Pedro Páramo: Reflejo de los Estereotipos de la Mujer Mexicana en los Años 50

Introducción

El realismo mágico, surgido en Latinoamérica a principios del siglo XX, fue un movimiento literario que explotó al máximo las perspectivas narrativas. De acuerdo con la RAE (2019) se trata de un “punto de vista desde el cual se considera o analiza un asunto”. Esto apunta a usar los puntos de vista para evidenciar diferentes lados de una misma realidad. No obstante, en el realismo mágico, la perspectiva se vuelve un elemento en constante cambio, que cada personaje modifica en relación al contexto.

Una obra perteneciente a dicho movimiento que presenta perspectiva múltiple es Pedro Páramo del mexicano Juan Rulfo, publicada en 1955. Durante la historia hay variaciones no anunciadas en la focalización, contándose varias historias simultáneamente, incluso en épocas diferentes. De todos los personajes, los femeninos fueron los que nos causaron mayor impacto, puesto que parecían evocar honestamente a modelos estereotipados de la sociedad mexicana del siglo XX. Basándonos en esa afirmación, esta monografía apunta a ser un estudio de cómo las perspectivas femeninas establecen vínculos entre la realidad y la ficción a lo largo del libro. Se ha formulado la siguiente pregunta de investigación: “¿De qué manera la perspectiva narrativa de los personajes femeninos en la obra “Pedro Páramo” de Juan Rulfo refleja los estereotipos de la mujer mexicana en los años 50?”.

El motivo por el cual se ha decidido investigar sobre las perspectivas femeninas como espejo de estereotipos, es porque la literatura misma es un reflejo de la sociedad y lo que acontece en ella. Por ello nos parece interesante comprobar que lo que se narra parte de situaciones de la vida real. Por otro lado, puesto que tras una búsqueda de información no se ha encontrado ninguna tesis o artículo académico que analice la perspectiva múltiple de la obra que se propone y al mismo tiempo lo relacione al contexto socio-histórico-político de la época, se vuelve oportuno brindar este aporte a las personas que están constantemente estudiando esta novela.

Se desarrollará esta monografía desde un enfoque analítico-cualitativo que se centrará en la perspectiva de los personajes femeninos de la obra como Dolores Preciado, mujer de familia, Dorotea, mujer que anhela la maternidad, Susana San Juan, mujer vista como loca por sus ideales, y Damiana Cisneros, mujer ama de casa, y probaremos que estos son personajes reales de una sociedad machista y conservadora que el autor implícitamente critica.

Se hará uso de un razonamiento inductivo al examinar y segregar la información, otorgando validez y rigor a las distintas tipos de fuentes que se usarán para sustentar la investigación. Nuestra fuente bibliográfica principal es la tesis Rol de la Mujer en Pedro Páramo (Arango, N & Palacio, P & Soto, L., 2014). En ella se relaciona a las mujeres con la historia y religión de la época, lo que nos será de mucha utilidad en el capítulo dos, para comprender los aspectos socio-culturales de las mujeres mexicanas a principio del siglo XX. Otra fuente de información secundaria, será el artículo de revista Pedro Páramo desde una Perspectiva Feminista Psicológica (Loisel, C., 2005), la cual analiza la razón del comportamiento de los personajes femeninos, en relación a su entorno machista. Se usará también en el capítulo dos, para poder fundamentar nuestros argumentos acerca de las reacciones de las mujeres a los hombres.

La Narrativa Latinoamericana del Siglo XX

El realismo mágico es un movimiento pictórico originado en Europa, aunque su variante literaria nació en Latinoamérica. Su principal objetivo era la expresión de emociones que el lector podía bien tener o no, como una forma de reaccionar ante la realidad (Vinasco & Montoya & Tapasco, 2014). El alcance que tuvieron las obras llevó a la creación de otros movimientos como el boom latinoamericano, en el cual se tuvo una especial valoración de su trascendencia.

Juan Rulfo utiliza el realismo mágico para expresar sentimientos relacionados al contexto socio-cultural de México en el siglo XX. El autor explora diversas situaciones de la vida real por ejemplo, el machismo, matrimonio, la familia y la jerarquía social, situaciones que aquejan a la mujer de la época. De acuerdo con Ianni (1986), “El realismo mágico se constituye en una aguda visión crítica de la cultura, de la realidad social y de la historia”. Relacionando esta cita al contexto, podemos entender que para Rulfo el realismo mágico es un medio para realizar una crítica a las estructuras sociales tradicionales mexicanas, presentando personajes que no siempre están de acuerdo con estas.

