Cultura Mexicana y Sus Ritos
Introducción
Algo que caracteriza y distingue a un mexicano es sin duda su nacionalismo, sus obsesiones y ritos a los que fielmente se apega. Carlos Monsiváis describe de una manera muy certera estas tradiciones en su obra los Rituales del caos. Según la crónica de Monsiváis, las personas que viven en la ciudad de México, crean una gran masa, a tal grado que se llega a convertir en un caos, a todo esto se le suman las grandes festividades en las que fielmente el ciudadano participa como lo es la celebración a la virgen de Guadalupe el doce de diciembre, las celebraciones en el Ángel de la independencia, la participación en conciertos musicales, y también la aglomeración en busca de santería.
Desarrollo
En México el mes de diciembre significa fiesta, empezando con el tradicional festejo de la virgen de Guadalupe, hasta la persona que nunca asiste a misa los domingos se siente contagiada por tan importante festejo, la población se reúne a llorar y a rogar a la virgen que perdone sus pecados, otros se arrastran dando gracias por algún milagro. La aglomeración empieza desde días antes de la celebración y miles de personas salen sin saber de donde, y muchas más que visitan la ciudad como que a este New York hispano le hiciera falta una alma más. Siempre he pensado que la mayoría de las personas por no decir en su totalidad son personas muy humildes.
Incluso me atrevo a decir que un tanto ignorantes, que sacrifican lo poco que tienen para frijoles para poder asistir a la basílica en busca de un milagro. Mira a este tu pueblo. Si tú no intervienes ¿quién va a hacerlo? Sácanos del hoyo. Históricamente, el guadalupanismo, acervo de arraigo y continuidad, es la forma más encarnizada del nacionalismo, el fanatismo que es también un testimonio corporal del arraigo en el primer aprendizaje. La fe ciega: Potencia dentro de la importancia de creyentes que son mexicanos, de mexicanos que además son creyentes. – Yo le prometí a la Virgen que si consigo dinero y me caso el año entrante, mi primer hijo se llamara Guadalupe, sea hembra o varón.
Los mexicanos hacemos fiesta por lo que sea, y nos distinguimos por nuestro nacionalismo, por esa razón se ha tomado ya como un acto simbólico la reunión en el Ángel de la Independencia para celebrar el triunfo de un partido de fútbol o una pelea ganada por nuestros nacionales. Creo que el Ángel de la Independencia se podría hasta comparar en importancia con la torre Eiffel de París, con la diferencia que aquí no se cobra para acudir a este monumento. Al parecer el acudir al Ángel a celebrar ya es una tradición, una descarga de emociones, en las cuales el ciudadano se siente libre, se siente con poderío, no existen traumas ni pobreza que lo limite al estar ahí. ‘Son horas en que la Patria nos entra por los ojos y los oídos y se nos sale por la garganta’.
Todas estas tradiciones religiosas y nacionalistas que caracterizan a un mexicano no podían venir solas, existe una gran conexión con lo sublime, con la hechicería, todo va conectado, solo hay que ver las noticias cuando está el mundial de futbol, gente pidiéndole al niño Fidencio, a la virgen de Guadalupe por el triunfo de la selección mexicana, incluso existen los más atrevidos los que visten al niño Dios con el uniforme de un jugador, vemos chamanes en las calles haciendo conjuros para que el contrario pierda, escuchamos predicciones y promesas de los “brujos” que por muchos años les han fallado, porque selección mexicana no ha podido ganar un mundial.
¿Te das cuenta cómo se manipula rápidamente a las clases medieros? Esto el año que entra va a ser un absoluto desmadre. Por lo visto todos quieren tener las dos velas encendidas. Ya no se sabe a donde acude más gente si a la basílica a festejar la virgen de Guadalupe oa Catemaco, a enriquecer más a un brujo, según Monsiváis, existen hasta viajes especiales en autobús para transportar a tanta gente, Yo recuerdo que de niña vivíamos en la ciudad de Tampico, una ciudad que se conecta a Veracruz por medio de un puente, pues mi madre nos tenía prohibido y jurado que nunca cruzáramos ese puente, nos decía que ahí se reunían brujos de todo el país.
Conclusión
Para finalizar, yo creo que existe tanto el mal como existe el bien, pero los charlatanes son más diablos que el diablo porque envuelven a tanta gente y aprovechándose de su ignorancia les quitan todo lo que pueden. Monsiváis lo refleja en más de una ocasión en su libro, “Calculan que el brujo mayor se llevará este año medio millón de pesos”. En su libro, Monsiváis de una manera muy certera describe el poder que ejercen dos creencias que manipulan y explotan a toda una nación, en un lado la Iglesia y en el otro la brujería. Las casas del señor Aguirre y del obispo son las más lujosas