Mujer Víctima: Señales del Machismo y Modos del Prevención de Violencia

Introduccion

El tema de la mujer maltratada fue una decisión sustentada en la necesidad de conocer, comprender, corregir y aclarar prejuicios y conceptos erróneos sobre lo que siente, piensa y padece la mujer víctima de maltrato y al mismo tiempo, despertar sensibilidades, crear conciencia e invitar a la participación preventiva y correctiva que permita poner fin al problema de la violencia contra la mujer. Para su estudio y análisis se comenzó por examinar en qué consiste concretamente el maltrato a la mujer, cuáles son las causas que con llevan al maltrato a la mujer, así como sus manifestaciones concretas en quienes lo sufren se desarrolla y reflexiona sobre el tema en qué consiste tal violencia, cómo se exterioriza, cuál es su incidencia y cuáles son las características del maltratador, para finalmente, detallar lo que ocurre en la personalidad de la mujer víctima de esta violencia, para que, aun cuando el maltrato sea reiterado, no abandone o denuncie a su agresor.

En cuanto a la denominación violencia doméstica, puede asegurarse que es uno de los constructos más usados tanto por la población en general como por diversas instancias, para hacer referencia a un tipo de violencia que se centra en el ámbito privado. En el ámbito social las mujeres atraviesan por una realidad histórica caracterizada tradicionalmente, por un marco de desigualdades y discriminación de género como parte de un ordenamiento socio-cultural que asigna los roles y derechos según el sexo. (Condición orgánica que diferencia al hombre de la mujer), situándolos en posiciones jerárquicas que confieren un valor superlativo a el sexo masculino. En cuanto a la denominación violencia doméstica, puede asegurarse que es uno de los constructos más usados tanto por la población en general como por diversas instancias, para hacer referencia a un tipo de violencia que se centra en el ámbito privado. Esta denominación es definida desde una perspectiva psicológica, como una agresión sádica, repetida y prolongada que se produce con frecuencia, dentro del entorno familiar. En éste, la víctima prisionera de agresiones frecuentes, es incapaz de escapar de su pareja debido a fuerzas físicas o psicológicas superiores.

Si te retienen, insultan, atacan, pegan o amenazan, no te confundas. Eso no es amor.

Las mujeres no hemos visto forzadas a vivir nuestras historias de violencia en silencio durante siglos, romper ese silencio no solo es transformador a nivel personal sino que es fundamental y profundamente revolucionario a nivel social, y es precisamente de eso de lo que quiero hablar hoy, es muy común que las mujeres piense que soportar el mal maltrato y la crueldad y luego perdonar y olvidar es una muestra de compromiso y amor. Pero cuando amamos bien sabemos que la única respuesta sana y amorosa al abuso es alejarnos de quien nos hace daño. Quizás muchos de ustedes hayan escuchado hablar de “ni una menos”, la marcha que se llevó a cabo el 13 de agosto de 2018, probablemente vieron las imágenes en los periódicos o en los noticieros, cientos de miles de personas, principalmente mujeres tomamos las calles de la ciudad y de todas la regiones del país para hacer oír nuestra voz de protesta frente a una sociedad machista y a un estado que en él ha sido indiferente con nosotras y en el peor cómplice de nuestros agresores Uno de los problema es que muchos de nosotros tenemos una idea no equivocada pero si profundamente limitada de lo que es la violencia sexual y esto sucede por un simple motivo, que no hablamos lo suficiente al respecto, nuestra sociedad ha normalizado la violencia de género a la vez que ha convertido en tabú la posibilidad de hablar de ella y cuando hablamos sobre ella lo hacemos de una manera que está totalmente mediatizada por el cine, la televisión o el noticiero y el resultado es que confundimos la violencia sexual como si fuese una forma más de entretenimiento en lugar de acercarnos a ella con empatía, esto tiene 3 consecuencias, cada una peor que la otra y que se alimentan mutuamente en un círculo vicioso.

  • En primer lugar, obliga a las mujeres a vivir sus momentos más dolorosos en silencio como si tuvieran que sentirse avergonzadas de algo que ellas no hicieron ni pidieron.
  • En segundo lugar, limita profundamente nuestro entendimiento de la violencia sexual.
  • En tercer lugar, impide que podamos hacer algo real y efectivo para vencer esta epidemia.

