Neocolonialismo de América Latina: Imperialismo y Capitalismo Disfrazado

Teniendo en cuenta los documentos anteriormente investigados y que apoyan el tema del neocolonialismo en América Latina, ensayo del colonialismo e imperialismo se puede sustentar y defender la siguiente tesis: el neocolonialismo es una manera sutil de sometimiento a los pueblos latinoamericanos.

Como bien se sabe, Para hablar de neocolonialismo, es necesario recordar que antes se pasó por un proceso de colonización y de descolonización. Después que la colonia se independiza, otros estados se aprovechan de la colonia, pero ya no por la fuerza militar, sino de una manera más sutil como el mercantilismo, globalización empresarial, imperialismo cultural, ya no interesa tanto la conquista por territorio en cuanto a espacio, sino por el mercado, el capital, y así, entre otros factores. Para entender mejor el neocolonialismo, Macías (2015) comenta:

El neocolonialismo se entiende como una forma de colonialismo adaptada, la cual se ayuda de la debilidad de los Esta¬dos recién independizados; todo con el propósito de obtener beneficios de tipo económico, político y cultural, lo que se lleva a cabo generalmente otorgando el poder político a las élites del Estado, aún dependiente, que favorezcan a los paí¬ses dominantes. (p. 87)

En América latina como en otras partes el neocolonialismo, como nuevo sistema colonial, al principio puede ser visto como una opción favorable que facilita el desarrollo de todos los pueblos, ya que unos apoyan, invierten y otros devuelven como si fuese especie de un préstamo, pero en realidad solo está favoreciendo a los países dominantes, a las grandes élites mundiales.

Las diversas nuevas políticas “ayuda” “donación” “asistencia” “cooperación” y “prestamos” fueron enjuiciadas desde los puntos de vista de la sujeción que generaban, de lo políticamente motivadas que parecían no tocar (como el caso de ciertas promociones en la infraestructura ) los núcleos reales del subdesarrollo, de implicar paternalismos humillantes o prácticas muy poco aceptables de intervención y pesquisa, de promover más que otra cosa la propia actividad económica estadounidense (cláusulas de adicionalidad), de robustecer el sector de los poderes sociales superiores o ser meramente devorados por ellos, de conformar- en el último término- una América Latina dócil a los dictados externos, incapaz de remontar sus males por sí misma. (Zea, 1986, p. 89)

Al conformar una américa Latina dócil, ante los agentes externos que en gran parte se aprovechan de ella, se va generando un visible atraso, esto originado especialmente desde los inicios del descubrimiento y conquista, pero de manera más notoria en la etapa de la independencia. “la independencia fue el comienzo de un creciente atraso material de Hispanoamérica, porque la liquidación del poder colonial en beneficio de los grandes propietarios y la apertura al mercado mundial no condujeron al crecimiento económico y al progreso material, sino a todo lo contrario” (Beorlegui, 2006, p. 169). De este punto de partida, después de la colonia, la independencia y de la descolonización, como se mencionaba anteriormente, se va consolidando este nuevo estado, que va reforzando nuevas prácticas geopolíticas y mercantilistas. Vargas (2005) comenta. “esto da origen a un Estado-Neocolonial que es activo, regulador e intervencionista, al igual que el Estado de Bienestar o Estado-Populista, pero sus actividades, reglas e intervenciones se orientan a servir a los intereses del capital extranjero y de la clase capitalista transnacional” (p. 157). En relación con esto, al desarrollar el estado neocolonial, se va creando dominio y dependencia. En esta misma líneas de ideas, Macías (2009) refiere. “se puede entender por neocolonialismo una nueva forma de colonia. Es decir, la dependen¬cia económica, política, cultural, ideológica e, incluso, educativa, de un país con respecto a otro” (p.88).

El nuevo sistema neocolonial, por donde quiera que se analice tiene grandes ventajas, pero de manera particular para los países desarrollados. “La nueva estructura neocolonial del Estado se organiza para la transferencia de valores y recursos a las metrópolis donde se ubican las grandes corporaciones transnacionales, las cuales buscan lograr mayor eficiencia en sus economías de escala” (Vargas, 2005, p. 156). Si en el neocolonialismo como ya se hablaba de algunas ventajas, también representa desventajas, especialmente para los países o estados en vía de desarrollo, especialmente generando pobreza y desigualdad. Pachón (2017) manifiesta. “La causa de esa desigualdad era histórica y estructural y se enraizaba en el neocolonialismo y la manera dependiente en que Latinoamérica se había insertado al mercado mundial desde el siglo XIX. En síntesis, existía un desarrollo desigual del capitalismo” (p.56).

Como se mencionaba anteriormente, el neocolonialismo sigue conllevando a una profunda crisis social, política y económica, todo bajo el dominio del imperialismo. “Pero la típica relación de los países europeos en la historia moderna ha estado cobijada en términos políticos bajo el aspecto de la dominación imperial respecto a las áreas de tercer mundo y que coincide desde el punto de vista económico con la expansión del capitalismo” (Rodríguez, 1998, p.222). De esta manera, la brecha entre los países desarrollados y subdesarrollados sigue siendo creciente y cada vez más notoria. “Hoy, tiempo después del fin de las guerras mundiales, mientras el mundo asiste a la consolidación de modelos de integración como la Unión Europea, en el nuevo continente existe la dependencia económica que se refleja en lo político, es decir, el neocolonialismo sigue vivo” (Cabrera, 2009, p. 43). Este disociado proceso de sometimiento y aprovechamiento por parte de lo más poderosos a los países que los sostienen sigue siendo desfavorable y lamentable, esto supone muchos factores como la intrusión a su territorio, el aprovechamiento y explotación de sus recursos, pocas probabilidades de avance económico y social, se trata entonces de un retroceso total.

El mundo asiste a la función de gala, en la cual los Estados Unidos de América se convierten en el centro del mundo. Empieza entonces la transnacionalización de capitales que reemplaza la anterior concentración total en la metrópoli; ahora las colonias recibirán en sus territorios el establecimiento de sucursales de las industrias del poderoso gigante del Norte. América sigue entregando materias primas y trayendo productos terminados. (Cabrera, 2009, p. 40)

Para concluir, y como comentario final, se puede nuevamente afirmar la tesis inicial, el neocolonialismo es una manera sutil de sometimiento a los pueblos latinoamericanos, y cada uno de los documentos nos afirman y sustentan este planteamiento. Sin duda, el imperialismo y el capitalismo como parte del sistema neocolonial siguen arraigados, beneficiando a los países en desarrollo, y perjudicando a muchos estados en desarrollo, los países Latinoamericanos son uno de ellos. Resulta inconcebible como con el sistema neocolonial en vez de ser un factor agente de cambio y de progreso, poco apoco va generando pobreza y pocas probabilidades de avance para los pueblos latinoamericanos, es triste y contradictorio ver cómo lo mismo que se produce en nuestras tierras, es enviado y luego cuando regresan los productos elaborados, es difícil acceder a ellos por los precios altos que le ponen a lo mismo que nuestros pueblos han producido. Entonces, la realidad a la conquista y a la colonia no ha cambiado mucho, solo han sido los mismos sistemas disfrazados, siempre los más poderosos más ricos que someten y se aprovechan de los pueblos pobres, que cada vez son más pobres. 

11 February 2023
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