Los Feminicidios Como Consecuencia De La Misoginia En República Dominicana

De acuerdo con la RAE un feminicidio es el asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia. Por otro lado, las fiscalías dominicanas solo contabilizan como feminicidios aquellos asesinatos que ocurren en el entorno que consideran íntimo entre parejas, pues el feminicidio no figura como delito en ninguna ley ni en el código penal dominicano. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en 2018 al menos 3,529 mujeres fueron víctimas de feminicidios en América Latina, ocupando República Dominicana el sexto lugar con una tasa de 1.9 mujeres asesinadas por cada 100 000 y un número absoluto de 106 personas.

Los feminicidios tienen una profunda relación con el entorno socio cultural en donde ocurren, pues al contrario de lo que creen muchos, un feminicidio no es un crimen pasional si no un producto del machismo y la misoginia que forman parte de la sociedad, el último eslabón en una escalera de maltratos en la cual influyen varios y que suele tomar tiempo alcanzar. Un crimen pasional es aquel que se comete bajo una imprevisible perturbación de la conciencia causada por los sentimientos. La alta tasa de feminicidios es un problema que no puede ser resuelto con una ley, se requiere un extenso sistema y procesos para cambiar ciertos aspectos de la cultura popular dominicana y de Latinoamérica haciendo llamados a la conciencia y la lógica.

Hay que observar el tipo de ambiente donde ocurren a mayor escala para comprender cómo sus culturas se conectan con este atroz crimen por sus denominadores comunes. De acuerdo con la CEPAL 14 de los 25 países con mayores tasas de feminicidios son latinoamericanos y muchos otros son países en sub-desarrollo, esto muestra una relación inversamente proporcional entre la educación y la violencia (cuando una aumenta la otra disminuye). Otra cosa que tienen en común estos países es una cultura machista popular muy arraigada que de una u otra manera trata a las mujeres como propiedades de los hombres y esta es apoyada por la religión.

La religión predominante en República Dominicana y toda Latinoamérica es el catolicismo, una institución que muchas veces ha mostrado tener costumbres y fundamentos machistas. Se han denunciado escándalos de abusos sexuales dentro de los conventos así como innumerables casos de pederastia por parte de los cabecillas de la iglesia. Grupos religiosos feministas han protestado por cómo las iglesias excluyen a las mujeres de la toma de decisiones aunque frecuentemente solicitan su ayuda para cocinar, ordenar los espacios y hacer tareas similares.

‘Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.

Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.’ (Efesios 5:22-24 versión Reina-Valera 1960)

Este versículo es una muestra de que las religiones presentan una base estructurada de la violencia machista. Más de un escrito considerado sagrado sugiere u ordena la sumisión de la mujer ante el hombre y forma parte del esqueleto de la misoginia la cual ha sido aceptada e interiorizada por las mismas mujeres y en lugares como el medio Oriente, donde destaca el fundamentalismo, estas ‘enseñanzas divinas’ forman parte de las leyes sometiendo a las mujeres a niveles de opresión casi inimaginables para muchos de nosotros. Volviendo al contexto latinoamericano, muchas son las mismas mujeres quienes defienden las posturas arcaicas de la iglesia que las subordinan a sus cónyuges varones, aceptando que sea el hombre quien lleve las riendas de la casa solo por su condición de varón, aunque la mujer tenga mejores capacidades para cumplir este rol. Las mujeres cristianas tienden a aceptar una actitud sumisa luego de casarse ya que su religión las lleva a entender que ese es su papel en la relación y que mostrar características dominantes las volvería irrespetuosas de su esposo y de Dios, muchas llegan a dejar su trabajo para dedicarse únicamente al cuidado de la casa y posteriormente de los hijos bajo el pretexto de que eso manda la biblia.

A pesar de tantas sombras, hoy en día existen mujeres con el coraje de llamar la atención a las autoridades religiosas para revelar las injusticias que cometen. Alrededor de todo el mundo las mujeres han estado llevando el mensaje feminista a sus iglesias consiguiendo, poco a poco, eliminar las desigualdades y desmanes de los que ha colaborado la religión.

Los feminicidios son sólo la forma más extrema y quizá la más explícita de la violencia de género, pero algunas religiones o tribus realizan prácticas sumamente traumáticas, como la mutilación genital femenina, casi siempre mientras todavía son niñas y en contra de su voluntad. Así mismo, aumentando en la escala de control y agresión otras religiones se dan el poder de mandar sobre los cuerpos de las mujeres que la practican, desde su forma de vestir hasta como manejan su sexualidad, llegando a ser verdugos protegidos por el estado que realmente es laico.

En adición a esto podemos destacar que el feminicidio te discrimina por tu estatus ya que suele tomar de víctimas a quienes están en lo más bajo de la pirámide social, por ejemplo prostitutas, mujeres pobres y pertenecientes a minorías poco escuchadas como las poblaciones indígenas. Parte de esto puede deberse a que las clases más privilegiadas tienen mayor acceso a la educación la cual es la principal arma en la batalla contra los feminicidios, pues los hombres educados son capaces de entender que las mujeres son sus iguales y una mujer educada se valora y sabe que no merece ser abusada tan solo por ser una persona.  

20 May 2021
close
Tu email

Haciendo clic en “Enviar”, estás de acuerdo con nuestros Términos de Servicio y  Estatutos de Privacidad. Te enviaremos ocasionalmente emails relacionados con tu cuenta.

close thanks-icon
¡Gracias!

Su muestra de ensayo ha sido enviada.

Ordenar ahora

Utilizamos cookies para brindarte la mejor experiencia posible. Al continuar, asumiremos que estás de acuerdo con nuestra política de cookies.