Sin embargo, las obras mágico realista manejan también las figuras y el estilo de una forma peculiar, que le dan una nueva imagen a la cultura mexicana tradicional. Según Durán (2007) “Rulfo ha hecho (…) una estampa trágica y atroz del pueblo de México. Parece tan real, y es tan curiosamente artística y deforme. Los que somos de donde proceden sus historias y sus personajes vemos cómo todo se ha vuelto magnífico, poético y monstruoso”. Lo llevó a transformar su cultura en una con elementos tales como eventos sobrenaturales que la distorsionaron. Motivo de ello podría ser la gran influencia que esta tenía en su narrativa, pero que tampoco quería dejar atrás. Portuondo (1955) describe al realismo mágico como “una postura ante la realidad, surgida por el choque del escritor con sus propias circunstancias”. De esta cita podemos deducir que la corriente trasciende de un método de expresión a un producto directo de las sensaciones, recuerdos y experiencias vividas en eventos importantes tales como la revolución mexicana, y las guerras civiles de la primera mitad del siglo.

Perspectiva Múltiple

La multiplicidad de perspectivas de los personajes femeninos es un referente del contexto cultural mexicano del siglo xx. Como se viene diciendo, Rulfo no redactó toda la historia desde el mismo punto de vista, y el motivo de esto, es el poder mostrar más de una faceta de la mujer y los roles que cumplía, junto con los problemas y sentimientos que la afectaban. Valbuena (2016) comentó acerca de cuentos del boom latinoamericano “Cada uno de los personajes femeninos, (…) lejos de ser imitación de algún estereotipo de mujer, son representaciones de una multiplicidad del ser femenino”. En el caso de esta monografía, opinamos que si bien el enfoque de Valbuena no coincide con el nuestro en cuanto a estereotipos femeninos reflejados por la perspectiva, su afirmación acerca de cómo estas nos muestran lados de la mujer resulta relevante. En el caso de Rulfo, podríamos decir que de esa forma nos presenta a los personajes en su medio social acostumbrado, y sus diferentes visiones acerca de los mismos temas, aun conviviendo entre ellas.

Entre los diversos personajes, usualmente femeninos, hacen uso de la perspectiva en primera persona, para poder presentar sus sentimientos en relación al contexto social del siglo XX a través de monólogos. De la Fuente (1996) estipula “Los monólogos en Pedro Páramo, como en buena parte de la obra de Rulfo, representan una narración que conduce a los personajes a su marginación, porque su voz se pierde entre el paisaje, porque quedan silencios que provocan la ambigüedad de la historia relatada y porque incluso esas narraciones no están dirigidas a otro personaje que las comprenda o sienta”. Entonces, las mujeres lo reciben como un método de libre expresión por medio del cual se permiten compartir sus verdaderos sentimientos y secretos, que no conoceríamos con un narrador testigo u cualquier otro aplicado en la obra. Además, no se muestra el juicio ajeno acerca de estos pensamientos íntimos, y Rulfo se limita a retratar la perspectiva. Por lo tanto, comprendemos que es importante reconocer al monólogo como elemento narrativo crucial para la perspectiva femenina (Trapp, 2006). La monografía nos invita a confirmar que además de ser un sello personal del estilo de Rulfo, proporciona una aproximación a las emociones crudas pero reales que surgieron de los personajes mismos.

Contexto Histórico, Cultural y Social de la mujer en la Revolución Mexicana

Principios del siglo XX fue una época importante para el feminismo y los movimientos que promovían la independencia de la mujer. Además de ser tiempos de revolución y cambios sociales para México, también lo fue para las mujeres específicamente. Zenzi (2013) opina “Por los acontecimientos de la Revolución, estalló el deseo a más igualdad del género y las mujeres empezaron a luchar por sus derechos”. Basándonos en dicha afirmación, podemos deducir que las mujeres comenzaron a tomar conciencia de su validez, en base al empoderamiento que recibieron de la revolución, al ver que podían luchar y defenderse por sí mismas. No obstante, la mayoría tardo en unirse al movimiento, y como se evidencia en la obra de Rulfo, ciertos estereotipos clásicos prevalecen.

