Problemáticas Relaciones Entre Rusia Y EE.UU.
Introducción
La muerte del general iraní Soleimani en enero de 2020, no hizo más que enardecer las ya problemáticas relaciones entre Estados Unidos y la República Islámica de Irán; la ejecución vía bombardeo perpetrada por el estado norteamericano levantó la indignación de los siempre opositores políticos de esta nación en la región, y suscitó la condena, al menos retórica, de los intereses estadounidenses en la zona por parte de Estados como Rusia y el propio Irán . En contraste, el papel de Rusia allí parece cada vez más predominante, siendo el punto de apoyo para los movimientos de resistencia anti ocupación.
Dicho lo anterior, a continuación, se analizarán los intereses de los Estados Unidos y Rusia en medio oriente, siendo importante mantener reflexiones actualizadas sobre este tema, toda vez que es una variable importante de las relaciones internacionales contemporáneas que se traduce en efectos reales para las naciones del sistema; por ejemplo, el bajón de los precios del petróleo, ante la sobre producción impulsada por los miembros de la OPEP, golpeó las finanzas colombianas, precipitando, entre otras consecuencias, el aumento en el precio del dólar este año. Así, medio oriente siempre será una región de importancia académica, en medio de los idas y vueltas de la política internacional.
Para este caso, el texto en primer lugar abordará la cuestión del petróleo y los intereses de dichas potencias en torno a la provisión energética a través de un argumento por analogía; en segundo lugar, se presentará un apartado respecto a sus intereses militares y cómo estos pueden explicarse por medio de un argumento por ejemplos, para seguir en un tercer acápite con el análisis de la cuestión nuclear a través de un argumento por autoridad, finalizando con las conclusiones pertinentes.
Desarrollo
Estados Unidos comprende al medio oriente como una región estratégica a nivel económico gracias a la gran cantidad de crudo que posee esta área geográfica. El petróleo es uno de los motores más importantes de la economía norteamericana, que paradójicamente, depende de las extracciones asiáticas para mantener su ritmo. Esta situación puede comprenderse mejor a través de una analogía. Supongamos que somos una empresa que produce autos, la mejor del país. Sin embargo, gran parte de las piezas que utilizamos para su fabricación no las hacemos nosotros; en efecto, tenemos que recurrir a otras empresas para acceder a ellas.
De todas las empresas en el mercado, una se destaca por la calidad y buenos precios de sus manufacturas; es tan poderosa en el sector, que, incluso subiendo los precios, no tenemos de otra que recurrir a ella. Así, la única forma en la que podemos seguir siendo competitivos en el mercado es garantizando que dicha empresa nos otorgue las piezas a buenos precios. Pues bien, Estados Unidos (la empresa fabricante de autos) necesita que el petróleo (las piezas) de medio oriente (el fabricante de las piezas) apalanque su economía y la mantener robusta, situación para la cuál se hace necesario que dicho petróleo se mantiene a buenos precios.
Esta preocupación ha ocasionado invasiones en el pasado; más allá de las excusas para atacar al régimen de Irak en 2003, lo cierto es que asegurar la provisión petrolera de medio oriente ha sido una de las políticas exteriores a las que más recursos humanos, militares, económicos, y demás, ha invertido la potencia norteamericana. Dicha inversión, tiene sus réditos para una de las economías más industrializadas del planeta, que tan solo en años recientes, comienza a reemplazar la importancia de crudo por producción nacional.
En contraste, Rusia, quién también tiene intereses en la región, no subsiste de la provisión energética de medio oriente. A diferencia del gigante americano, este país posee vastas fuentes energéticas, especialmente de gas, que le otorgan el privilegio de ser el principal socio comercial de estas ante la Unión Europea. Así, la relación de Rusia respecto a medio oriente con relación al petróleo tiene más que ver con la cooperación que con la necesidad. Rusia no busca en la zona acceso a fuentes energéticas; al menos no activamente. Su interés en la región tiene más que ver con la real politik militar.
EL PREDOMINIO MILITAR
La guerra fría fue, ante todo, una lección de cooperación. Las dos potencias más importantes del globo evitaron la confrontación directa por medio del uso de aliados dispuestos a destruirse entre sí (o dentro de sí). Medio oriente no fue la excepción; al lado de una Arabia Saudita anti iraní, se encuentran un Estados Unidos dispuesto a proporcionar equipos, tecnología y recursos a la emergente potencia árabe; Rusia haría lo propio con Irán.
La región es un paso obligatorio en oriente; su importancia geoestratégica es evidente. Con acceso a África y al lejano oriente, quien controla la zona controla el transito de gran parte de las mercancías asiáticas, algunas de ellas vitales para la economía mundial, como el petróleo. Contar con presencia militar en la región permite el despliegue efectivo de fuerza en circunstancias en las que puede verse amenazada la circulación de bienes indispensables, o se requiere efectividad en intervenciones geográficamente cercanas a dicha zona.
