Migración de las Mujeres Para Encontrar Una Vida Mejor
A pesar de las diferentes medidas legales e intentos políticos realizados a nivel nacional e internacional para asegurar un reparto equitativo en el trabajo reproductivo, no se han alcanzado, finalmente, medidas eficaces que garanticen esta igualdad. En cuanto a “trabajo reproductivo” entendemos que es el “trabajo destinado a satisfacer las necesidades de la familia”. De manera tradicional, el modelo organizativo social ha promovido una división sexual del trabajo, en la que los hombres se vinculaban a labores productivas relacionadas con el ámbito público, mientras que las mujeres se dedican al ámbito doméstico, ligado al espacio privado.
A finales del S.XX, en concreto en los años 70, se produce un incremento de mujeres que acceden al mundo laboral remunerado, y por tanto, se modifica el sistema tradicional anteriormente expuesto. No obstante, esto no implica una despreocupación de sus labores domésticas. La mujer ha de adquirir un doble rol: el de cuidadora y el de trabajadora, siendo difícil compaginar ambas tareas y lograr así, una conciliación entre la vida laboral y familiar. Las medidas públicas adoptadas para afrontar dicha situación no han sido suficientes y han propiciado una actual “Crisis de Cuidados”.
Frente a este debilitamiento del estado del Bienestar, hay que añadir un contexto demográfico peculiar. En referencia al INE, en los últimos veinte años la población de la Comunidad de Madrid se ha visto incrementada de 5.091.336 millones en el año 1998 a 6.578.079 millones de personas en el últimos datos registrados del 2019, de los que un 17% corresponden a personas de más de 65 años. Varios de los estudios consultados relacionan el envejecimiento de la población con la llegada de personas inmigrantes a España, ya que es el colectivo que necesita más atención y cuidados. Esta labor es la tercera opción escogida por las personas inmigrantes que vienen a nuestro país, solo por detrás de las tiendas y la hostelería.
En consecuencia a este panorama, las familias se han visto obligadas a plantearse alternativas como “externalizar parte de las tareas que antes se realizaban en los hogares, o salarizar parte del trabajo de cuidados en lo doméstico”. En dicha “externalización” juegan un papel crucial las mujeres inmigrantes, porque son ellas las que van a desempeñar, hoy en día, estas labores domésticas. Por ello, entre las migraciones internacionales, hay que identificar una tendencia hacia la feminización de estos flujos, ya que cada vez son más y en más lugares, las mujeres que deciden emprender un proyecto migratorio hacia tierras lejanas y ajenas.
