Maria Callas: La Voz Del Olimpo
La ópera es una de las formas de arte más complejas. Combina la actuación, el canto, la música, el vestuario, el escenario y, a veces, el baile. Los compositores de ópera basan sus obras en historias muy trágicas de amor y muerte. Más allá de la belleza de la obra, el peso de la ópera recae en los cantantes que deben invocar el enojo, crueldad, violencia, miedo o locura de la historia. En este ámbito María Callas, conocida por sus legiones de admiradores como ‘la Diva’, fue excepcional.
María Callas fue una de las cantantes de ópera más conocidas del mundo. Durante los años cincuenta, se hizo famosa internacionalmente por su hermosa voz e intensa personalidad. Aún hoy, las grabaciones de ella cantando óperas icónicas de su carrera siguen siendo predilectas por los amantes del género. Su fama derivó no sólo de su voz única, sino también de su conmovedora capacidad de actuación. Su histrionismo se atribuyó, al menos en parte, a su vida plena de tormento y pasión.
Los inicios de “la divina”
María Callas nació en la ciudad de Nueva York en el año 1923. Su verdadero nombre era Anna Maria Sophia Cecilia Kalogheropoulos. Sus padres eran griegos. Cuando tenía catorce años, sus padres se divorciaron y ella y su madre regresaron a Grecia. María estudió canto en el conservatorio nacional de Atenas. La conocida cantante de ópera Elvira de Hidalgo eligió a María como su estudiante.
Su carrera musical comenzó a una edad muy temprana. En 1941, cuando ella tenía diecisiete años, a María Callas le pagaron por primera vez en una gran ópera. Ella cantó los papeles principales en varias óperas en Atenas durante los próximos tres años.
A su regreso a Nueva York en 1945, pagó sus estudios de canto cuidando niños en la casa de una amiga de Toscanini, quien la eligió en ‘La Gioconda’ de Ponchielli en 1947 en la Arena di Verona, Italia. Esta invitación para actuar en Italia, fue el verdadero comienzo de su profesión de su carrera.
El apogeo de la diva
En 1949, se casó con un industrial italiano, Giovanni Battista Meneghini. Su esposo, quien era mayor que ella por veinte años, se convirtió en su gerente y consejero. En 1950, María Callas actuó por primera vez en la famosa casa de ópera La Scala en Milán, Italia. Ella cantó como Aida en la famosa ópera ‘Eida’ del compositor italiano Giuseppe Verdi. Pero no fue hasta el año siguiente, cuando ella interpretó el papel de Norma, del compositor italiano Vincenzo Bellini, que Callas se ganó el amor y la admiración del público de Milán, entrando en las filas de los inmortales de la ópera.
En sus primeros veinte años María Callas cantó en unas cuarenta óperas principales en los teatros de ópera más famosos del mundo. Ella cantó papeles dramáticos tan pesados como Gioconda, Turandot, Brünnhilde e Isolde, pero a lo largo de su carrera sus papeles más famosos llegaron a ser: Norma y Amina de Bellini (La sonnambula); La Violetta de Verdi (La traviata); Lucia di Lammermoor y Anna Bolena de Donizetti, Medea de Cherubini y Tosca de Puccini. Aunque su timbre no siempre era convencionalmente hermoso, la musicalidad y la expresión de Callas eran de una clase propia. Sus personajes cobraban vida, con su habilidad para colorear su tono y hacer un uso perspicaz del texto. A Callas se le atribuye el cambio de la historia de la ópera. Se impuso a partir de ella el poner un énfasis en la integridad musical y la verdad dramática. María Callas logró transformar en el gran público las percepciones del repertorio de bel canto, especialmente de obras de Bellini y Donizetti. El secreto de su éxito es que ella encarnaba sus personajes. Durante su carrera, María Callas realizó muchas óperas que habían caído en la oscuridad durante décadas debido a la falta de cantantes capaces de hacerles justicia.
En 1956, apareció por primera vez en el Metropolitan Opera de Nueva York. Ella cantó el papel principal en la ópera ‘Norma’ de Bellini. Fue un éxito rotundo.
Su voz inmortalizada
Las personas que escucharon cantar a María Callas dicen que no olvidarán jamás la experiencia. Cuando ella no estaba cantando en temporada de óperas, hacía grabaciones. De entre los cantantes de su tiempo, fue ella quien realizó más grabaciones. Su voz se mantiene inmortalizada en las muchas grabaciones que su público atesora. Algunos expertos dicen que María Callas es tan popular actualmente, como lo era cuando actuaba en escenarios de todo el mundo.
El declive de su carrera
A lo lardo de los años, María Callas a menudo tuvo problemas con su voz. Los críticos dijeron que algunas de sus actuaciones no fueron las mejores. En ocasiones, tuvo que cancelar actuaciones. Tal vez por ese motivo, sus relaciones con los funcionarios de las principales compañías de ópera a menudo eran tensas. A pesar que se escribieron muchas historias dañinas sobre su temperamento, personas cercanas a ella lo han negado.
María Callas conoció a Aristóteles Onassis en América en 1959, y se separó de Meneghini menos de un año después. A partir de entonces se embarcó en una aventura atormentada de 10 años con el magnate naviero griego que terminó cuando la dejó por Jackie Kennedy. Callas sufrió más problemas con su voz. Así que ella cantó cada vez menos. En 1965, cantó en la ópera ‘Tosca’ del compositor italiano Giacomo Puccini. Ella interpretó a Floria, una cantante italiana. Fue un papel que ella había cantado muchas veces. Esta fue la última vez que apareció en una ópera.
Tres años después, Callas incursionó en la enseñanza a jóvenes cantantes de ópera. A principios de los años setenta, enseñó doce clases en la Juilliard School de Nueva York. Terrence McNally escribió una obra sobre María Callas y sus estudiantes de ópera llamada ‘Master Class’.
Ya fuera de los teatros de ópera, María Callas cantó en muchas ciudades de Europa, Estados Unidos y Asia oriental entre 1974 y 1974. Acompañada con su buen amigo, el cantante de ópera, Giuseppe di Stefano. Los críticos lo consideraron un fracaso.
María Callas vivió los últimos años de su vida en París, donde murió en 1977, a la edad de cincuenta y tres años, provocando rumores de suicidio.
Su legado
En opinión de expertos, María Callas influyó en la ópera más que cualquier otra cantante del siglo XX. Es aceptado que ella logró alcanzar una comprensión más profunda de la ópera tradicional italiana. Su hermosa voz y su intenso sentimiento aumentaron el impacto de toda ópera que ella interpretó. Un famoso crítico escribió sobre ella ‘Callas ve y escucha en las grandes óperas la poesía de la música. Otros cantan notas. Ella canta el significado’.
Sobre el escenario de La Scala, existe un lugar preciso donde la famosa soprano amaba estar de pie mientras cantaba las arias más difíciles. Hoy en día este punto todavía se conoce como el ‘lugar de Callas’. Aficionados a la ópera están seguros que desde ese punto el sonido emana, generosamente, para toda la sala por igual.