Israel ha sido el enclave norteamericano más importante en la región; esta nación, reconstruida en los cincuenta para albergar a los millones de judíos errantes tras la segunda guerra mundial, se ha convertido en el centro militar de operaciones más importante en la zona para dicho país. Irán, su contraparte, fue, a su vez, la apuesta soviética, y actualmente rusa, en el subcontinente. Los enclaves militares son una estrategia de control territorial que se ha utilizado históricamente para mantener la hegemonía de un Estado sobre una región determinada. Como ejemplo de ello, encontramos las colonias americanas posesión de España, Portugal o Gran Bretaña, los territorios africanos conquistados a finales del siglo XIX por Francia, Gran Bretaña, Alemania, entre otras potencias europeas o la presencia de los Estados Unidos y sus tropas, de forma legal, en territorio colombiano.
En todos los casos mencionados, la lógica es la misma: ya sea por medio de la cooperación o de la imposición, la presencia militar en zonas estratégicamente ubicadas es indispensable para el desarrollo de una potencia en un momento histórico determinado. Tal y como en los ejemplos señalados, es fundamental para los Estados Unidos y Rusia mantener presencia en medio oriente, toda vez que una potencia debe persuadir a la otra de no entrometerse en tan valiosas rutas comerciales. El interés acá, como ha ocurrido en la historia, es el de mantener zonas fuertemente militarizadas al fin de protegerlas.
LA AMENAZA NUCLEAR
El presidente John F. Kennedy, a propósito del poder nuclear declaró:
Hoy en día, todos los habitantes de este planeta deben contemplar el día cuando este planeta ya no pueda ser habitable. Cada hombre, mujer y niño vive bajo una espada de Damocles nuclear, colgando por el más delgado de los hilos, capaz de ser cortado en cualquier momento por accidente o error de cálculo o por la locura. Las armas de guerra deben ser abolidas antes de que nos acaben a nosotros.
Como primera autoridad de los Estados Unidos, el presidente reflejaba en sus palabras la preocupación por el Armagedón nuclear, que paradójicamente, llevó a la no utilización de dichas armas durante la guerra fría. Como sea, dicha preocupación hoy trasciende a la esfera internacional sobre las naciones que no son parte del Consejo de Seguridad de la ONU (como China) son dictaduras con programas nucleares activos. Para evitar que el poder atómico caiga en manos equivocadas, Estados Unidos y sus aliados han amenazado con sanciones económicas a aquellas naciones que no cuentan con su permiso para adelantar programas de desarrollo armamentístico por esta línea, siendo Irán, una de ellas. Así, uno de los intereses de Norteamérica es evitar la proliferación de armas nucleares, bajo los supuestos propuestos por Kennedy, según los cuales.
Sin embargo, Rusia ha apoyado abiertamente al programa iraní, a través de la donación de recursos técnicos y financieros para su ejecución. Esta situación, refleja uno de los principales intereses de Rusia en la región, el de ahuyentar, a través de la amenaza bélica, a las naciones de occidente en la zona. Lo cierto es que, mientras una autoridad como lo fue Kennedy abogaba por un mundo sin esta clase armamento, naciones como Rusia lo apoyan abiertamente. Cierto es, sin embargo, que el argumento de éste resulta cuando menos hipócrita, pues el interés de los Estados Unidos no prescinde del interés político: armas nucleares para sus aliados (Francia, Reino Unido, etc.) y desarme para sus enemigos.
Conclusiones
Tres son las principales razones por las que Estados Unidos y Rusia mantienen interés sobre el medio oriente. Una primera, que ver con la renta petrolera, que tal y como se describe con la analogía de la fábrica de autos, interesa mucho más a los Estados Unidos que a Rusia, dado el super avit energy que le permite ser el principal proveedor de gas a Europa Occidental. Sin embargo, en cuanto a la presencia militar como mecanismo de protección de rutas comerciales o zonas estratégicas, Rusia y Estados Unidos mantienen un fuerte interés de mantenerla como medio disuasorio; a través del argumento por ejemplos que da cuenta de la orientación histórica de las naciones a poseer enclaves militares en sitios estratégicos para asegurar su poder en ciertas áreas de importancia, se describe el mecanismo que motiva a ambos Estados a mantener presencia militar en la región.
Finalmente, por medio de un argumento de autoridad, en este caso, de John F. Kennedy, presidente de los Estados Unidos durante parte de la guerra fría, se explica la actitud anti-program nuclear iraní de los Estados Unidos, que, sin embargo , resulta hipócrita toda vez que se trata de una política orientada a desarmar a los enemigos. Rusia, por el contrario, tiene el interés de que dicho programa se mantendrá, teniendo en cuenta su abierta cooperación al mismo en décadas pasadas.
Resulta hipócrita toda vez que se trata de una política orientada a desarmar a los enemigos. Rusia, por el contrario, tiene el interés de que dicho programa se mantendrá, teniendo en cuenta su abierta cooperación al mismo en décadas pasadas. resulta hipócrita toda vez que se trata de una política orientada a desarmar a los enemigos. Rusia, por el contrario, tiene el interés de que dicho programa se mantendrá, teniendo en cuenta su abierta cooperación al mismo en décadas pasadas. Oriente medio es una zona de contrastes, que no deja de ser un campo de confrontación abierto para las dos grandes potencias mundiales.