(Mahatma Gandhi) “Llamar a las mujeres el sexo débil es una calumnia; es la injusticia del hombre hacia la mujer” Esto hace que para la mujer maltratada sea muy difícil encontrar maneras óptimas de poner fin a una relación violenta, principalmente porque su función cognitiva de la atención está centrada en permanecer con vida. Una persona aprende a no defenderse cuando cree evidentemente que luchar contra esa situación de abuso no logrará detener las agresiones del otro. Por lo tanto, la mujer deja de intentar frenar esa situación e inconscientemente crea estrategias de afrontamiento para vivir “de manera segura” dentro de esa situación de maltrato.

La violencia contra la mujer tiene un alcance mundial y se presenta en todas las sociedades y culturas afectando a las mujeres sin importar su raza, etnia, origen social, riqueza, nacionalidad o condición. El porqué de esta situación está profundamente ligado a la educación recibida de las mujeres a lo largo de toda la historia. Pero también existen algunos motivos estrechamente ligado a aprendizaje conductual, que tienen una explicación cognitiva clara y evidente. El maltrato dentro de una pareja se desarrolla de forma característicamente cíclica. Este ciclo hace que la violencia sea mucho más difícil de identificar para las mujeres que la sufren y su entorno. pero no son capaces de poner límites por miedo al abandono por sentimientos de culpa o rabia”.

(SIMONE DE BEAUVOIR) “El día que una mujer pueda no amar con su debilidad sino con su fuerza, no escapar de sí misma sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese dia el amor será para ella, como para el hombre fuente de vida y no un peligro mortal”. Como todo el mundo puede imaginar, cualquier mujer denunciaría o se alejaría inmediatamente si el primer día que conoce a un hombre éste le diera una paliza, pero los primeros maltratos son sutiles (por qué te pones eso, dónde vas, déjame ver ese mensaje o dame la contraseña de tus redes sociales, señales que por culpa de los mitos del amor romántico tomamos como signo de amor y no de control)

En ecuador Solo el año pasado hubo 98 feminicidios en todo el país y casi 600 desde 2014, según varias organizaciones de protección social hacia mujeres. Un informe sobre las Casas de Acogida detalló que en el 20 por ciento de los casos registrados en 2018 ya había antecedentes por violencia machista, que eran de conocimiento de las instituciones públicas. Sin embargo, ningún organismo actuó para prevenir el crimen. La mayoría de los feminicidios ocurren frente a los hijos de las víctimas. Según un reporte de varias organizaciones de mujeres, el año pasado al menos 74 niños quedaron huérfanos y la mayoría no recibió ayuda psicológica porque viven en zonas rurales. Las provincias ecuatorianas con mayor número de feminicidios son Guayas, Pichincha, Manabí y Esmeraldas. El 34 por ciento de los agresores emplearon armas blancas, mientras que el 17 por ciento usaron armas de fuego para asesinar a sus víctimas, las cuales tenían entre 14 y 34 años de edad En el 94 por ciento de las sentencias estudiadas, los asesinos tenían una relación de confianza hacia las víctimas’ y ‘en 71 por ciento de los casos esa relación, era de pareja o expareja. La mayoría de los femicidios se forman por herencia de una cultura machista que, pese a los esfuerzos educativos y a los cambios generacionales, Aún perdura y deja dolorosas huellas y cientos de vidas.

¿Cómo se Manifiesta el Maltratador?

En el ámbito de las relaciones de género, la agresión contra la mujer, sea cual sea la forma en la que se exprese o la denominación que se le dé, siempre causa trastornos emocionales profundos y duraderos. Lo más aterrador del femicidio es que no es producto de sociópatas o psicópatas, sino de varones adaptados. Una de los problemas que se presentan a lo largo de la historia del femicidio es que a través de los patrones sexistas que mantienen vivos los rasgos patriarcales como los ejemplos familiares de socialización, los medios de comunicación, se enseña a los varones, desde niños, a solucionar los conflictos echando mano a la violencia; se le enseñan roles de poder, Una de las razones que los hombres maltratadores es que viven con la idea de que la mujer está a su disponibilidad. Generalmente, los hombres con mayor status social y cultural recurren a formas más sutiles de violencia, como la psicológica, mientras que los que tienen un nivel cultural menor se van directamente a los golpes. La mayoría de los hombres maltratadores no son agresivos habitualmente, sino que practican el maltrato en forma selectiva, (sólo con su pareja). Además de que desarrollan un tipo de personalidad doble: se comportan como caballeros cuando están en público, pero en privado son unos opresores, lo cual dificulta su reconocimiento.