Estereotipo de madre y mujer de familia

En la estructura familiar, la mujer era la figura cuidadora y protectora mientras que el hombre, era la figura autoritaria. Estos modelos y la forma en la que el comportamiento familiar fue adaptado de las generaciones previas en miras de conservar la tradición mexicana. De acuerdo con Katz (2006) “Junto al ideal del matrimonio monogámico, la familia nuclear y el culto de la clase media a la vida hogareña, se afirmaron las representaciones de la mujer femenina como madre, mujer que niega su sexualidad erótica”. Como se puede analizar, la imagen que se imponía, era la de una madre que estuviera siempre en la casa, pendiente de todo lo relacionado al cuidado de esta. Asimismo, se esperaba sumisión y obediencia ante el hombre, ya que la mujer era “de menor rango” a este. El comportamiento esperado de esta, sería el reprimir la sexualidad y tener una vida en castidad junto con apegarse al rol maternal característico. En la obra de Rulfo, la mayoría de mujeres ya sean personajes principales o secundarios se constituyen de este perfil de mujer de hogar, ya sea honestamente o como una fachada para evitar maltratos.

Estereotipo de mujer rebelde

Por otro lado, también encontramos que la revolución despertó sentimientos de lucha también en las mujeres. Aunque no fuera comúnmente admitido en público, el machismo era fuerte, y había creado modelos que esperaba que las mujeres cumplieran. Tal como señala Arrom (1992) “El modelo de opresión de las feministas no salió de la nada; en gran parte refleja los ideales tanto occidentales como los precolombinos de la hija obediente, la esposa virtuosa (…) Las normas moldean la realidad al definir los roles que circunscriben la vida de la mujer”. En base a ello, comprendemos que a pesar que estos roles estaban bien marcados en las mujeres se pretendía romper con aquellos fundamentos sociales establecidos no sólo por los hombres, sino también mujeres indirectamente. Llegaron a determinar los roles “femeninamente exclusivos”, a un nivel que impactó psicológicamente en la ideología colectiva.

Estereotipo de mujer del servicio doméstico

Las jóvenes mexicanas de la época asimismo, eran asignadas a trabajos considerados predilectos para las mujeres. Según López (2014) “En el curso de esos años, de manera generalizada, se consideraba que las mujeres poseían ‘naturalmente’ condiciones espontáneas para la realización de ciertas tareas que, no obstante, eran aprendidas y desarrolladas desde la infancia en el desempeño doméstico particular: coser, lavar, planchar, bordar, limpiar, cocinar, etc. Simultáneamente, se suponía que ellas contaban con ciertas aptitudes que resaltaban lo manual tales como: rapidez, prolijidad, precisión, habilidad, etc.”. Lo que se interpreta a partir del enunciado, es que el servicio que había en las casas y se encargaba de ayudar a las familias y madres en los quehaceres diarios, se conformaba mayoritariamente por mujeres. Pero también, esto apunta a que a pesar de que eran tiempos de cambio para las féminas, había todavía algunas que tomaban estos trabajos que denotaban rasgos de subordinación ante la figura de autoridad familiar y que por lo tanto, quedaban atrapadas en la labor y el estereotipo de joven empleada (Oliveira & Ariza, 2000). Desde nuestro juicio personal lejos de ser un simple oficio, se volvió indispensable en algunos hogares, pasando a ser parte de los personajes domésticos tradicionales.

