Problemas con Gestión de Residuos: Mares de Plástico
Lo que significó en su día toda una revolución por su resistencia, durabilidad y ligereza es, a día de hoy, casi 150 años después de su invención, una seria amenaza para nuestro planeta: hablamos del plástico, y más concretamente, de sus residuos.
La producción de plástico a nivel mundial ha pasado de 2,3 millones de toneladas en 1950, a 359 millones de toneladas en 2018; de ella el 57% termina en material de residuo. Y es que en el mundo se recicla menos de la quinta parte del material plástico.
La historia de lo imperecedero
En 1872 Alexander Parkes, profesor de ciencias naturales de la Universidad de Birmingham, patentaba la parkesina. De esta sustancia firme pero flexible, resultante de mezclar nitrocelulosa y alcanfor en determinada proporción, nació el celuloide, un termoplástico sin el cual la industria cinematográfica no hubiese sido la misma. Casi a la par, transitando idéntico periodo en el tiempo, se descubría por accidente el policloruro de vinilo (PVC), el derivado más versátil del plástico que se conoce. Sin embargo, el espaldarazo definitivo que introdujo al mundo en lo que se conoce como la Era del Plástico, no se produciría hasta 1907, cuando Leo Baekeland inventaba la bakelita, una resina sintética no inflamable.
Se calcula que desde entonces, se han producido unas 8.300 toneladas de plástico; lo que equivaldría al peso total de un millón de torres Eiffel. La ONU advierte que, al ritmo actual, para el 2050 la humanidad vivirá sobre un cerro de vertidos plásticos de 12.000 millones de toneladas. Un estudio reciente revela que la cantidad de material de desecho generado, es de tal magnitud, que está quedando registrada en los sedimentos geológicos del planeta, dando inicio a lo que ya se ha dado en llamar el Antropoceno.
Mares de plástico, mares de lágrimas
Los depósitos de plástico en el entorno natural, tienen un impacto dramático en los océanos. No hay ni un solo kilómetro cuadrado de aguas marinas que no esté contaminado por partículas de plástico, matando a millones de especies marinas y amenazando con la extinción a otras 700 de ellas. Las cifras son escalofriantes: cada año se vierten al mar entre 8 y 12 millones de toneladas de desechos; de ellos, un 15% flota a la deriva, otro 15% llega a las costas, y el resto se hunde en el lecho marino… un mar de plástico que nos costará un mar de lágrimas. Hablamos de un desastre en ciernes equivalente por impacto y proporción al del cambio climático.
Una solución conjunta para un problema global
La solución a un drama global como este pasa por la cooperación de todos los sectores de la sociedad, sensibilizando, concienciando e implicando a:
- La ciudadanía: generando conciencia del problema, promoviendo el consumo responsable y fomentando la reutilización, la reducción y el reciclaje.
- La comunidad científica: desarrollando fórmulas inocuas y materiales respetuosos con el medioambiente.
- Las instituciones: promoviendo políticas de prevención, favoreciendo la economía circular e impulsando medidas de gestión de residuos.
La evidencia promete arrasarnos en forma de tsunami de plástico. Todos somos parte del problema; todos debemos ser parte de la solución.
