Movimiento Moderno En La Arquitectura Del Siglo XX
La arquitectura vive un cambio radical al llegar el siglo XX, las tendencias utilizadas hasta esa época resultaban ornamentadas y poco funcionales según la mentalidad que comenzaba a cambiar en los nuevos estudiantes. Pasa de buscar la belleza ornamental, a buscar como su principal objetivo, la funcionalidad.
Dentro del movimiento moderno nacen diferentes tendencias, todas bajo el mando de un pensamiento racionalista y moderno, dejando como antes mencionado, a la función como principal objetivo de la arquitectura. Por lo cual, el lema más emblemático del movimiento moderno se conoce como “la forma sigue a la función”. La arquitectura que se dio como una solución a los desastres que dejaron las guerras mundiales, las ciudades se vieron con la necesidad de una reconstrucción arquitectónica, carente de elementos ornamentales, austera, funcional y principalmente económica. El consumismo y la industrialización que comenzaba su auge al mismo tiempo, generaba nuevas necesidades hacia las poblaciones que tenían potencial de desarrollo.
El movimiento moderno llega con tendencias como el racionalismo implementado por la Bauhaus, siendo esta última, la institución más importante del siglo XX, siguiendo con el funcionalismo por Le Corbusier, al igual que el nacimiento del Neoplasticismo de Mies Van der Rohe, llegando al mayor exponente y representante de la arquitectura moderna conocido como Estilo Internacional.
Entre las principales características del movimiento moderno se pueden encontrar elementos muy simples, pero significantes ante la funcionalidad de los espacios, la utilización de ventanas horizontales, muros cortinas, se comenzaron a contemplar los muros delgados y planos, la utilización de nuevos materiales prefabricados en donde se logran ver los avances industriales de esa época. Entre los que más predominaron está el acero, vidrio y el concreto, las fachadas en su mayoría tenían una superficie plana, sin embargo, algunas esquinas redondeadas se pueden apreciar en construcciones pertenecientes a este movimiento, el hecho de que se busque la mayor simplicidad formal en un espacio dejaba a un lado cualquier elemento de ornamentación, siguiendo la idea de que un espacio fuera funcional.
En búsqueda de una solución ante el crecimiento poblacional que se incrementaba cada vez a mayores cantidades gracias a la industrialización, el comercio y el crecimiento económico el CIAM (Congreso Internacional de Arquitectura Moderna) un grupo de arquitectos se encargó definir planteamientos para la arquitectura moderna. Entre las soluciones aparece Le Corbusier con su programa de la “Ciudad Ideal” en donde incorporaba los principios de funcionalidad y economía. Planos que sirvieron de inspiración para la organización de varias ciudades, pero nunca se implementó completamente.
Si bien, el movimiento moderno ofrecía soluciones prácticas y económicas a los desastres que la guerra había provocado, al igual el aprovechamiento de los avances industriales ofrecían un resultado eficaz a estos proyectos, la población no estaba conforme con esta nueva arquitectura. Se dice que los ciudadanos estaban “aburridos” de las “cajas negras” que se replicaban en las ciudades más grandes de los países en potencia mundial.
Existieron muchas respuestas y opiniones en contra de estos estilos. En 1960 nace el posmodernismo como una respuesta alternativa, identificado como un movimiento que se opone claramente al movimiento moderno. En donde se ubican como las principales características de los edificios las tipologías del pasado, recuperando el ornamento en sus nuevos diseños al igual que existía la libertad de colores en sus fachadas e interiores, en este caso, se rechazan las fachadas planas o formales retomando una especie de neo-eclecticismo adaptando las formas modernas con elementos utilizados en edificaciones a lo largo de la historia dándole forma a una edificación monumental.
Tal es el caso del edificio AT&T en la ciudad de Nueva York en 1978 por Philip Johnson, se emplean en sus fachadas la utilización del granito rosa en vez del muro cortina que se podía identificar fácilmente en edificios de estilo internacional, utilizando remates en la parte superior siendo esta una de las principales características de este movimiento.
Como en cualquier tendencia arquitectónica, el movimiento moderno tuvo varias críticas, la más mencionada y de más peso, fue que dejaban a un lado el elemento humano como factor principal en muchas de sus obras, por cumplir con elementos diseño o su “simplicidad”, dejaban a un lado el estudio del factor humano. Existen varios casos que se pueden tomar como ejemplo de esta ineficiencia. Por lo cual, nacimiento del posmodernismo se reconoce como un seguimiento del moderno, pero con una influencia más humanista siguiendo con los regímenes racionales y funcionales.
Conclusión
La arquitectura, si bien, se reconoce como la encargada de solucionar problemas humanos, encontrándose en constante evolución y desarrollo dependiendo siempre de los avances industriales y tecnológicos, cumpliendo constantemente con las necesidades de un mundo globalizado. Se puede considerar que el movimiento moderno y el posmodernismo son un claro ejemplo de esta dependencia.
El trabajo de los arquitectos, ingenieros y urbanistas del siglo XX es un ejemplo de la evolución arquitectónica. Surgieron como una solución a los desastres de la posguerra, sin embargo, fueron muy criticados. Las teorías e investigaciones implementadas en las construcciones de esta época dejaron una inquietud y deseo de mejorar las técnicas, actualmente gracias a la industria y tecnología dicho objetivo se puede lograr con más facilidad, sin dejar a un lado el factor humano como elemento principal en un espacio.
Las soluciones que se ofrecieron en estos movimientos se quedan insuficientes para la época actual, el porcentaje poblacional, el consumismo, la industrialización, la dependencia a la tecnológica y las necesidades en general han cambiado, sin embargo, la mayoría de las obras modernas siguen siendo icono y ejemplo para muchos arquitectos del siglo XXI.