Análisis de la perspectiva de los personajes femeninos en la obra Pedro Páramo

Dolores Preciado: Perspectiva inocente – consiente

Dolores Preciado es una mujer cuyo desenvolvimiento social evolucionó con el tiempo. Ella siendo joven creía en el amor, y en los matrimonios concertados. Su postura la hace un personaje elemental en el plano patriarcal Rulfiano en el que se desarrolla, donde el otorgamiento de un status social se oficializa por medio del matrimonio, este con el fin de propagación de especie, maternidad, economía y bienes raíces (Arango, Palacio y Soto, 2014), por lo que Dolores se sintió más bien agradecida de haber sido ella la elegida para casarse con Pedro Páramo: “¡Oh, qué felicidad! Gracias, Dios mío, por darme a don Pedro. Aunque después me aborrezca” (Rulfo, 1955). De acuerdo con Filler (1981) “Desde ese punto de vista, los personajes de la novela se configuran como distintos grados de sumisión o de rebeldía frente al código social”. Si consideramos a Dolores en relación a esta cita, podemos decir que esta etapa, ella mostraba un grado muy alto de sumisión en comparación a otros personajes femeninos. Principalmente en su trato con otros hombres de Comala, podemos notar como tenía una forma inocente y simple de ver la realidad, no cuestionándola mucho y acatando lo que se espera de ella. La forma de Rulfo de mostrarlo fue por medio de oraciones cortas y simples, y en ellas vemos reflejado lo esperado e instruido probablemente por la generación previa.

Años después de haber dejado Comala, encontramos que ha adquirido un mayor nivel de madurez. Pasados los actos oficiales y lo público de la relación, Pedro Páramo convirtió la convivencia, en otro tipo de modelo de familia mexicana. Ya no es la clásica familia nuclear perfecta, sino que generalmente prescinden de la participación del hombre en esta. Según Arango, Palacio y Soto (2014), “esta condición de abandono es un tema clásico en México y por ende en América Latina, donde el hombre evade sus responsabilidades como padre y hace acreedora a la mujer de una responsabilidad individual”. Tras leer esta cita, podemos argumentar que los sucesos ocurridos con la mujer están inspirados en anécdotas reales, y ello le da un valor histórico a esa parte de la perspectiva. Interpretamos que para ella el descubrir la crudeza de la realidad fue muy difícil que atentó contra la personalidad que ella creía propia cuando en realidad era la que la sociedad quería que manifestara. El efecto psicológico negativo de la tradición queda atrapado en el estilo narrativo de Dolores, en aspectos como Su tono se vuelve melancólico, por extrañar las épocas a las que ella denomina como más felices de su vida en Comala, pero rencoroso también, al guardar resentimientos por años contra Pedro Páramo. El mal trato que tenía el cacique con ella y lo mucho que la afecta se ve reflejado en su perspectiva narrativa al envejecer, como cuando se dirige a su hijo al mandarlo a Comala “No vayas a pedirle nada. Exígele lo nuestro. Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio… El olvido en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro” (Rulfo, 1955). Su forma de hablar se vuelve pausada y fría, casi en total contraste a cuando era joven, alegre y dulce. Opinamos que el fin de este cambio en el discurso de Dolores, es mostrar un contraste crítico acerca de los efectos negativos de una sociedad machista en las mujeres, cosa que ocurre en la realidad incluso al día de hoy.

Uno de los rasgos pertenecientes al realismo mágico que se muestra con Dolores, es la indiferencia del narrador por lo que está pasando en la obra, por muy triste que sea. Pulido (2012) comparte que “Esta voz narradora, más que situarse por encima o delante de las otras voces (…) se coloca a una distancia tal que limita su participación a “registrar” o “transcribir” esa verdad íntima, sin intervenciones que impliquen la presencia de juicios o valoraciones morales”. Así Rulfo puede transmitir las emociones sin que su propia opinión sobre la situación interfiera, con la crudeza y dolor con el que se sobrellevó realmente el problema.

Susana San Juan: Perspectiva de la locura

Susana San Juan, es quizás el personaje femenino más complejo psicológicamente hablando. Dentro de su estilo discursivo, encontramos que suele expresar sus ideas en monólogos largos, y que contienen imágenes tales como “Y los gorriones reían; picoteaban las hojas que el aire hacia caer, y reían; dejaban sus plumas entre las espinas de las ramas y perseguían a las mariposas y reían” (Rulfo, 1955). De entre todas las mujeres de la obra, es la que tiene más un tono risueño definido, aunque este por momentos también se vuelve melancólico al hablar de su madre difunta. No obstante, lo particular de su discurso es el tema que rodea, y ese es la oposición al machismo de la época. Filler (1981) estipula que “Susana no se reconoce como hija de Bartolomé, y éste ve en ello un síntoma de locura. Para él, y para la sociedad que representa, es anómalo que la mujer se niegue a ser definida en términos de su relación con una figura masculina”. Por el contexto en el que se basa esta obra, lo esperado sería que Susana siguiera las actitudes esperadas de las mujeres, pero en cambio se opone. Por medio del personaje como medio de crítica a la sociedad, mostrándola como una figura con la que muchas mujeres y hombres no coincidían inicialmente y en el que pensar diferente era automáticamente denominado como “locura”.

