Problemas Vocales O Disfonías Funcionales En Docentes
Introducción
Antes de pasar a definir lo que se entiende por disfonía, es preciso realizar una breve explicación de lo que es la voz. Esta es considerada un sonido que se produce por la vibración de los pliegues vocales (comúnmente denominados cuerdas vocales) mediante el aire que es expulsado por los pulmones y que sale a través de la laringe. A lo largo de la historia han surgido múltiples teorías explicativas de la producción de la voz, entre las que se pueden nombrar la teoría mioelástica de Ewald (1898) o la teoría neurocronáxica de Husson (1950). Sin embargo, son investigaciones más recientes las que adquieren una mayor consideración en su intento de explicar este proceso. Una de las más importantes es la teoría mucoondulatoria de Perelló (1962), la cual defiende que la emisión de un sonido en la glotis está producida por la ondulación de la mucosa del pliegue vocal, encima del músculo vocal, y ocasionada por la corriente de aire espiratorio (Perelló, 1996). En otras palabras, la voz se genera cuando se produce un aumento de la presión subglótica (debido al cierre del espacio glótico) y ese aumento es capaz de vencer el cierre de los pliegues vocales.
Por otra parte, para describir la voz se emplean generalmente tres cualidades acústicas: el tono, la intensidad y el timbre. El primero equivale a la frecuencia de las vibraciones por segundo en los pliegues vocales mientras que, los dos restantes, a la fuerza con la que se emite, y al modo propio y característico de sonar la voz (Jackson-Menaldi, 1992). Para finalizar, la disfonía es la alteración de una o varias de las cualidades acústicas de la voz mencionadas anteriormente (se debe diferenciar de la afonía, que es la pérdida total de la voz). Se pueden distinguir dos tipos: orgánicas (aquellas en las que se encuentra una lesión estable asentada en los pliegues vocales o fuera de ellos) y funcionales, sobre las que se profundizará en este trabajo.
Desarrollo
Disfonía funcional
La disfonía funcional se considera una alteración de la función vocal, en particular del timbre, mantenida fundamentalmente por un trastorno del acto vocal, todo esto en ausencia de enfermedad orgánica permanente como causa. Este término, por tanto, incluye también aquellas disfonías funcionales complicadas por patologías orgánicas, las cuales pueden ser bilaterales (en forma de engrosamientos nodulares), unilaterales (de tipo pólipo) o bien, más difusas (con edema del borde libre de los pliegues vocales). En consecuencia, el diagnóstico y tratamiento de las mismas son procesos complicados dado la multifactorialidad de su etiología (Navarro, Navarro y Romero, 2007; Crevier-Buchman et al., 2006 y Le Huche, 1982).
Dentro de estas disfonías destacan dos tipos: hiperfuncional e hipofuncional. Ambas consisten en una alteración del timbre vocal, diferenciando que la primera se debe a una excesiva contracción de todos o parte de los músculos que intervienen en la fonación, y la hipofuncional a todo lo contrario, es decir, a una falta de suficiente tono. En lo que refiere a la epidemiología, tiene una prevalencia del 29.9 % en cuanto a personas afectadas en algún momento de sus vidas, siendo más alto en mujeres que en hombres. Además, el rango de edad más perjudicado se sitúa entre los 30 y 39 años, coincidiendo con la edad laboral más activa. Es importante destacar que existe un porcentaje concreto de afectados relacionados con la profesión que ejercen, siendo un 31% teleoperadores, un 44% profesores de gimnasia y un 58% docentes y profesores en general.
Sin embargo, pese a que la frecuencia sea más alta en las profesiones mencionadas, cabe destacar que cualquier persona, independientemente de su edad, sexo y actividad desempeñada, puede estar afectada (Fazio, Ortega y Saénz, 2014). En cuanto a la etiología, las causas o factores que pueden llegar a desencadenar el establecimiento de dicha alteración son: el abuso o mal uso de la voz, procesos inflamatorios otorrinolaringológicos (como rinitis, faringitis o laringitis), debilidad física, factores hormonales, factores psicológicos o factores de origen lesivo. Asimismo, existen otros factores que contribuyen al mantenimiento, además de al establecimiento, como: dedicarse a una profesión que emplee la voz como herramienta de trabajo, consumir tabaco y alcohol, exponerse a ambientes cargados de polvo, ruido o aire acondicionado, y procesos crónicos como por ejemplo alergias y reflujo gastroesofágico (Navarro et al., 2007).
