Plan de Dios para la Salvar del Pecado a los Hombres en los Libros Proféticos
Introducción
Desde el inicio de la humanidad, Dios siempre ha tenido un plan estipulado con nosotros; su deseo siempre ha sido el tener una relación cercana con el ser humano, su creación más amada. Pero la caída de Adán y Eva (Génesis 3) generaron una grave ruptura en esa relación entre Dios y nosotros, pues nuestro padre no puede convivir con el pecado. Por esto, Dios decide aplicar el plan de salvación para los que serían sus hijos. En el pentateuco vemos los inicios de este plan de salvación y como Dios poco a poco va armando todas las piezas para realizar su voluntad en la vida del ser humano. Pero luego de todas las historias de Samuel, los reyes, Crónicas y demás libros históricos, nos encontramos con los profetas; esos hombres que Dios elegía para que transmitieran Su palabra al pueblo y así ellos pudieran conocer su voluntad, y las cosas que les ocurrirían si no obedecían. Algunos de ellos escribieron libros que hoy en día se pueden leer en la palabra de Dios, y dentro de sus escritos, nos encontramos que Dios no sólo profetizaba cosas que le pasarían a Israel, sino que también les hablaba sobre su plan de salvación que realizaría en el futuro a través de Jesucristo. Entonces la pregunta a responder en este ensayo es: ¿Cómo se ve el plan de salvación de parte de Dios para el hombre en los libros proféticos?
Desarrollo
Para beneficio del cuerpo de este ensayo, es pertinente definir que es el evangelio. Según el Nuevo Diccionario Bíblico ilustrado, nos dice lo siguiente: “buenas o gratas nuevas”. Estas buenas nuevas son mensajes que provienen de Dios con un mensaje de esperanza para el pueblo, en donde les anunciaba la futura liberación del pecado.
En un principio, la búsqueda de Dios con los libros proféticos siempre es llevar el mensaje al pueblo de Israel de las obras que va a realizar con el pueblo; generalmente, estos libros están cargados de castigos contra el ellos por su mala conducta. Pero dentro de su misericordia, Dios los amonesta, pero siempre les da un mensaje de esperanza para que ellos sigan confiando en Él y en sus promesas. Por ejemplo, vemos en Abdías cómo Dios anuncia su juicio sobre Edom, un pueblo descendiente de Jacob, que desobedecían los mandatos de Dios y Él decide traer castigo sobre ellos; pero al final del libro, encontramos un mensaje de parte de Dios muy esperanzador, en donde les anuncia que un día Israel sería restaurado (19-21). Y creo que las últimas palabras cierran de la mejor manera el mensaje que Dios les estaba transmitiendo “Y el reino será del Señor”, lo que nos dice que Él es quien gobernará sobre la tierra. Así que, trayendo este mensaje hacia el evangelio de Dios, Él les estaba anunciando un regalo que vendría para ellos en el futuro, una dadiva divina en donde serían libres de toda esclavitud, y Dios mismo sería quien los dirigiría.
Por otra parte, también nos encontramos con Isaías, que creo que es uno de los profetas que más claramente nos habla de Cristo y el ministerio que vendría a cumplir. Por ejemplo, nos habla en Isaías 53 claramente como iba a llevarse a cabo la crucifixión de Cristo faltando muchos años para que esto ocurriera. En 53:4 nos dice “ciertamente Él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado (NVI)”; esto nos habla directamente de como Cristo se entregaría en sacrificio vivo por nosotros para limpiarnos de toda maldad, y también nos habla de como los sacerdotes y la personas que lo vieron crucificado, pensaron como si estuviera siendo castigado por Dios y humillado. Además, nos habla en el 53:7 “Maltratado y humillado, ni siquiera abrió su boca; como cordero, fue llevado al matadero; como oveja, enmudeció ante su trasquilador; y ni siquiera abrió su boca (NVI)”, nos habla de Cristo mismo, que cuando estaba siendo humillado no profirió palabra en contra de sus agresores. Cristo se entregó por completo por nosotros, lo dio todo para que fuéramos llamados sus hermanos en la actualidad. E incluso, vemos como terminó su ministerio en victoria en 53:11-12: “Después de su sufrimiento, verá la luz y quedará satisfecho; por su conocimiento mi siervo justo justificará a muchos, y cargará con las iniquidades de ellos. Por lo tanto, le daré un puesto entre los grandes, y repartirá el botín con los fuertes, porque derramó su vida hasta la muerte, y fue contado entre los transgresores. Cargó con el pecado de muchos, e intercedió por los pecadores (NVI)”; en esto vemos el puro evangelio de Dios; Cristo se entregó, sufrió por nosotros, pero luego fue glorificado por su sacrificio.
