Luz Y Sombra Novela Feminista

Como son los hombres para lo público, así las mujeres para el encerramiento; y como es de los hombres el hablar y el salir a la luz, así de ellas el encerrarse y encubrirse”

Fray Luis de León, La perfecta casada.

Fray Luis de León: 1527-1591, en sus textos aparece un pensamiento andocéntrico (como se aprecia en la cita de arriba) y ya podemos ver como se van formando los ideales de lo que será la mujer perfecta desde el siglo XVI a través de los discursos reglamentistas y que se extienden hasta el siglo del que hablamos en Luz y sombra, hasta mujeres que a través de su literatura matan al “Ángel del hogar” a principios del siglo XX. Llegados a este punto de finales del siglo XIX y principios del XX analizaremos un poco por encima unas cuantas figuras:

En primer lugar nombraremos a Virginia Woolf. Figura sobresaliente en Reino Unido (1882-1941) que en “Profesiones para la mujer” nos narra la lucha constante que hay que seguir para erradicar a éste Ángel el cual resulta que nunca termina de estar bien muerto y hay que seguir constantemente luchando para acabar con el:

“… Descubrí que si quería dedicarme a la crítica de libros, tendría que librar una batalla con cierto fantasma. Y este fantasma era una mujer, y, cuando conocí mejor a esta mujer, le di el nombre de la protagonista de una famosa poseía, “El Ángel de la Casa”. Ella era quien solía obstaculizar mi trabajo, metiéndose entre el papel y yo, cuando escribía reseñas de libros. Ella era quien me estorbaba, quien me hacía perder el tiempo, quien de tal manera me atormentaba que, al fin, la maté. Vosotras, que pertenecéis a una generación más joven y feliz, quizá no hayáis oído hablar de esta mujer, quizá no sepáis el significado de mis palabras cuando me refiero al Ángel de la Casa. 

La describiré con la mayor brevedad posible. Era intensamente comprensiva. Era intensamente encantadora. Carecía totalmente de egoísmo. Destacaba en las difíciles artes de la vida familiar. Se sacrificaba a diario. Si había pollo para comer, se quedaba con el muslo; si había una corriente de aire, se sentaba en medio de ella; en resumen, estaba constituida de tal manera que jamás tenía una opinión o un deseo propios, sino que prefería siempre adherirse a la opinión y al deseo de los demás. Huelga decir que, sobre todo, era pura. Se estimaba que su pureza constituía su principal belleza.

Su mayor gracia eran sus rubores. En aquellos tiempos, los últimos de la reina Victoria, cada casa tenía su Ángel. Y, cuando comencé a escribir, me tropecé con él, ya a las primeras palabras. Proyectó sobre la página la sombra de sus alas, oí el susurro de sus faldas en el cuarto. Es decir, en el mismo instante en que tomé la pluma en la mano para reseñar la novela escrita por un hombre famoso, el Ángel se deslizó situándose a mi espalda, y murmuró: ‘Querida, eres una muchacha, escribes acerca de un libro escrito por un hombre. Sé comprensiva, sé tierna, halaga, engaña, emplea todas las artes y astucia de nuestro sexo. Jamás permitas que alguien sospeche que tienes ideas propias. Y, sobre todo, sé pura’ y el Ángel intentó guardar mi pluma. Y ahora os voy a contar el único hecho del que, en cierta medida, me enorgullezco, a pesar de que el mérito corresponde a algunos excelentes antepasados que me dejaron un poco de dinero -¿digamos quinientas libras anuales?-, por lo que no tenía necesidad alguna de depender exclusivamente de mi encanto para vivir. Me volví hacia el Ángel y le eché las manos en el cuello. Hice cuanto pude para matarlo. 

Mi excusa, en el caso de que me llevaran ante los tribunales de justicia, sería la legítima defensa. Si no lo hubiera matado, él me hubiera matado a mí. Hubiera arrancado el corazón de mis escritos. Sí, por cuanto, en el mismo momento en que puse la pluma sobre el papel, descubrí que ni siquiera la crítica de una novela se puede hacer, sin tener opiniones propias, sin expresar lo que se cree de verdad de las relaciones humanas, de la moral y del sexo. Y, según el Ángel de la Casa, las mujeres no pueden tratar libre y abiertamente estas cuestiones. Deben servirse del encanto, de la conciliación, deben, dicho sea lisa y llanamente, decir mentiras, si quieren tener éxito. En consecuencia, siempre que me daba cuenta de la sombra de sus alas o de la luz de su aureola sobre el papel, cogía el tintero y lo arrojaba contra el Ángel de la Casa. Tardó en morir. Su naturaleza ficticia lo ayudó en gran manera. Es mucho más difícil matar a un fantasma que matar una realidad. Siempre regresaba furtivamente, cuando yo imaginaba que ya lo había liquidado. Pese a que me envanezco de que por fin lo maté, debo decir que la lucha fue ardua, duró mucho tiempo, tiempo que yo hubiera podido dedicar a aprender gramática griega, o a vagar por el mundo en busca de aventuras. Pero fue una verdadera experiencia, una experiencia que tuvieron que vivir todas las escritoras de aquellos tiempos. Entonces, dar muerte al Ángel de la Casa formaba parte del trabajo de las escritoras.”

