveles de lectura y escritura produzca las condiciones para una débil democracia, o tal vez constituye las condiciones de su fracaso .

Unos de los problemas que platean algunos autores frente al analfabetismo, sobre todo entre los que han recibido alguna formación académica, es que en las prácticas educativas de hoy, el tema de la enseñanza de la lectura y escritura se ha complejizado y en relación a esto Emilia Ferreiro menciona que los problemas de la alfabetización comenzaron cuando se decidió que escribir no era una profesión sino una obligación y que leer no era marca de sabiduría, sino marca de ciudadanía.Con base en el planteamiento de estos autores vemos como en la escuela se podría estar imponiendo la lectura y escritura no como una necesidad para la vida, sino como una carga para los estudiantes; se encuentra regularmente una referencia al papel del docente, la situación de los estudiantes, las estrategias de intervención didáctica y la revisión teórica como los factores que no posibilitan un acertado aprendizaje.

Las repercusiones más notorias en los estudiantes que no tienen una buena lectura y escritura se ven sobre todo al ingresar a la educación superior y es ahí donde la universidad debe resolver un problema para el cual, por tradición, no está preparada , y es que las universidades suponen que todos los estudiantes aprendieron a leer y escribir en la escuela y en el colegio las perfeccionaron, pero resulta que la realidad es completamente diferente; puesto que solo llegan a la educación superior los estudiantes con mejor preparación, se puede asumir que todos saben leer y escribir de modo aceptable y que la universidad puede empezar a construir aprendizaje a partir de estas bases, sin tener que preocuparse por estas destrezas; lo preocupante es que al no haber fortalecido la lectura y escritura en la educación básica y media, en la universidad afrontan muchas dificultades de aprendizaje por su baja capacidad de crítica y análisis, lo que lleva a la deserción.

Y es que según la universidad pedagógica nacional tanto el abandono parcial o total de una carrera universitaria, como el desempeño insuficiente en las distintas asignaturas, se encuentran mediados por la lectura y la escritura, específicamente de textos académicos, ya que, las prácticas recurrentes en el quehacer universitario, como elaborar informes, responder exámenes, construir ensayos, preparar lecturas para la clase, y un sinnúmero de actividades más están atravesadas por la lectura y la escritura. Algunas universidades han optado por crear materias introductorias para reforzar o recordar conceptos básicos sobre escritura o lectura, aunque estos por sí solos no sirven; por lo que también han creado programas extracurriculares de lectoescritura, a los que pocos asisten porque no reconocen su falencia; estamos ante una realidad en la que los estudiantes han caído en a “metaignorancia” que consiste en no poder distinguir entre entender y no entender, lo que da lugar a una “ilusión de saber”, ya que creen que saben, cuando en verdad no es de ese modo.

Conclusión

El problema de la falta de una buena formación en la lectura y escritura es que no nos han enamorado de ellas y no nos han acercado a ellas de una forma atractiva; es por esto que últimamente se está usando el término de “cultura escrita”, que consiste en que ahora el objetivo no es alfabetizar, enseñar a leer y escribir a las personas, sino asegurar las condiciones para que lean y escriban efectivamente, significativamente. Es el momento de fortalecer el buen hábito de leer y escribir, permitiéndoles a las personas acercarse sobre todo a los libros y los medios de información escritos, ya que la escritura y la lectura han estado distribuidas de manera inequitativa en las sociedades, eso también lo sabemos: la sociología reciente se ha encargado de recordárnoslo: al interior de, y entre, las sociedades, las condiciones de acceso al mundo letrado son desiguales. Los gobiernos deben potenciar la lectura y escritura en todos los sectores de la sociedad, no solo en el aula de clase; buscar estrategias para hacer que desde la infancia y adolescencia se fomenten, por medio de lo que a ellos principalmente les guste, para que lo vean como algo divertido, pero que les va a ir desarrollando su aprendizaje y encuentran en la lectoescritura una forma de forjar las habilidades necesarias que permiten participar activamente en la sociedad.

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