Otro rasgo característico del maltrato es que un porcentaje que equilibra entre el 40 y el 89% de mujeres que lo sufren, continúan con su pareja por muchos años El momento del arrepentimiento o “luna de miel” es tradicional. El agresor se disculpa, se comporta cariñosamente y hace todo lo que puede para persuadir a su pareja de que no volverá a maltratarla, como resultado, la mujer recuerda los aspectos que la enamoran de él cuando no es violento, y se reconcilian. Luego, en la intimidad y en situación de calma, suele ocurrir que ambos encuentren excusas para justificar la violencia y que ella se culpe de haberle fallado.

¿Por qué la Mujer Soporta el Maltrato?

La razón por la cual una mujer no puede salir de la situación de maltrato, es la Teoría de la Indefensión aprendida propuesta, desde la perspectiva cognitiva, La creencia de que los hijos necesitan crecer y madurar emocionalmente con la presencia de un padre y de una madre; La convicción de que la mujer no puede sacar adelante a sus hijos por sí sola; La consideración de que la familia es un valor absoluto en sí mismo y que, por tanto, debe mantenerse a toda costa

Uno de los pensamientos más comunes acerca de la pareja es que cambiará con el tiempo; Otro pensamiento común es que muchas veces la mujer es culpable de aquella agresión por haberla provocado, pensando que “Él no es tan malo, será que hay algo que yo no hago bien”. Esto hace que las victimas lleguen a convencerse de que las cosas no están tan mal y de que ellas pueden evitar nuevos abusos cambiando su comportamiento hacía con él.

(DUTTON Y PAINTER 1981) explican que “El desequilibrio de poder y el intermitente trato bueno-malo, promueven en la mujer víctima de maltrato”. Para estos autores, el abuso se produce. Cuando la mujer es sometida a ciclos repetidos de agresiones, se asusta tanto que el miedo la paraliza y anula su autoestima, distanciándola del contacto con la realidad objetiva e incapacitándola para poder encontrar, por sí sola, la salida al maltrato que padece. Por tales razones, la mujer, cuando está inmersa en una situación de violencia sostenida, no puede por ella misma romper este ciclo. Necesita ayuda, apoyo exterior (familiar, profesional, etc.), para aprender a auto cuidarse, a recuperar su autoestima, para comprender que ella sí es capaz de enfrentar el maltrato de que es objeto y que ella sí puede ponerle fin.

Fases de este ciclo:

  1. Fase de acumulación de tensión: En esta fase, se van sumando críticas, celos, necesidad de control y posesividad por parte del agresor. La tensión aumenta en la medida en que se sume cualquier conducta que vaya en contra de los deseos del agresor; lo anterior, hará que los cambios de humor del maltratador sean cada vez más imprevisibles y la hostilidad más grande (sobre todo en términos psicológicos). Dicha fase puede durar desde días hasta años.
  2. Fase de explosión o de agresión: En esta fase, es cuando se da inicio a la violencia física o sexual. Aquí la violencia estalla con gran intensidad, brutalidad y hostilidad, de manera descontrolada. Dicha fase es la más corta (entre minutos y horas). Es normalmente en esta fase cuando las mujeres piden ayuda; sin embargo, esto no siempre se concretarse debido a la fase de arrepentimiento.
  3. Fase de arrepentimiento o luna de miel: En esta fase, el agresor se muestra arrepentido de lo realizado anteriormente. La violencia y la tensión desaparecen totalmente y surgen promesas de que “lo ocurrido no volverá a pasar”. La mujer agredida en este ciclo de violencia suele escuchar al agresor, perdonarlo y creer que el amor podrá modificar la situación. Sin embargo, esta fase acaba con la cotidianeidad y el ciclo vuelve a comenzar. Es debido a esta fase que una mujer maltratada suele regresar con su maltratador y reiniciar el ciclo de violencia. El ciclo descrito no suele detenerse por sí sólo; una vez que se inicia y se desencadena por primera vez la fase de explosión, todas las fases sucesivas crecen y crecen en intensidad y cada vez son menores los momentos de arrepentimiento y reconciliación.