La locura de Susana, o simplemente el nunca negarla y al contrario aceptar aquel rol, es utilizada como un mecanismo de autodefensa de último recurso, al no poder tolerar más el ambiente machista que la rodeaba. Como nos explica Loisel (2005) “las mujeres de la novela (…) hacen uso de distintas estrategias para obtener para si algún retazo de poder o control, aunque estas en última instancia las conduzcan a un derrumbe psicológico-moral”. Al volverse loca, la forma en la que estructuraba su perspectiva narrativa sufrió cambios. En vez de los largos monólogos, sus intervenciones se redujeron a preguntas y frases, a veces cuestionando lo obvio. “¿Por qué entonces no me deja en paz? Tengo ganas de descansar. La han de haber encargado que viniera a quitarme el sueño. Que se estuviera aquí conmigo hasta que se me fuera el sueño. ¿Qué haré después para encontrarlo? Nada, padre. ¿Por qué mejor no se va y me deja tranquila?” (Rulfo, 1955). Para la autora de esta monografía, el usar preguntas y frases cortas es como encasillar a Susana al demostrar que esta forma poco común y lógica de hablar la lleva a cuestionar lo mismo una y otra vez, alimentando su locura. Ante esto, encontramos que Focault (2005) estipula “El loco es aquel cuyo discurso no puede circular como el de los otros: llega a suceder que su palabra es considerada nula y sin valor, que no contiene ni verdad ni importancia, que no puede testimoniar ante la justicia(…); en cambio suele ocurrir también que se le confiere, opuestamente a cualquier otra persona, extraños poderes como el de enunciar una verdad oculta, el de predecir el porvenir, el de ver en su plena ingenuidad lo que la sabiduría de los otros no puede percibir”. En base a ello, planteamos que Susana al elegir este discurso tomó una decisión efectiva, ya que finalmente ninguno de los hombres consiguió afectarla. Al asumir ese rol desafió patrones sociales, religiosos, sexuales, y al mismo tiempo marcando la primera (y única) diferencia en la lucha contra los abusos machistas. Esto es evidencia del poder del estilo discursivo como característica básica del personaje de Susana, ya que le dio la libertad de expresión sin ser silenciada o desafiada.

 Damiana Cisneros: Perspectiva seria – neutra

Damiana es una mujer cuya posición social queda muy marcada en su discurso formal, directo y meramente funcional. Es la nodriza de los hijos de Pedro Páramo, pero se centra principalmente en cuidar a Miguel. Servicial y apegada a su trabajo, su actitud a lo largo de la obra no se desvía de su puesto en la jerarquía hogareña en presencia de sus patrones. En ella, encontramos un lenguaje serio sin llegar a ser formal, aunque con un tono bastante neutro, como por ejemplo cuando se refiere a uno de sus patrones “—Pero ¿de dónde llegas, Miguel? —De por ahí, de visitar madres. —No quiero que te enojes. Disimúlalo” (Rulfo, 1955). En citas como estas quedan reflejado el rol de empleada de hogar. En esta monografía planteamos que Rulfo incluyó esto con el fin de dar atención a una minoría social de la época. Buxó (2017) indica que “La totalidad del proceso narrativo se sustenta en los dichos de los personajes, cuyas modalidades de expresión no son simples traslados que de ellas podría haber hecho un autor culto, sino sus mismas voces en las que se manifiestan todas las modalidades propias de su habla coloquial”. Esto apunta a que en la construcción del personaje de Damiana, su discurso narrativo es un reflejo a lo que eran las criadas en aquel entorno. Acerca de su personaje, opinamos que el trato con el que debían dirigirse las empleadas del hogar a sus empleadores era simple, pero con seriedad. El estereotipo de empleada doméstica mencionado en el capítulo uno indica que a pesar de ser parte del hogar, la jerarquía no pierde vigor.