Otro mensaje que podemos ver en el libro de Habacuc. El profeta se estaba quejando con Dios porque veía mucha maldad entre el pueblo, y le hacia la pregunta de ¿hasta cuando iba a estar en silencio? (Habacuc 1:1-4). Dios le habla acerca de lo como los va a castigar por medio de los Caldeos, también conocidos como Babilonios, para amonestarlos por su maldad. Esto sorprendió a Habacuc porque los Babilonios eran perores que los judíos. Pero Dios lo tranquiliza y le da uno de los mensajes que más me han llamado la atención durante este curso, en el capítulo 2:2-3 “Escribe esta visión, y has que resalte claramente en las tablillas, para que pueda leerse corrido. Pues la visión se realizará en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento, y no dejará de cumplirse. Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá (NVI)”. Dios le está diciendo claramente al profeta que no se desanime si siente que las promesas Dios les ha dado se están tardando, porque ciertamente se cumplirán, y no tardarán. Para nosotros como seres humanos, en nuestro tiempo podemos llegar a sentir que la venida de Cristo está demorada, pero debemos comprender que el tiempo de dios es muy distinto al nuestro; Él hace todo a su debido tiempo, así que cuando pasen las cosas, es porque Dios lo quería así. Y luego de su discusión sana con Dios, Habacuc lanza un cantico que habla de las cosas que Dios estaba haciendo, y haría por su pueblo en su tiempo. En el capítulo 3 vemos como Habacuc alaba a dios porque los liberaría de las manos de aquellos quienes los oprimían, les aplicaría el castigo que merecían, y Dios rescataría a su pueblo. En esto vemos el evangelio de Dios, porque tiene el fundamento de lo que es la salvación de Dios. El mundo hoy en día se encuentra en tinieblas, esclavizado completamente por el pecado, y no tiene salida alguna para librarse de él por sus propias fuerzas; para lograrlo, necesita de la ayuda de Dios, quién entregó a su hijo para vencer por completo al mal y dar libertad a todo el mundo.
Otro lugar donde podemos ver el evangelio puro es en Jeremías 23:1-8. Dios nos habla específicamente de la simiente de David, Cristo Jesús, quien vendría a reinar sobre todas las naciones. Rescatará a las ovejas que el pueblo no cuidó y las guardará de todo mal. Ese es el mismo Cristo quien nos libro de toda la maldad que llevábamos en nuestras espaldas.
Resumiendo, el mensaje que vemos en los profetas, y lo que Dios nos muestra del evangelio, se podría explicar de la siguiente manera:
- Los israelitas desobedecían a Dios en su forma de actuar y de vivir: A pesar de que Dios los había colmado de bendiciones en todos los momentos de su historia, como, por ejemplo, la liberación del pueblo de la esclavitud en Egipto en el Éxodo, o como los cuido durante toda su travesía en el desierto hacia la tierra prometida, el pueblo siempre terminaba fallándole; se hacían ídolos, imágenes, y muchas otras cosas más. Esto no es muy diferente a nosotros en nuestra actualidad. Nosotros pecamos contra Dios a diario, porque esta en nuestra carne el pecado y nos llama a diario a fallarle a Dios. Cuando se habla de hacerse ídolos, no solo se refiere a que nos hagamos imágenes esculpidas de algún objeto, persona o muerto; nos hacemos un ídolo cuando ponemos por encima de las cosas de Dios a cualquier actividad que debamos hacer. Así que no tenemos derecho de juzgarlos a ellos por su actuar, por que son el reflejo de nuestra actualidad.