 

Tipos de violencia hacia la mujer:

  1. Violencia física: Comprende toda acción empleada sobre el cuerpo de la mujer que le produce un daño o sufrimiento físico, tales como heridas, lesiones, hematomas, quemaduras, empujones o cualquier otro maltrato que afecte su integridad física.
  2. Violencia psicológica: Equivale a toda conducta que busca degradar o controlar sus acciones y decisiones mediante la amenaza, el acoso, hostigamiento, restricción, humillación, deshonra, descrédito, manipulación o aislamiento de la mujer; que producen un daño emocional en ella, la disminución de su autoestima, perjudican y perturban el pleno desarrollo personal e incluso la pueden llevar al suicidio.
  3. Violencia sexual: Es todo acto que amenaza o vulnera el derecho de la mujer a decidir libremente sobre su sexualidad, abarcando toda forma de contacto sexual. Incluye el uso de la fuerza o intimidación dentro del mismo matrimonio u otras relaciones vinculares o de parentesco, así como la prostitución forzada, explotación, esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de mujeres.
  4. Violencia económica: Este tipo de maltrato busca ocasionar una pérdida de los recursos económicos o patrimoniales de la mujer a través de la limitación, retención o pérdida de sus bienes y derechos patrimoniales. Incluye todo acto que genere limitaciones económicas encaminadas a controlar sus ingresos, o la privación de los medios económicos indispensables para vivir.
  5. Violencia simbólica: Abarca todos los estereotipos, mensajes, valores, íconos o signos que transmiten y reproducen relaciones de dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad.
  6. Violencia laboral: Comprende la discriminación hacia la mujer en los centros de trabajo mediante medidas que obstaculizan su acceso al empleo, ascenso y estabilidad en el mismo. También constituye discriminación de género en el ámbito laboral quebrantar el derecho de igual salario por igual trabajo.
  7. Violencia institucional: Equivale a las acciones realizadas por funcionarios, autoridades y profesionales pertenecientes a cualquier órgano, ente o institución pública, cuyo objetivo es retardar, obstaculizar o impedir que las mujeres tengan acceso a las políticas públicas y ejerzan sus derechos.

 

¿Cómo prevenir situaciones de violencia contra la mujer?

  • Hablar sobre las violencias y explicar que éstas pueden ser cometidas no sólo por personas extrañas sino también por personas conocidas y cercanas.
  • Explicar que tenemos derecho a decir NO.
  • Contrarrestar las actitudes y creencias que justifican el uso de la violencia.
  • Sé fuerte como mujer.

Conclusión

Las conclusiones apuntan a un poco de todo. Pero es cierto que el principal motivo para no denunciar se encuentra fundamentalmente en el interior de la propia mujer, en el miedo visceral que las atenaza. No es sólo miedo al maltratador, es miedo incluso a los demás, al qué dirán, a perder a sus hijos, a no saber cómo sobrevivir cuando se acabe la relación. El miedo en su más pura esencia.. Finalmente, y a manera de cierre es importante destacar que el desconocimiento de estos procesos y de sus secuelas posibilita tratamientos inadecuados para las mujeres agredidas, las cuales son descritas como masoquistas, locas o histéricas a las que les gusta que les peguen. Es muy frecuente escuchar en diversos espacios sociales, juicios encontrados y prejuicios, cuando se analizan las representaciones que construyen acerca de la mujer víctima y del hombre maltratador. “Seamos la voz de las que no hablan por temor a la agresión “

Recordemos que el “silencio” protege a la persona agresora, pero pone en riesgo a la víctima todos somos responsables de cuidarnos y protegernos.

Bibliografías

  1. http://www.ucla.edu.ve/dac/revistateacs/articulos/Rev10-Ens1-Ordonez.pdf
  2. https://psicologiaymente.com/forense/por-que-mujer-perdona-al-hombre-la-maltrata
  3. https://www.guioteca.com/psicologia-y-tendencias/por-que-una-mujer-maltratada-vuelve-con-su-maltratador-el-ciclo-de-la-violencia/
  4. /li>
  5. https://rpp.pe/campanas/branded-content/cuales-son-los-tipos-de-violencia-contra-la-mujer-noticia-1094605?ref=rpp
  6. https://www.lavanguardia.com/vida/20150724/54434108299/por-que-mujer-maltratada-no-denuncia.html
  7. https://www.telesurtv.net/telesuragenda/ecuador-feminicidios-violencia-machista-20190122-0025.html
05 January 2023
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