No obstante, también encontramos transparencia selectiva en su discurso, adquirido por su trabajo. Con esto nos referimos a que elige cuidadosamente que información compartir con los demás personajes, pero no negará algo que ella sabe que es cierto. Ello contribuye al argumento de que su perspectiva narrativa se caracteriza por la simpleza. Un ejemplo de esto sería cuando Juan Preciado descubre que ella es un fantasma: “— Entonces ¿cómo es que dio usted conmigo? —. . . — ¿Está usted viva, Damiana? ¡Dígame, Damiana! Y me encontré de pronto solo en aquellas calles vacías” (Rulfo, 1955). En esta cita, se muestra como Damiana se desvanece al ser descubierta sin responder sí o no, pero dando una respuesta implícita obvia. Cantú (1985) sostiene que “Damiana, más directa y, por lo mismo, más sencilla, se ve ante la necesidad de desaparecer por no tener una respuesta que encubra la ficción, o más bien añagaza, que llevará a su muerte al último cuervo de la familia Páramo”. Gracias a esta cita, podemos manifestar que ella elige momentos para ser veraz, como contarle a Juan su pasado en Comala y como ella lo cuidó de pequeño, pero en otros momentos, esconde hechos auténticos. Ejemplo de esto, podría ser el hecho de que todos en el pueblo están muertos, o en el pasado, que Miguel Páramo solía violentar a varias muchachas. En esa actitud vemos toques de secrecía que había entre amo-sirviente, convirtiéndola en la confidente de la familia Páramo. Guarda cosas que no salían a la luz exterior pero de las que un grupo de personas tiene conciencia, actitud presente en las familias mexicanas de la época. Denota asimismo la importancia no valorada de su confidencialidad.

Dorotea “La Cuarraca”: Perspectiva depresiva y afligida

Dorotea es un personaje con múltiples facetas, compilando un poco de cada una de los personajes femeninos. Ella también cree en la vida y los hijos aunque desafortunada no puede tenerlos. Es por ello que su tono suele ser triste y desganado, porque siente que su vida ya no tiene sentido si no puede fungir esta tarea básica de la mujer: “Ni siquiera el nido para guardarlo me dio Dios. Sólo esa vida arrastrada que tuve, llevando de aquí para allá mis ojos tristes que siempre mirando de reojo como buscando detrás de la gente, sospechando que alguien me hubiera escondido a mi niño” (Rulfo, 1955). Podemos notar que asimismo, hace uso de un tono poético, y nostálgico al recordar al hijo que nunca tuvo. También, monologa con Juan Preciado acerca de su hijo, contándole toda la desgracia. Los sucesos que narra son muy tristes, pero Rulfo se limita a narrarlos como son. Según Gnutzmann (1972) “Resalta en general la frialdad del clima narrativo, que el autor obtiene por medio de la perspectiva objetiva y sin participación personal”. En relación al contexto literario, queda reflejada una de las características del realismo mágico, como la indiferencia del narrador ante los hechos tristes que les ocurren a los personajes, dejándolos a ellos expresarse por sí mismos. Creemos que Rulfo pudo ejecutar ambas ideas de manera complementaria, ya que el narrador omnisciente no se suaviza ante las tragedias de Dorotea, ni su inocencia, ni su aflicción.

Complementando esta idea, un detalle importante es como la feminidad tradicional ya no le importa. En un momento, Juan Preciado creía que ella era hombre, a lo que ella responde con que le da igual: “—Tienes razón Doroteo. ¿Dices que te llamas Doroteo? —Da lo mismo. Aunque mi nombre sea Dorotea. Pero da lo mismo” (Rulfo, 1955). Ante ese hecho, Cervera (2017) afirma que “La fatalidad concreta que concierne a Dorotea, y que ella narra en su murmullo, consciente de estar «muerta, consiste en no haber podido ser madre. Su condición de «yerma» o estéril la acompaña durante toda su vida como una sombra fatídica”. Basándonos en el contexto cultural, proponemos que en aquella repetición está reflejado el desgano por vivir. Para Dorotea, la función principal de la mujer es tener hijos, tal como se planteaba en 1950. Sin embargo, al no poder cumplir con esa misión, ocurren dos cosas. Primero, pierde el interés por la salvación, como cuando el Padre Rentería le dice que nunca conocerá la gloria. Esto también se constata en su tono apagado, triste, y marchito que el lector puede sentir con la repetición del “da lo mismo”. Pero también, ella se resigna a perder una propiedad de las mujeres, despojándola de su feminidad. Opinamos que Rulfo al basarse en la ideología machista que impone a la maternidad como aspecto determinante de la feminidad para crear a Dorotea, pudo representar la importancia de la misma para las mujeres de la época. Sin embargo, no lo consideramos como una muestra de rebeldía, sino más como un efecto psicológico de las fuertes influencias machistas y lo estricto de ellas. Rulfo se ayuda de elementos fantásticos del realismo mágico, tales como el mostrar a Dorotea muerta, y que aún le concierne la maternidad o ausencia de ella, e incluso hiperbolizando el problema, asegurando que el lector entienda su alcance.