Por último, la sintomatología de las disfonías suele tener un inicio paulatino y progresivo, y puede manifestarse de forma aislada o combinada. Basándose en Pérez y Casado (2009), Fazio, Ortega y Sáenz (2014), y Dinville (1996), se diferencian los siguientes tipos de síntomas:
- Relacionados con la capacidad fonatoria: como por ejemplo la alteración de la voz conversacional en lo que se refiere a tono, timbre e intensidad; el aumento del esfuerzo torácico durante la conversación o la sensación de aire al fonar; la fonastenia y disminución del rendimiento vocal en general; la disminución de la amplitud vocal de la voz cantada y, en ocasiones, la desorganización del comportamiento vocal.
- Relacionados con sensaciones subjetivas en el área vocal: irritación laríngea, sequedad, ardor difuso, fatiga o dolor moderado al hablar, picor de garganta e incluso opresión torácica.
- No específicos del área vocal: dolor y tensión en el cuello y parte alta de los hombros, reflujo gastroesofágico, hemoptisis, pérdida de peso y disnea.
- Relacionados con los pliegues vocales: cambios de coloración (más rojizos, blancos o rosados), hipertonicidad e hinchazón de los mismos, y modificación en la mucosa.
- Relacionado con las disfonías con fondo psicógeno: aceleraciones cardíacas, rubor, sudor excesivo, manifestaciones intempestivas que hacen difícil la producción vocal, falta de coordinación fono-respiratoria, y espasmos en los órganos de fonación y respiración.
Problemas vocales o disfonías funcionales en docentes
En los docentes la disfonía es un grave problema del que no se tiene una clara conciencia de la magnitud del daño que puede llegar a producir; es más, ni siquiera los propios afectados son conscientes de ello. Este hecho se constata porque es muy escasa la petición de prevención por parte de los pacientes, sólo se asiste a la reeducación cuando el trastorno ya está instalado y afecta claramente al sujeto (Alves y Nuño, 1996).
Tal y como se ha mencionado anteriormente, el colectivo conformado por los docentes es uno de los más afectados por los trastornos de la voz, por la sencilla razón de que esta es su herramienta de trabajo y el principal medio de ejecución de su actividad laboral. Como consecuencia el uso profesional de la voz se caracteriza por una carga vocal excesiva que genera un riesgo de disfonía superior al de la población general.
Debido a esto, la Organización Nacional de Trabajo (OIT) considera al profesorado como el primer colectivo profesional bajo riesgo de contraer enfermedades profesionales de la voz. El motivo principal es que el tipo de voz más propensa a dañar los órganos vocales es la “voz proyectada”, es decir, la que se utiliza para ejercer una influencia sobre otras personas, llamándolas, intentando persuadir y tratando de guardar audiencia. Precisamente, este tipo de voz es la más utilizada por parte de los docentes (Anónimo 1, s.f.).
Factores de riesgo
Existen varios factores que han sido descritos como potenciales enemigos de la voz de este colectivo profesional. Estos giran en torno a:
- La propia actividad docente: los principales factores de riesgo son hablar mientras se escribe en la pizarra debido a que obliga a elevar el tono de voz, tratar de imponer la autoridad con el grito, exponerse al polvo de tiza que irrita las mucosas, un elevado número de alumnos que provoca a su vez un mayor nivel de ruido ambiental y la impartición de determinadas asignaturas. Asimismo, destacar también el elevado número de horas y el propio horario de las clases.
- El entorno acústico y ambiental: se debe tener en cuenta el ruido ambiental ya que cuanto más alto es este, mayor esfuerzo vocal se produce. Por ello, un factor fundamental es la acústica de las aulas. Además, demasiada reverberación, o demasiado poca, no ayuda a la transmisión del sonido y favorece la aparición del cansancio vocal. Por otra parte, respecto a los factores ambientales se puede destacar que la falta de humedad en el ambiente reseca las mucosas nasofaríngeas y un exceso de frío o calor, una ventilación escasa, una corriente de aire excesiva o un aire acondicionado deficiente pueden irritar las mucosas. Lo mismo ocurre ante la exposición a irritantes u otros agentes ambientales adversos como el polvo de las tizas.
- Factores y hábitos personales: la forma en la que emite la voz cada individuo, y algunos de sus hábitos personales, pueden ser factores de riesgo a la hora de sufrir esta patología relacionada con la voz. La causa principal es la falta de técnica vocal y el desconocimiento del mecanismo de emisión de voz. Por ejemplo, son factores de riesgo la utilización de un volumen de voz demasiado alto, inspirar de forma insuficiente para emitir una voz sostenida y firme, articular de manera rápida y pobre, utilizar tonos de voz demasiado graves o demasiado agudos, estar tenso o estresado, el consumo de alcohol o tabaco y no dormir suficientemente (Anónimo 2, s.f.).