Virginia Woolf, Diferentes Mujeres

En segundo lugar nombraremos, como menos, también a Emilia Pardo Bazán figura española. Esta jovennada tímida, ni callada, ni sumisa, participará en las conversaciones de los varones opinando sobre temas que en nada se ceñirán al molde establecido por la sociedad para las damas, y argumentará y rebatirá cuanto crea necesario. Pues, en España también el ideario liberal burgués se mostró incapaz de reemplazar las viejas concepciones que se tenían de las mujeres y el “ángel del hogar” en España es un método de exaltar el “sentimiento católico” de la mujer tradicional.

En tercer lugar hablaremos de Camela Eulate Sanjurjo con el protagonista de Teresa y María:

“La esposa santificada y ennoblecida por la aureola de la maternidad, viviría encerrada en el santuario del hogar, lejos de las necias diversiones y fiestas, con el amor de su marido y de sus hijos… ¡Cuán de diferente esta imagen de la bella y altiva Teresa!” 

Y es que además tanto La muñeca como Luz y sombra son obras que intentan transformar la narrativa en para crear un mensaje moral para sus lectores (función didáctica de la que ya hemos hablado). Una escena reulta particularmente reveladora tanto por su significado en el texto como por la reescritura de la que va a ser objeto Ana Rqué en dicha obra.

Estamos hablando de la escena en la cual Rosario, la protagonista, rompe en ira y tira su abanico carísimo contra un mueble cuando su marido le comunica que no van a acudir al baile del gobernador. Y ella le revela que solo le había estado ayudando cuando estaba enfermo para que se pudiera mejorar porque su único deseo era ir al baile. Esta escena revela un quiebro de su personalidad y a partir de aquí su marido la verá como manipuladora y que nunca tuvo afecto por él.

Más tarde, Ana Roqué narra un episodio de características similares cuando Julia destroza un abanico en medio de una discursión con su “amante” cuando la trata d convencer de que amar a otro hombre estando casada no es “nada grave” y que tiene que escuchar a sus sentimientos aun cuando la expongan a una sanción social por el pecado tan grave del adulterio. Julia aquí exclama que nunca será una mujer venal y que su corazón es débil pero no que no va a resistor aquella pasión.

Aquí Julia queda expuesta como una mujer que padece sus deseos como un castigo al contrario que en La muñeca que Rosario instrumentaliza los sentimientos. Es decir para uno la mujer es un ser sin sentimientos mientras que para otro la mujer es incapaz de frenar sus pasiones. Roqué parece haber leido la novela de Carmela Eulate y haber dado un toque a la suya clara, sin atravesar amiguedades (no como en La muñeca). Esta novela ha sido criticada en un doble sentido: como si si fuera una critica de la frivolidad y falta de educación de las mujeres o como una novela feminista, que es con lo que nosotros nos quedamos a lo largo del seminario.

Está claro que Ara Roqué reescribe en parte La muñeca como homenaje, crítica y gesto ambivalente. Y Eulate conoció el feminismo finisecular a través de Ana Roqué. Con esto me refiero a que a través de Julia, retoma la trayectoria de Rosario para dotarla de una lección moral más clara.

Otra figura fundamental, y para finalizar, comparandola con Luz y Sombra, es Gertrudis Gómez de avellaneda en su obra Dos mujeres a partir del personaje de Luisa.