- Como no obedecían, Dios los disciplina: Al los Israelitas no hacer caso a la palabra de Dios que los llamaba al arrepentimiento, como lo vemos en Joel 2:12-17, donde Dios llama al pueblo a través de Joel a arrepentirse de sus caminos, a abandonar las cosas malas que estaban haciendo, pero lastimosamente, el pueblo en muchas ocasiones hizo oídos sordos a estos consejos, lo que los llevo a la ruina total, pues Dios mando el castigo que merecían por su pecado. Los vemos y se denota a alguien testarudo y terco, pero nosotros también somos así. Muchas veces, Dios nos da las herramientas y los medios para no fallarle, pero nosotros seguimos empeñados en hacer nuestra propia voluntad, lo cual a su debido tiempo nos traerá consecuencias, por culpa de nuestra desobediencia.
- Después de la tormenta llega la calma: Nosotros como seres humanos, somos incapaces de cumplir con la voluntad de Dios por nuestras propias fuerzas; Solo con su intervención, nos es posible realizar lo que está en su voluntad. Así como Dios prometió liberar a su pueblo de las garras de Babilonia cuando fue sitiado por ellos, Él nos prometió que nos limpiaría del pecado y nos prepararía sitio en los lugares celestiales. Como vimos en el curso, Dios no da castigo sin esperanza.
Conclusión
Desde la caída del hombre el pecado acabó con nuestra relación con Dios y nos alejo de Él, porque Él y el pecado no son compatibles. Pero Dios en su infinita misericordia, siempre ha querido y ha labrado el camino para poder tener una relación mucho más cercana y personal con nosotros. El utilizó a muchos hombres a través del antiguo testamento para transmitir su mensaje a su pueblo y tener la comunicación más directa con ellos. Lastimosamente el pecado sigue jalándonos hacia el otro lado para alejarnos lo más posible de Dios y que no formemos una relación con Él. En los profetas vemos a un Dios en una figura muy paternal, pues el busca recuperar a sus hijos a través de la corrección. Todos los males, guerras, dificultades, plagas, dolores y tristezas que experimentó el pueblo de Israel en su momento, no eran porque Dios se complaciera viendo el dolor de su pueblo; Dios hizo todo esto porque los amaba y quería que su pueblo se apartara de los malos caminos y volvieran a estar en una relación cercana con Él. Por eso estos castigos, y Dios los amaba tanto que no solo los castigaba, sino que les daba un mensaje de esperanza de que en el futuro los liberaría. Ahí toma protagonismo el evangelio de Dios; una buena palabra que le llegaba a los israelitas mostrándoles que los males que sufrían tendrían su recompensa si ellos se volvían a dios y abandonaban sus malos caminos. Y claro, para nuestra corta visión humana, nos es imposible dimensionar lo grande que es la bendición que Dios tiene preparada para nosotros. Así como los israelitas esperaban que esas promesas que Dios les daba de liberación se cumplieran rápido y que Él los liberara de la esclavitud de sus opresores, nosotros también vemos las promesas de Dios como algo que se va a cumplir en nuestro tiempo. Pero como seres humanos debemos entender que Dios tiene sus planes, y el los va a cumplir en su tiempo, a su manera, como Él quiera, y donde Él quiera. Así como la salvación es una dadiva de Dios, así mismo se va a hacer a su manera. Grande es Dios con nosotros, porque somos infieles, pero el permanece fiel.