Prevención
Las medidas de prevención más adecuadas para evitar o disminuir la probabilidad de padecer disfonía funcional, se pueden clasificar según las siguientes condiciones: ambientales, organizativas, individuales y otras condiciones. Empezando con las ambientales, es importante: controlar la humedad y ventilación, renovar el aire del aula, evitar la exposición frecuente a corrientes de aire e intentar reducir el nivel de polvo, el uso de químicos y el ruido ambiental. Además es importante resaltar que los edificios deben de tener unas características acústicas adecuadas, las cuales son: no exceder los 35 dB en el interior de las aulas escolares y los 55 dB en los patios.
En cuanto a las condiciones organizativas, es importante distribuir correctamente el trabajo para evitar la sobrecarga y así, el posterior estrés y tensión. Para ello, se puede echar mano de otros soportes o medios digitales, como por ejemplo una presentación o un vídeo explicativo. Por último, se debe resaltar la importancia de llevar una botella de agua o recurrir a fuentes u otros dispositivos, dado que la hidratación es un factor esencial.
A pesar de todas las medidas de prevención mencionadas, las más importantes y las que más influyen en el sujeto son las condiciones individuales. Llevar a cabo una adecuada técnica vocal depende entre otras cosas de tener un estilo de vida saludable, es decir, tener una alimentación correcta, hacer ejercicio físico, dormir las horas pertinentes que proporcionen a la persona la sensación de descanso, evitar tomar café o té antes de impartir clase y evitar fumar, ya que este es un irritante directo de la mucosa laríngea y respiratoria. Asimismo, recalcar la importancia de introducir descansos y silencios durante la jornada laboral, acortar las distancias con la persona con la que nos comunicamos y evitar mantener la tensión de los músculos de la cara, cuello, hombros y garganta. Por último, cabe resaltar la importancia de tener un modelo de respiración correcto con apoyo abdominal, utilizar posturas adecuadas y aprender a detectar los primeros signos de fatiga vocal.
Para concluir, se destacan otras condiciones que también pueden ayudar como: tener una formación previa tanto teórica como práctica sobre la prevención de los problemas de la voz y las técnicas para su utilización profesional; llevar a cabo controles periódicos del “estado de salud” de la voz, para en caso de detectarse algún trastorno tratarlo lo antes posible para minimizar los riesgos; y tener una buena actitud y un buen control de las situaciones emocionales (Castejón, 2014 y De Monserrat, Orri, Juanola, Corselles y Mer, s.f).
Tratamiento
En primer lugar, es necesario plantear que existen diversos tratamientos como los de tipo farmacológico o quirúrgico, pero en este trabajo se profundizará en el tratamiento vocal. El tratamiento vocal consiste en un programa de reeducación que enseña al sujeto a identificar y eliminar todas aquellas conductas vocales inapropiadas abusivas causantes de su disfonía.
Existe prácticamente unanimidad por parte de los distintos profesionales de la voz en cuanto a los bloques básicos a seguir:
- El primero de ellos consiste en proporcionar al sujeto información que le permita identificar las conductas verbales inapropiadas.
- El segundo bloque es la respiración. En general, los objetivos que se pretenden son: proporcionar habilidad respiratoria; conocimiento y utilización de los movimientos relativos a esta; eliminar las dificultades respiratorias que supongan en el sujeto complicaciones en la mecánica articulatoria, y adaptación de la respiración para que se coordine correctamente con la fonación.
- El tercer bloque es la relajación. Esta se entiende como un entrenamiento para el dominio del tono muscular, con la finalidad de que el sujeto obtenga autonomía, conocimiento y toma de conciencia de su propio tono.
- El último bloque es la impostación vocal. El trabajo en esta fase está dirigido a la coordinación fono-respiratoria, a la recuperación de los parámetros acústicos alterados y al logro de un ataque vocal suave.
Además de esto, existe todo un gran conjunto de objetivos complementarios como el dominio de la verticalidad, la actitud postural, la utilización diaria de tiempo de discurso o la velocidad del habla, entre otros. Por último, para finalizar este apartado hacer referencia a la higiene vocal, con el fin de conseguir un uso correcto de la voz o prevenir la aparición de estas alteraciones (Alves y Nuño, 1996).
Conclusión
Los docentes son el grupo de trabajadores más afectado por los trastornos de la voz. Esto es causado principalmente por el uso excesivo de la misma, junto con las condiciones del entorno, y los propios hábitos y factores personales. Esta elevada frecuencia es debida al desconocimiento por parte de los propios docentes y la sociedad en general. Para disminuir la prevalencia lo más importante es que todos los docentes dentro de su formación, práctica y teórica, incluyan técnicas sobre el uso profesional de la voz, así como métodos para prevenir esta patología. Se pueden destacar, por ejemplo, el control de los factores de riesgo y la toma de conciencia sobre hábitos para conseguir una estilo de vida saludable, como la alimentación y el ejercicio.
Referencias bibliográficas
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