Normas Y Leyes Para Ser Príncipe
Introducción
Existen diferentes tipos de principados, que pueden ser cuando, la dicha persona adquirió el poder de ser un príncipe mediante armas, si la persona fue príncipe gracias al dinero, y/o si el príncipe es digno gracias al compromiso que posee, al querer llevar a cabo un estado que gobernar. Además de tener diferentes formas de poder ser un príncipe como tal, Maquiavelo nos explica que, también existen los que son hereditarios, es decir, que son príncipes gracias a que alguien de su misma sangre se lo haya heredado, es mucho más fácil, pues no tiene que pasar por lo que mencioné anteriormente, por armas, por dinero y por valentía.
Desarrollo
Al ser un príncipe desde el principio, tienes que establecer normas, leyes que rigen el estado, para que sea mucho más sencillo llevar a cabo. Para el príncipe, además de poseer fuerza y valentía, tiene que tomar en consideración la dicha confianza para gobernar el estado que este poseía. Y no volver a pasar lo mismo como Luis XII, gracias a su egocentrismo por gobernar Milán, este lo perdió de la manera más rápida y sencilla. Existen varios estados que no son fáciles de conquistar y de gobernar, pues bien debes aprender sus costumbres, lenguaje. Cuando no es capaz de poder llevar las formas que constituyen el estado, es ahí cuando empiezan las dificultades.
El príncipe es como un presidente, pues debe ser considerado y colaborativo con los mismos habitantes y con el estado, y no ser completamente un extraño para los que lo rodean. Si este, no tiene la capacidad y el compromiso de realmente gobernar de una manera tan fácil como varios principados, se puede perder todo lo que alguna vez tuvo; el poder y su territorio. Cuando los príncipes suelen ser extranjeros, he aquí la complicación, se tiene que tener demasiado cuidado, ya que pueden obtener mucha más fuerza y poder. El príncipe es realmente obligado hacerles saber a los habitantes de las acciones que son consideradas como malas y/o que pueda perjudicar algo o a alguien.
Si bien, el príncipe por su compromiso y sus grandes atributos, además de derechos y obligaciones con el estado, se convierte básicamente como el gobernador del estado, que somete y que cuida sus pertenencias, como también a los habitantes, ejerciendo así su fortaleza, armas y fortunas. Los principados comúnmente eran gobernados de un momento a otro, es decir, se dividían en dos partes, uno, donde le heredaron el poder como príncipe, y el otro, por conceder dicho apoderamiento y cumplir con los requisitos ya antes mencionados. Antes, era muy usual que, las ciudades también tuvieran leyes particulares, que ellos mismos establecían para llevar a cabo una autoridad y más que nada.
Conclusión
Dicha responsabilidad al momento de gobernar. Cuando uno no era realmente digno de conseguir dicho apoderamiento, se tomaban otras medidas, es decir, preferían estropearlos, para dejar de tener ese reinado. Es muy complicado tener un principado sin antes haber trabajado en ello, además de que también era difícil el hecho de procrear nuevas leyes, pues no era algo fácil, ser príncipe también tenía consecuencias, tenías que trabajar duro para hacer las cosas bien, no fallar en el intento, siempre conservar tu postura, nunca debilitarte, no ser alguien irritante, si bien sabemos que los príncipes tenían el usufructo, tener bienes inmuebles, propios como terrenos.