Mircrorelato Sobre El Viento Helado
Esa tarde de invierno cerrada en nieve y viento helado, se convirtió en la excursión más desagradable y terrorífica de toda la vida de unos amigos que salieron a pasear por la parte vieja de la ciudad abandonada.
Los dos amigos llamados Pablo y Fernando, se conocían desde pequeños, siempre estaban juntos, correteando por las calles, en el colegio, en las travesuras de niños y compañeros de guardería y cursos de primaria.
Cuando salieron aquella tarde de paseo, se presentaba como una tarde tranquila de invierno, pero sin señales de que fuese a caer nieve ni hiciese un fuerte viento, ni siquiera sospechaban que esa tarde fuese una de las más agitadas y escalofriantes de su vida.
Decidieron que irían por primera vez, a visitar la parte de la ciudad abandonada por una serie de sucesos inexplicables, ocurridos durante más de una década que provocó que la gente no quisiera vivir en esa parte de la ciudad, que poco a poco fue quedando abandonada.
En todo este tiempo de abandono, la maleza, la humedad y los continuos actos de vandalismo, hicieron que pareciese un escenario de guerra.
Con la nieve caída recientemente, se acentuaba más el abandono y la destrucción, cuando caía la noche la oscuridad era total, por la falta de iluminación urbana, dando un aspecto aún más siniestro.
Todo comenzó cuando llegaron al antiguo Centro Comercial que se encontraba en lo más alejado de la ciudad. En ese momento, comenzó a caer una fuerte nevada muy espesa, que cubría rápidamente las huellas que había dejado al pasar por la calle, al mismo tiempo que se levantó un fuerte viento helador que hizo que tuvieran que refugiarse en el interior del edificio.
Ya no sabían volver, ya que su rastro, fue borrado por la nieve y el viento no dejaba ver por donde podrían ir caminando. Se acomodaron en el pasillo del gran Centro, nada más llegar comenzó a aparecer y desaparecer unas sombras y cuerpos inertes, junto con unas voces y gritos desgarradores, que hicieron que se pusieran muy nervios, temblando de miedo y pánico, salieron a toda velocidad del local, tropezando y cayendo sobre algo que parecía un cuerpo en estado de congelación. No pararon a comprobarlo, pero al intentar salir, las puertas que parecían estropeadas, se cerraron con gran violencia, haciendo saltar los pocos cristales que le quedaban hiriendo a los jóvenes en las manos.
Pablo quedo enganchado en algo que parecía una mano congelada que le agarraba de los pies, no dejando que pudiese salir de allí, mientras, Fernando, se agarró a la barandilla de la escalera para no caer sobre el cuerpo congelado y no lastimar más a Pablo, esta cedió y cayo rodando por la escalera dando vueltas, observo que veía como otros cuerpos congelados, colgaban de las paredes y del techo intentaban soltarse agitando los brazos y piernas. Se quedaron petrificados del pánico, no había escapatoria, había llegado su hora, pensaron.
En un acto de valentía, se pusieron de pie y salieron a toda prisa del aquel maldito lugar, no sin antes decidir que, si salían de esto, no volverían a meterse en problemas de este tipo.
Afortunadamente, consiguieron encontrar el camino de vuelta a la civilización y contar lo que les había pasado. Nadie quiso creerles, nadie dijo nada a las autoridades, todos sabían que aquel sitio estaba condenado.
Cuando llegó la primavera, no podían aguantar más la emoción de lo que les había sucedido.
Regresaron al lugar temeroso de encontrar una escena terrorífica de cuerpos en putrefacción o muertos vivientes.
Comprobaron que la realidad era otra, los cuerpos congelados eran maniquíes que habían quedado tirados por el suelo, los que estaban colgados parecían que, por la acción del viento, movieran las manos y los `pies, dando sensación de un movimiento aterrador. Las voces y gritos, eran consecuencia del silbido del viento al entrar por las ventanas rotas y las puertas a medio abrir.
Todo había sido una mala experiencia, que no contarían a nadie por temor a ser motivo de burla de la gente. Nadie sabría nunca su secreto.