Conclusiones

Por medio de las diferentes perspectivas y recursos estilísticos, Pedro Páramo de Juan Rulfo es una obra que ejecuta cambios de perspectiva, utiliza monólogos, tonos, perspectivas sobre diversos temas y complementación entre pasado y presente para reflejar modelos femeninos, manteniéndose fiel a los roles que encontraríamos en México a principios del siglo XX, a pesar de que la historia se da en un lugar que simplemente no especificado. Se puede deducir que se inspira fuertemente en la cultura machista que se infundía en dicha época, y la crítica por medio de sus personajes femeninos, haciendo hincapié en los rasgos fenotípicos que no pasan desapercibidos por el lector.

Para concluir, cabe señalar que realizar este análisis nos permitió establecer una fuerte relación entre los recursos narrativos y el contexto histórico-socio-político de México durante los años XX. Se vuelve relevante, ya que por medio de la literatura podemos conocer más sobre personajes históricos reales, que enfrentan conflictos que prevalecen hasta el día de hoy. El machismo en la obra está muy bien expresado, pero a su vez también la evidencia de oposición a este. Siendo una de las novelas latinoamericanas de mayor renombre en el último siglo, Pedro Páramo trasciende y se vuelve un poderoso instrumento de lucha contra una problemática que prevalece aún en nuestra sociedad hoy en día.

Referencias

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  2.  Vinasco, M. H., Montoya, C. A. A., Tapasco, Y. S. T., & Quinchía, C. (2014). El realismo mágico en Pedro Páramo de Juan Rulfo (Doctoral dissertation, Universidad Tecnológica de Pereira. Facultad de Ciencias de La Educación. Licenciatura en español y Literatura Ceres Quinchía).
  3. Valbuena Niño, M. I. El personaje femenino en cuentos de escritoras hispanoamericanas 1979-1999 (Doctoral dissertation, Universidad Nacional de Colombia-Sede Bogotá).
  4. Trapp, C. A. (2006). El realismo mágico en Pedro Páramo, Los recuerdos del porvenir y Oficio de tinieblas (Doctoral dissertation, Miami University).

 

Revistas

  1.  Loisel, C. (2005). Pedro Páramo desde una perspectiva feminista psicológica. Centro de Ciencias del Lenguaje, 31, 162.
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  3. Filler, M. (1981). «SUMISIÓN Y REBELDÍA EN LOS PERSONAJES DE ‘PEDRO PÁRAMO’». INTI, (13/14), 63-72. http://www.jstor.org/stable/23284837
  4. Cantú, R. (septiembre 1985). De nuevo el arte de Juan Rulfo: ‘Pedro Páramo’ reestructura(n) do. Cuadernos Hispanoamericanos, 421-423, 305.354.
  5. Buxó, J. (2018). Juan Rulfo: los principios de una nueva poética narrativa. América sin nombre, 0(22), 107-114. doi:https://doi.org/10.14198/AMESN.2017.22.10
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Libros

  1. Rulfo, J. (1955). Pedro Páramo. México: Panamericana.
  2. Focault, M. (1973). El Orden del Discurso. Argentina: Fabula Tusquets.
  3. Arrom, S. M. (1992). Historia de la mujer y de las familias latinoamericanas. Historia mexicana, 379-418.

 

Páginas web

  1. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, 23. ª ed., [versión 23.2 en línea]. https://dle.rae.es [23 de mayo del 2019].
08 December 2022
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