Influencia Terapéutica de la Música y sus Características
En el ensayo sobre la música examinaremos qué influencia ha tenido en nosotros desde nuestro nacimiento provocando diferentes efectos. Según Jauset (2018) la música como medio terapéutico cumple con las siguientes características:
- Tiene efectos a nivel, físico, psicológico, social y emocional.
- Es muy flexible porque se puede adaptar a cada paciente según sea su estado de ánimo.
- Es un instrumento que facilita la comunicación y la socialización.
Según Giráldez (2014), la música, además de favorecer los procesos cognitivos es favorable para el desarrollo de las competencias interpersonales y contribuye a alcanzar los siguientes logros:
- Participación activa y motivación de los pacientes.
- Respeto hacia los demás inculcando valores de igualdad, tolerancia y pluralismo.
- Favorece la diversidad cultural y la educación en valores.
- Identificación de la personalidad y conocimiento de uno mismo.
- Mejora la calidad de vida y el bienestar personal.
Jauset (2018), señala que uno de los objetivos principales de la musicoterapia es que las personas alcancen una mejor formación intrapersonal e interpersonal que favorecerá una mejor calidad de vida. El Centro de Investigación en Musicoterapia de Alemania exponen cinco ideas clave para que esta disciplina sea eficaz:
- Factor atencional: la música tiene el poder de captar la atención y sirve para distraer a personas con altos niveles de estrés.
- Factor emocional: la música provoca diferentes emociones en las personas y su uso sería favorable en trastornos emocionales como el estrés postraumático, la depresión y la ansiedad.
- Factor cognitivo: la música tiene determinadas funciones cognitivas que asocian la memoria a la música.
- Factor conductual: la música puede usarse como medio para estimular el ritmo en pacientes con dificultades para moverse o con daño cerebral.
- Factor interpersonal: la música puede ser el medio para mejorar habilidades de comunicación no verbal, como por ejemplo, en pacientes con autismo.
Koelsch (2009), señala que a estas cinco ideas claves hay que añadir la modulación perceptiva que señala que el entrenamiento con música favorece la percepción acústica y la comprensión del lenguaje (citado por Jauset, 2018).
Poch (1999), expone que tanto la música como el sonido producen una serie de efectos en las personas atendiendo a cuatro niveles (Citado en Ocaña, 2014, p. 47):
- Nivel fisiológico: la música provoca cambios en la presión sanguínea, en el pulso y el ritmo cardíaco, la respiración, en las ondas del cerebro, respuestas motrices, …
- Nivel psicológico: la música desarrolla efectos relajantes, motivadores provocando emociones y sentimientos en las personas.
- Nivel cognitivo: nos ayuda a mantener la atención, la memoria, el orden y el análisis. Estimulando la imaginación y la capacidad creativa, siendo capacidades necesarias para un buen aprendizaje. Según Armstrong (2008), “la música también activa la memoria automática provocándose recordar letras de canciones sin siquiera estar conscientes que las sabemos; salen de nuestra boca como reflejo”. (Citado en Tobar, 2013, p. 34).
- Nivel social: favorece la construcción de la imagen personal favoreciendo el desarrollo de las relaciones interpersonales. Es un fenómeno social.
Por otro lado, está demostrado que en personas con afasia del lenguaje se han obtenido grandes progresos gracias a la entonación melódica, debido a que como señala Glausiusz (2009), “la música está en un lugar más profundo que el lenguaje, alcanza lugares donde el lenguaje no puede entrar” (Citado en Tobar, 2013, p. 35).
Como conclusión a lo anteriormente expuesto, podemos exponer las siguientes características del uso terapéutico de la música: favorece la discriminación y percepción auditiva, activando el sentido del oído, favorece la atención, la memoria y la fluidez verbal, mejora la coordinación y el ritmo motor y para impartirse se necesita personal cualificado.