Podemos relacionar la figura de Luisa un poco con la de Julia ya que las dos serían esa clase de mujer “divina” que capta a la visión masculina rápidamente y que están atrapadas en una visión artificial y poco auténtica. Mujeres con personalidad subjetiva que responde a los patrones sociales. Las dos simbolizan el ángel del hogar de la época. Una figura sumisa que todavía no ha iniciado su proceso evolutivo en la búsqueda de su propia personalidad e identidad. Su limitada educación y su poca experiencia hacen que Luisa y Julia vean ese matrimonio como la única vía de escape, de felicidad y gratificación y son convertidas en figuras de “mártir”. Hasta que las dos se “re-inventan” y buscan su propia introspección. Aquí es cuando Luisa hace amistad con Catalian al descubir que está emabaraza y Julia y Matilde nunca pierden esa amistad y como mujeres se ayudan ( simbolo feminista que trataremos en el siguiente apartado “ el femiismo de Ana Roqué”) El entendimiento de las mujeres sirve como compensación y ayuda a su propio sufirmiento. En las dosobras vemos reflejado “ el castigo” de seguir esos matrimonios concertados y que destina a la mujer a sufrir… Pues la historia acaba trágica en las dos obras y una mujer se soliradiza con la otra a través de la entrega de su hijo. Aquí aparece tambien la función didáctica mediante la figura de Elvira cuando años después dice que tiene una historia de mujeres muy triste que contar. Como en Luz y sombra.

El feminismo de Ana Roqué de Duprey

Ana Roqué fue llamada “la Flor del Valle” ha sido una talentosa escritora, científica y educadora que se graduó con tan solo nueve años. Además defendió los derechos de las mujeres y fue la fundadora de la Universidad de Puerto Rico. Su madre, Géigel muere cuando ella tenía a penas nueve años y su padre la educa al estilo norteamericano con total “libertad” siendo ella la única del pueblo con esa educación norteña. Ella era autodidacta y su gran cultura abarcaba idiomas extranjeros como el francés, aritmética, literatura botánica sobre todo, filosofía, historia…

Cuando tiene diecinueve años en 1872 se casa con Luis de Deprey y se marcha a vivir con él a una finca con muchos esclavos a los cuales les repite una y otra vez que pronto serán libres y a los que prohíbe que sean castigados. Y por fin en 1873 con la Emancipación de los esclavos celebra ua fiesta en el pueblo. Mas tarde tiene ua crisis matrimonial y su matrimonio con el cual no era feliz no sobrevive y ella pasa a trabajar como docente en Arecibo y en 1894 sus textos literarios empiezan a aparecer con frecuencia en la prensa contemporánea de Puerto Rico. Motivada por el avance de la mujer y del alcance de las misma oportunidades que el hombre instruye a mujeres y finalmente logra la fundacion de la Universidad de Puerto Rico.

En 1917 funda la primera organización feminista: La Liga Femínea. En 1924 la Asociación Puertorriqueña de Mujeres Sufragistas que mas tarde se llamó la Asociación Insular de Mujeres Votantes.

Funda varios periódicos y revistas que propulsan el progreso de la mujer y su emancipación ideológica y política: Euterpe, La Mujer, La Evolución, La Mujer del siglo XX…todo este dinero que recibía lo destinaba a la educación y compra de materiales para la mujer.

En este tiempo, las feministas inglesas ya habían conseguido el voto femenino y en EEUU desde 120 estaba reconocido constitucionalmente. Las feministas Puertorriqueñas piensan que eso se extendería a Puerto Rico y surje un gran debate. Ana Roqué pertenece al feminismo reformista de principio de siglo (solo par alas mujeres de clase media) y ella y sus grupos luchan por el voto siguiendo el modelo de movimiento dufragista norteamericano. Al final se le concede el voto a la mujer que lee y escribe a finales de 1929 pero el universal no se convierte en ley hasta 1935.

En 1932, las mujeres puertorriqueñas ejercen por primera vez su derecho al voto y resultaron elegidas a la Legislatura dos de ellas: Isabel Andreu, por el Partido Liberal, y María Luisa Arcelay, por el Partido de Coalición Republicano- Socialista.

Como curiosidad Ana Roqué nunca pudo votar ya que al celebrarse las primeras elecciones ella estaba inválida en silla de ruedas y en ninguna casa de votos apareció su inscripción, pero en realidad su voto había sido invalidado y ella nunca lo llegó a saber.

Al final de su carrera lucho por la autonomía y la indepencencia de Puerto Rico.

“Vamos a emprender la magna… de unir a todos los puertorriqueños. Odios, al infierno. Adiós, salvemos a Puerto Rico.”

En Luz y sombra el feminismo se demuestra a través de la relación de amistad Matilde y Julia que representan, por así decirlo a mujeres de diferente clase social, educación y pensamiento. Especialmente al final de la obra donde Matilde defiende la conducta de Julia: “desgraciadamente estamos formadas de la misma sangre y con los mismos vicios de organización de ustedes. No somos distintos a los demás, y por lo general se nos exige que seamos como las conveniencias sociales nos quisieran, y no como Dios y la naturaleza nos han formado.” 

22 October 2021
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